Huánuco se ha convertido en el espejo más cruel de nuestra sociedad. La cantidad de denuncias de violación sexual contra menores de edad se incrementa cada mes, el 30 por ciento de internos del penal de Huánuco son acusados por ese delito. Sin embargo, lo más grave, es que un número considerable de delincuentes termina libre o con sanciones que no se ajustan a la gravedad de su delito.
Esto ocurrió en un distrito del centro de Huánuco con “María”, una adolescente de 12 años que fue violada el 5 de marzo de 2007 por Miquer Daza Melgarejo, vecino suyo.
“Si dices algo elimino a tu mamá”, le dijo el violador para intimidarla. Lo logró. La niña calló su dolor. Quince días después, Daza volvió al ataque, la cogió a la fuerza y la metió a su domicilio. Mercedes, madre de la niña, alertada por un vecino, llegó al domicilio de Daza y luego de insistir logró que el delincuente abriera la puerta. Al principio dijo estar sólo, pero vio a su hija amarrada debajo de su cama. Los vecinos fueron testigos del hecho, llamaron a la policía y el sujeto fue recluido en el centro penitenciario de la ciudad.
Ese sería solo el comienzo de la historia. Luego de que tanto Mercedes como su hija, acudieran a la policía, a la fiscalía y al Poder Judicial, la defensa del violador “convenció” a los jueces de que no existían pruebas.
Los médicos legistas confirmaron la violación, los vecinos vieron a la niña amarrada debajo de la cama, Daza declaró que fue la niña quien lo sedujo. Sin embargo, su defensa alegó impotencia.
Según los abogados de la ONG Paz y Esperanza, la prueba médica que presentó Daza es absurda y revela la forma cómo son tratados estos casos en esa ciudad. “Un doctor manipula el miembro del violador y si éste no logra una erección, es declarado impotente. Con esta metodología, la mayoría de violadores tienen una vía de acceso a la impunidad”. Este método se le aplicó a Daza. Y éste fue una de las razones que llevaron al presidente de la Corte Superior de Huánuco, Jorge Picón, a dejarlo en libertad.
“Si usted hiciera una investigación de todos los casos de violación a nivel nacional, vería la cantidad de jueces que están procesados por este tipo de acciones”, dijo Picón. Asimismo, justificó su decisión afirmando que “mi especialidad no es la penal. Siempre he sido magistrado civil, ese no es mi tema”.
El juez Jorge Picón, junto a Vergara Malqui y a la magistrada Cecilia Garay decidieron absolver a Daza por falta de pruebas.
Pero este es sólo un pequeño ejemplo de lo que ocurre en Huánuco. La cantidad de denuncias de violación frustradas es tan alta que, aunque parezca insólito, se ha conformado una asociación de madres cuyos hijos han sido abusados sexualmente y cuyas denuncias no obtienen la debida justicia. Esta asociación se llama Tamar y cuenta con más de 150 representantes. La mayoría de mujeres que integran esta asociación denuncian que todo el sistema legal beneficia a los violadores, desde el policía que acusa a la madre de dejar sola a su hija, hasta los médicos legistas, fiscales y jueces.
Este grupo de madres, junto a la ONG Paz y Esperanza y otras ONGs que velan por los derechos de mujeres y niños presentaron en setiembre del 2011 ante el Consejo Nacional de la Magistratura documentos referidos a los fallos de Jorge Picón y el resto de jueces que integran la Sala Penal de Huánuco.
Ante el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), Picón dijo que no especialista en materia penal. Esta, entre otras consideraciones, llevó al Consejo a no ratificarlo. Sin embargo, el magistrado ha demandado ante un juzgado civil por 3 millones de soles a las ONGs que presentaron documentos ante el órgano fiscalizador de jueces. “Han dañado mi imagen y el CNM me saca porque le da la gana, simplemente”, nos dijo Picón en una entrevista.
El proceso que Mercedes Tucto Ramírez inició en contra de Daza por la violación a su hija fue evaluado por la Corte Suprema y ésta encontró tal cantidad de vicios y errores que ha ordenado que se reinicie el juicio. El acusado, sin embargo, ya huyó.
Lo que más le preocupa a Mercedes y a las mujeres de Tamar, sin embargo, es que el magistrado Picón, quien ha presentado una acción de amparo en Huánuco, pueda volver al cargo. Ellas están dispuestas a venir a Lima para pedir justicia.
Jerónimo Centurión
Fuente: diario16