Regimen de comida de carcel de mujeres en Estados Unidos
“Comida de presa”:
La dieta de las presas de Georgia, Estados Unidos, tradicionalmente era de 2470 calorias diarias, pero sufrio un recorte del 20%.
Los hombres, sin embargo, siguen recibiendo sus acostumbradas 3050.
Para algunos legisladores y entidades civiles, la medida es discriminatoria, pero la vocera del servicio penitenciario afirmo que si las internas continuan con su regimen anterior, se estaria contribuyendo a que se desarrolle obesidad en la poblacion carcelaria.
Otros sostienen, en cambio, que la razon es que esta modificacion representa un ahorro anual de alrededor de 86.000 dolares. Despues de todo, si los hombres consumen tantas calorias tambien aumenta su riesgo de sobrepeso… pero a pesar de eso siguen comiendo lo mismo!.
Fuente: http://mujer-bonita.net/
SOS para las tortillerías mexicanas
Para ver ingrese al siguiente link:
http://www.rnw.nl/espanol/video/sos-para-las-tortiller%C3%AD-mexicanas
Fuente: Radio Nederland
El incierto futuro de los blancos en Sudáfrica
John Simpson
BBC
Muchos blancos en Sudáfrica se encuentran en una situación de pobreza extrema.
Durante la época del apartheid, Sudáfrica sólo se preocupaba de los blancos. Pero ahora algunas de las comunidades blancas se enfrentan a un nivel de pobreza e incluso violencia que amenaza su futuro en el país.
Todos aquí, independientemente del color, aseguran que a los blancos todavía les va bien.
Controlan la economía, tienen un desproporcionado nivel de influencia en la política y los medios de comunicación, y todavía son dueños de las mejores casas y los mejores trabajos.
“Había 60.000 granjeros blancos en Sudáfrica; en 20 años ese número se ha reducido a la mitad”
Todo esto es verdad, pero solo en parte.
Si se mira un poco más se encontrará pobreza y un sentimiento de creciente vulnerabilidad.
La pregunta que he venido a responder a Sudáfrica es si los blancos tienen todavía un futuro en el país.
La respuesta, al igual que ocurre con otras cuestiones similares, es un “Sí, pero…”.
Sobrevivirán los mejores
Parece que sólo determinadas partes de la comunidad blanca tienen realmente un futuro: aquellas con mejor estatus social, los que mejor se adapten.
Los blancos de clase trabajadora, la mayoría afrikáners, están sufriendo una intensa crisis. Pero es una crisis sobre la que no se lee nada en los periódicos o no se ve nada en la televisión, porque es una situación que parece despertar el pasado, un pasado que todos aquí, blancos o negros, quieren olvidar.
Según el activista político Mandla Nyaqela, esto es consecuencia del terrible nivel de brutalidad con el que se trató a la población negra bajo el apartheid.
“Está teniendo sus efectos con los blancos de hoy, aunque todavía poseen una parte totalmente desproporcionada de la riqueza del país”, afirma Nyaqela.
Esto puede ser verdad. Pero la gente que está sufriendo ahora son los miembros más débiles y vulnerables del a comunidad blanca.
Blancos en la miseria
Miles de sudafricanos blancos viven en la pobreza en villas miseria cerca de la capital, Pretoria.
Ernst Roets, un líder afrikáner miembro de la organización AfriForum, me llevó a un campo de “ocupas” en las afueras de la capital del país, Pretoria. Un campo de blancos.
El campo se levantó en la propiedad de un solidario granjero blanco que se llama, de forma optimista, Sonskyn Hoekie- Esquina Soleada.
Hay autos destartalados y trozos de muebles en todas partes. Entre las chozas de madera hay pozos de basura, agua estancada donde se multiplican los mosquitos. Hay dos baños en todo el campamento.
“En Sudáfrica existe el doble de posibilidades de ser asesinado siendo un granjero blanco que un agente de policía”
Según señala Roets, hay 80 campamentos, muchos más grandes que este, sólo en la zona de Pretoria. Y en todo Sudáfrica podría haber 400.000 blancos en estas condiciones.
Sonskyn Hoekie no tiene ni agua ni electricidad. Sus habitantes viven de dos puñados de gachas de avena al día donada por voluntarios locales. No tienen seguro médico, ni plan de vida – al menos no mejor que el que tenían los que no eran blancos durante el apartheid.
“No quiero vivir en un lugar así”, dice Frans de Jaeger, que antes trabajaba de obrero y que con su barba y sus pecas parece uno de los pioneros bóer, provenientes de Holanda, Alemania y Francia, que colonizaron estas tierras hace casi 200 años.
“Pero no me puedo ir”, añade.
Su mujer murió repentinamente de cáncer hace algunos años, lo que le llevó a una espiral de alcohol e indigencia.
El peligro de ser blanco y granjero
Ser blanco y granjero es peligroso en Sudáfrica.
Los blancos poco formados tienen pocas oportunidades de conseguir un trabajo con tantos sudafricanos negros desempleados.
Pero hay otro grupo de sudafricanos blancos que ocupa un lugar más alto en la escala social, que están muy amenazados, en este caso, literalmente.
Casi cada semana la prensa local habla de asesinatos de granjeros blancos, aunque no se oye demasiado en los medios de fuera del país.
En Sudáfrica existe el doble de posibilidades de ser asesinado siendo un granjero blanco que un agente de policía, y los policías aquí tienen una vida particularmente peligrosa. Los asesinatos de granjeros son especialmente brutales.
La organización de Ernst Roets ha publicado los nombres de más de 2.000 personas que murieron en las dos últimas décadas. Hasta el momento el gobierno no ha querido convertir en prioridad la resolución y prevención de estos crímenes.
Asesinatos
En mi viaje fui a una pequeña localidad llamada Geluik, “felicidad”. Hace algunas semanas pistoleros entraron en una tienda y abrieron fuego, matando a un granjero e hiriendo a uno de sus hijos y a un trabajador.
No robaron casi nada. Parece que fue un frío y deliberado asesinato. Poco después el hijo del granjero murió de las heridas.
Belinda van Nord, hija y hermana de ambos, respectivamente, cuenta lo peligroso que se ha hecho para los granjeros blancos vivir en el campo. A la policía, según ella, no le interesó demasiado el caso.
En el pequeño cementerio en el que enterraron a su padre y a su hermano hay otras dos tumbas de granjeros asesinados recientemente. El maravilloso paisaje que las rodea se ha convertido en un campo de muerte.
Hace dos décadas había 60.000 granjeros blancos en Sudáfrica; en 20 años ese número se ha reducido a la mitad.
Antiguamente, el sistema del apartheid sólo se ocupaba de los blancos… ahora están solos.
Aquellos que se adapten y tengan éxito, tendrán el futuro asegurado. Para los demás, no hay nada asegurado.
Fuente: BBC
Cuando sonreír era mala educación
Dalia Ventura
BBC Mundo
Madame Vigée LeBrun sonrió y desató un escándalo.
Fue “una extravagancia, que los artistas, amantes del arte y de las personas de buen gusto se han unido condenar y que no encuentra precedentes entre los antiguos”, escribió un autor anónimo en Mémoires secrets, una crónica del acontecer de la época, resumiendo el sentir generalizado.
¿La razón? “Al sonreír muestra sus dientes. Esta afectación es particularmente discorde en una madre”.
Era 1787 y las convenciones que habían regido en el arte de Occidente hasta entonces implicaban que las connotaciones de una boca abierta eran negativas.
En primer lugar, mostraba que la persona era plebeya.
“Una extravagancia que los artistas, amantes del arte y de las personas de buen gusto se han unido condenar y que no encuentra precedentes entre los antiguos”
Comentario que apareció en Memoires Secrets
Además, que no tenía el uso de la razón. Desde la antigüedad, los únicos que aparecían en las artes plásticas con los labios separados eran los locos, aquellos consumidos por la pasión, los niños -que aún no tienen uso de la razón-, los actores representando un papel y las mujeres fáciles.
Louise Élisabeth Vigée LeBrun -considerada por algunos como una la pintora más importante del siglo XVIII y ciertamente una de las más exitosas artistas de una época en la que ser mujer era un obstáculo- no encajaba en ninguna de estas categorías.
“A pesar de ser una mujer poco ortodoxa, era considerada como un respetable miembro de la alta sociedad. Había pintado a la reina Marie Antoniette muchas veces y era su amiga”, le cuenta a BBC Mundo el historiador Colin Jones, de la Universidad de Warwick.
A pesar de ello, apareció en un autorretrato en el Salón de París abrazando a su hija y sonriendo tímidamente; una pose tradicional en la que no se mostraban los dientes, hasta entonces.
“Desde Madame Vigée en adelante, empezaron a aparecer retratos con personas sonriendo… aunque no muchos: seguían rigiendo las reglas de decoro”, señala Jones.
Tanto que más de medio siglo más tarde, en 1843, la reina Victoria le comisionó una pintura a Franz Xaver Winterhalter en la que ella aparece sonriendo, pero se le conoce como “el retrato secreto” pues no era para ser visto en público: sus dientes eran sólo para los ojos de su amado Alberto, no para ser exhibidos al público general.
Sonrisa horizontal
Una nueva y moderna sonrisa había hecho su aparición en el siglo XVIII.
“La gente a menudo está llorando en las representaciones del siglo XVIII pero, de hecho, la sonrisa tiene el mismo valor expresivo”
Colin Jones, historiador
“Tradicionalmente, reír era desdeñoso: alguien se ríe del otro, de su situación, de cuán ridículos es. Pero la sonrisa que llega en los 1700 es una sonrisa horizontal, entre dos personas”, dice Jones.
En las artes plásticas, había estado en boga la idea de que la mejor forma de mostrar la personalidad y el carácter de alguien era en reposo: si estaba sonriendo o gritando, el artista terminaba pintando el gesto, no a la persona. Se pensaba que la esencia del individuo no era fielmente expresada con una emoción pasajera.
“Yo creo que a Madame Vigée LeBrun le entusiasmó otra corriente que en esa época estaba muy presente en la literatura, según la cual los sentimientos son los que muestran el verdadero yo… la gente a menudo está llorando en las representaciones del siglo XVIII pero, de hecho, la sonrisa tiene el mismo valor expresivo”, le explica a BBC Mundo el experto, quien ha estado estudiando la historia de la sonrisa por años.
La profesión para la sonrisa
Los dentistas franceses del siglo XVIII practicaban lo que reconocemos como odontología.
Sin embargo, si lo que se quería mostrar era algo agradable, había que tener dientes blancos.
Y precisamente, en ese momento en Francia, particularmente en París, se pasó de la extracción dental a la odontología. Una palabra nueva en francés aparece en ese siglo: dentistería.
“El cuidado de la boca hasta ese punto era bastante básico: la gente se frotaba los dientes diariamente con un trapo, de pronto usaban un palillo para limpiar las muelas, y eso era todo. Si empezaba a doler, había pociones pero si no se calmaba, la única solución era la extracción”, anota Jones en conversación con BBC Mundo.
Le Grand Thomas
Antes del advenimiento de la odontología, la extracción dental era una forma de entretenimiento público, como las ejecuciones.
Uno de los personajes legendarios del París del siglo XVIII era Le grand Thomas, un sacamuelas de formidable circunferencia que ejercía su oficio desde un carrito instalado en Pont-Neuf (Puente Nuevo).
En su letrero se leía: Dentem sinon maxillam – El diente y si no, la mandíbula.
“A partir de 1720s, un grupo de gente con conocimientos de cirugía se autodenominaron dentistas y ofrecían lo que hoy reconocemos como odontología moderna, que es preventiva -calzas, blanqueadores, ortodoncia- y que de alguna manera considera la extracción de muelas como un fracaso”, agrega.
Y, a finales del siglo, un cirujano parisino, Nicolas Dubois de Chémant, tuvo una experiencia desagradable. Era 1788 y tuvo que pasar una velada con una dama de la alta sociedad con dientes artificiales y una halitosis muy fuerte.
Se le ocurrió entonces que era posible hacer dientes de porcelana para usarlos en vez de las apestosas y perecederas prótesis hechas de dientes humanos o de huesos de animales que se utilizaban hasta entonces en las dentaduras.
Para 1789, tras varios experimentos en los que apeló a la pericia de la prestigiosa fábrica de porcelana Sèvres, los “dientes incorruptibles” eran una realidad.
Y los dientes blancos, cada vez más apreciados.
Entonces, la sonrisa no es made in USA
“A estas alturas, los estadounidenses no hacían parte de la historia pero lo interesante es que en todo caso ellos profesionalizaron la odontología antes que la mayoría de las otras naciones”, señala Jones.
En Francia, hay este interés temprano y una profesión nueva pero todo eso se pierde en la reorganización de la medicina que tiene lugar después de 1800.
Hasta la enigmática Greta Garbo mostró sus dientes cuando Hollywood le sonrió al mundo.
Entre tanto en EE.UU. en los 1830 y 1840 empiezan a aparecer asociaciones, escuelas de odontología, certificaciones, etc.
“Pero la contribución crucial de EE.UU. es Hollywood”, afirma el historiador. “Incluso en la primera década del siglo XX pero particularmente en el período de entreguerras, surge la fotografía de estudio, que producen esas clásicas imágenes de las grandes estrellas en las que, sobre todo las mujeres, aparecen con una amplia sonrisa”.
Esa nueva moda se arraigó en los 50s.
“El otro factor que contribuye es la publicidad”, resalta Jones.
Y desde entonces, esa atracción que ejerce la sonrisa, ¿es universal?
“Yo creo que es una de esas cosas en las que realmente hay un relativismo cultural: si uno observa áreas del globo en las que la influencia de EE.UU. no es tan profunda -Japón, por ejemplo-, la sonrisa no es tan común y la gente no anda presumiendo de sus dientes, más bien son tímidos a la hora de sonreír y mostrar los dientes. Y luego están las mujeres musulmanas que se cubren todo el rostro… la sonrisa no juega ningún papel en esa cultura”, responde Jones.
Fuente: BBC
Erotismo sudcoreano o nalgas brasileñas
Por Claudio Pelaez Sordo
Así finaliza Pedro de la Hoz su comentario del jueves 9 de mayo bajo el título “Anestesia rosa” para referirse a las novelas sudcoreanas que a finales de febrero comenzaron a transmitirse en Canal Habana durante su horario habitual de telenovelas, de 10:00pm a 11:00 pm.
Primero corrió “La reina de las esposas” y al finalizar le siguió “Mi bella dama”, ambas de Corea del Sur. Al concluir esta última, a partir del lunes 6 de mayo comenzó a transmitirse la nueva novela brasileña Río del Destino. Es como si la tormenta hubiese pasado.
¿Pero podemos llamarle tormenta a las novelas sudcoreanas?
No voy a negar que al principio vi a muchas seguidoras del espacio novelero capitalino hacerle rechazo, pero mientras pasaban los capítulos algunas se iban convenciendo, sobre todo porque tenían la oportunidad de conocer otra cultura menos fogosa que la nuestra, y más sugerente que explícita frente a las cámaras.
También escuché algunas opiniones que preferían el ritmo latino de las novelas brasileñas. Pero me impresionó muchísimo ver la aceptación de un público adaptado a novelas latinas en televisión, aceptar otro producto sin mucha resistencia.
Y agradezco haber disfrutado de otro tipo de novela. El monopolio que han ejercido los culebrones brasileños en nuestras pantallas es extremadamente dañino. Al punto creo, de provocar en nuestra audiencia un rechazo en mayor medida hacia la novela cubana Santa María del Porvenir -que se pasa ahora por pantalla nacional lunes, miércoles y viernes- más allá de sus limitaciones evidentes de guión y actuación. ¿Habría que ver diez años atrás cuál hubiera sido la reacción ante Santa María del Porvenir?
Pero no critico férreamente las novelas brasileñas, entiéndase, pues hasta en esos “productos culturales enajenantes” se encuentran las críticas más duras al sistema. O alguien duda que Insensato Corazón se burla grandilocuentemente de la vida elitista, vanidosa, escandalosa y superficial de Río de Janeiro. Todo depende también de los referentes del sujeto. Un brasileño quizás lo vea como su máxima aspiración de vida. O quizás no. El error del dominador consiste en creer tenerlo todo bajo su poder, es en ese momento donde pasa a convertirse en dominado.
Es por ello que hablar de las novelas coreanas como “Pop adormecedor, machacón y baladí en la banda sonora. Actuaciones esquemáticas. Edulcorados primeros planos y close up. Cero erotismo, insulsos abrazos y apenas besos robados” hace preguntarme qué novela carece de esos ingredientes.
A mí me encantan las nalgas de Natali Portman cada vez que las luce y la cámara desesperada va tras ellas en Insensato Corazón. Pero no dejo de reconocer que nuestra mujer latina continúa condenada a ser vista como un objeto sexual y eso se contrapone a la política que defiende nuestro país. Y no me frustro por no tocar nunca unas como esas, me avergüenzo más bien porque detrás de esos planos provocadores hay resortes que se disparan.
Habría, antes de cuestionar las aeróticas novelas sudcoreanas, que preguntarse qué transmiten las novelas brasileñas. La interrogante es ¿cuáles son esos productos anticulturales, los que hicieron aparición espontánea o los que llevan años en nuestra pantalla? Conclusión, que si fuéramos a decantar nos quedaríamos solamente con nuestras novelas cubanas y sus constantes estereotipos hacia el negro, el homosexual, la mujer. Finalmente nos quedaríamos sin ese ritual latino: la novela.
Cada cual ve lo que quiere ver, o lo que su cultura le permite ver. Y es ahí donde la educación que seamos capaces de transmitir y recibir tiene su papel protagónico.
La mejor televisión es la que uno mismo se puede gestionar hoy día gracias a las nuevas tecnologías, pero antes debe existir esa formación que nos ayude a conformar una buena parrilla para nuestro puerto USB.
Lo inadmisible es que Canal Habana esté tratando de romper la hegemonía de ciertos productos anticulturales y se salga a decirle que en casa del trompo se baila lo que el trompo diga.
BOOM…
Fuente: Radio Nederland