Mujeres en el nuevo Gobierno iraní
Publicado el : 21 de agosto 2009 – 5:02 de la tarde | Por Redacción InformaRN
En algunos países occidentales como España, la tendencia en la actualidad es forzar legalmente la paridad en la representación parlamentaria entre hombres y mujeres.
Pepa Palma
Sin embargo, en países islámicos como Irán, el probable nombramiento de tres mujeres como ministras del gobierno es toda una noticia tras más de 30 años sin darse un caso como éste.
Con el reformista Mohamed Jatamí en la presidencia, sí hubo una mujer vicepresidenta, pero para este cargo no hacía falta la aprobación del Parlamento. Para la de ministra sí, y éste es uno de los obstáculos que debe pasar la propuesta de gabinete del re-electo Mahmud Ahmadineyad.
Sin embargo, no es la primera vez que una mujer iraní está en el Parlamento de la República Islámica. Como nos ha contado la analista política iraní y exiliada en España, Nazanín Amirian, “ha habido mujeres en el Parlamento desde su fundación en el año 79, y esas mujeres por un lado hacían de floreros, para demostrar que el régimen islámico no es un régimen misógino, y luego ellas servían para aprobar las leyes más retrógradas y más crueles, como la ley de lapidación”.
Nuevo gabinete iraní
Por tanto, no cabe esperar demasiado de la nueva composición del gabinete iraní. De los 21 ministros que tendrá este gobierno, hasta ahora se conocen 6, de los cuales llaman la atención los nombres de dos mujeres. Se trata de Fatemeh Ajorlou, de 43 años, propuesta para el cargo de Ministra de Bienestar y Seguridad Social; y Marzieh Vahid Dastjerdi, de 50 años, propuesta para el cargo de Ministra de Salud.
Ahmadineyad ha hablado de la posibilidad de nombrar a una tercera mujer, pero su nombre no ha trascendido. En Irán, las mujeres pueden acceder a cargos públicos, pero la presidencia les queda vetada por la propia Constitución a través de su artículo 115. Precisamente, la reforma de éste y otros cuatro artículos de la Constitución era la pretensión de la Coalición de Mujeres Iraníes, una plataforma de 30 organizaciones de mujeres iraníes locales y de la diáspora, como Focus on Iranian Women o Mothers for Peace, creada el pasado abril para movilizarse en torno a las últimas elecciones presidenciales por la defensa de los derechos de la mujer. La coalición declaraba no apoyar ninguna candidatura específica y respetar el derecho de decisión de la ciudadanía en las elecciones.
Coalición de mujeres iraníes
Esta Convención nacía con la intención de hacer llegar a los candidatos presidenciales dos demandas principales:
1 – Perseguir activamente la firma de la Convención de la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
2. Eliminar las leyes discriminatorias contra la mujer, específicamente los artículos 19, 20, 21 y 115 de la Constitución en relación con el principio incondicional de la igualdad de género.
La primera propuesta ya había sido recogida por el reformista Jatamí durante su presidencia entre 1997 y 2005, pero no había pasado el trámite de la aprobación del Consejo de Guardianes. Este Consejo está formado por seis teólogos nombrados por el líder supremo y seis juristas por el Poder Judicial y refrendados por el Parlamento. Su misión es aprobar los proyectos enviados por el Parlamento asegurándose que se atienen a la Constitución y a los preceptos islámicos.
En cuanto a los artículos 19, 20 y 21 de la Constitución iraní, hablan de la igualdad de los individuos y de la protección de los derechos de la mujer, pero siempre bajo preceptos islámicos, lo que explica quizás que en Irán la declaración de una mujer en un juicio vale la mitad que la de un hombre; las mujeres casadas necesitan el permiso de su marido para viajar o trabajar; y si un hombre y una mujer sufren un accidente de tráfico, la mujer recibirá la mitad de indemnización que el hombre.
Unos preceptos islámicos que no pertenecen en realidad a la cultura persa, como señala Nazanín Amirian, ya que “Irán, al no ser un país árabe, y tener una civilización anterior al Islam, por lo tanto tenemos nuestra cultura, nuestros antecedentes culturales, no sólo sobre los derechos de la mujer, sino sobre toda la población. Por ejemplo, la libertad de culto es uno de los elementos más importantes de la civilización iraní, la civilización persa, lo que ahora está prohibido”.
Tradición feminista
Las injusticias de género se agravaron durante el primer mandato de Ahmadineyad, cuando se establecieron normas que dificultaban a las mujeres trabajar hasta tarde o hacer horas extras, relegándolas a empleos a tiempo parcial; o se propuso una ley que facilita la poligamia, una práctica permitida en el Islam, pero que en general no está muy bien vista en Irán.
Ya en ese período, el movimiento de mujeres iraníes lanzaba campañas como la de Un millón de firmas, iniciada por la premio Nobel de la Paz, Shirin Evadi, la primera jueza iraní que se vio forzada a abandonar este cargo con la llegada de la Revolución Islámica en 1979. Esta campaña ha sido apoyada por personalidades como el presidente de Costa Rica, Oscar Arias; todas las mujeres Premio Nobel y el Dalai Lama.
Y es que, “las mujeres iraníes, desde hace prácticamente un siglo, siempre han estado, no sólo presentes sino, muchas veces, a la cabeza de los movimientos por la democracia en general, y luego, claro, sin duda, por sus derechos”, afirma Nazanín Amirian. Sin este trasfondo feminista no se entendería la amplia presencia de mujeres en las manifestaciones que se han sucedido tras el 12 de junio contra los resultados electorales. La importancia de la mujer en estas movilizaciones quizás se vería intensificada con la muerte de la joven estudiante de 26 años, Neda Salehi Agha Soltan, cuya imagen agonizante tras recibir un balazo en el pecho recorrió el mundo gracias a un vídeo grabado con un celular.
Represión del movimiento
No sería la única de las víctimas de la ola de represión desatada por el Estado iraní. Según se denuncia en la página web de la campaña por Un millón de firmas, no hay indicios de liberación de activistas como Elaheh Imanian , Zahra Tohidi , Maryam Zolfaghar , Sara Mahboubi , Marjan Fayazi , Sogand Alikhah; algunas de ellas, como Maryam Ameri , Farnaz Kamali, Zeynab Peyghambarzadeh, Minoo Kiyaman, Sara Sabaghiyan , Mohammad Mostafaei , Shadi Sadr y Mahnaz Mohammadi, fueron arrestadas y liberadas después; y algunas de las más conocidas activistas por los derechos de la mujer, como Zhila Bani Yaghoub y su marido Bahman Ahmadi Amouee , Shiva Nazar Ahari , Kaveh Mozafari y algunas periodistas como Mahsa Amrabadi y Hengameh Shahidi están todavía en prisión.
Incluso la hija del ex presidente y actual responsable del Consejo de Discernimiento (que resuelve cuestiones legislativas entre el Parlamento y el Consejo de Guardianes), Ayatolá Hashemi-Rafsanjani, ha estado encarcelada por participar en las movilizaciones populares contra el resultado electoral. El principal obstáculo de este movimiento feminista, según Amirian, es “la religión en el poder. Hasta que la religión esté ligada al poder y las leyes, es imposible suavizar las discriminaciones que hay sobre la mujer”.
Con este escenario, en un país en el que el 65% de los universitarios son mujeres; ya había ministras en los años 60 y el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se celebraba ya en 1920, el nombramiento de estas tres ministras ultraconservadoras se queda, en palabras de Amirian, en tan sólo “un lavado de imagen” de Ahmadineyad, “una fórmula para reivindicar la atención pública mundial de su principal problema, que es falta de legitimidad en el escenario internacional”.
Escuche la entrevista con Nazanín Amirian, exiliada iraní en España desde hace 25 años; profesora de Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España y colaboradora en varios medios de comunicación españoles.
Fuente: radio Nederland