Escuche la entrevista con Claudia Messing http://%20http//download.radionetherlands.nl/rnw/smac/cms/claudia_messing_20120316_64_44_2.mp3
Indiscutiblemente los tiempos han cambiado y también lo han hecho las personas. A los jóvenes les cuesta más tener pareja estable de lo que les costó a sus padres. La tendencia, según la doctora Claudia Messing directora de la Escuela de Postgrado de Orientación Vocacional y Terapia Vincular Familiar de Buenos Aires, es que cada vez hay más parejas jóvenes que recurren a una terapia.
¿Las causas? Muy variadas. La doctora Messing nos habla de cambios estructurales y psíquicos a nivel internacional que cada cultura asume de forma diferente. Las dos razones principales son: el miedo a perder la propia individualidad – fobia a quedar atrapado en el vínculo con la otra persona – y la exigencia del otro para completarse a sí mismo.
¿Te cuesta mantenerte en pareja?
Es difícil conformarse con la rutina tanto laboral como familiar. “La necesidad de cambio se da en todos los órdenes de la vida. Pero particularmente en la pareja, donde surgen muy fácilmente la desmotivación, el aburrimiento, el ahogo, la asfixia, la necesidad de tener otras personas que nos hagan sentirnos menos atrapados”, explica Messing.
Los jóvenes actuales no quieren perder su vida de solteros, a pesar de vivir en pareja. Cada vez es más común encontrar matrimonios que mantienen una vida individual y hacen planes por separado. Esto se da porque, indiscutiblemente, las parejas se han democratizado y los roles que antes asumían el hombre y la mujer son muy diferentes. Actualmente, la mujer tiene más protagonismo laboral, mantiene una independencia económica, y, aunque con la llegada del hijo se dedica más a él que el hombre, el padre también se incluye mucho más que antes en la crianza. Sin embargo, la doctora advierte que en esos casos en los que los conyugues mantienen una vida tan distante, la familia termina sufriendo mucho y, si tienen hijos, encontrarán difícil el integrarse con ellos.
Así, la entrega y el compromiso, propios de cualquier relación de pareja, son más complejos y difíciles de encontrar o asumir. “Los varones siempre creen que las mujeres tienen que ser como una mamá disponible que permita todo, y que ellos entran y salen sin compromiso”, especifica la doctoraMessing. No hay que entenderlo como egoísmo, porque esto no se reconoce como tal, sino como algo natural. “En términos globales, hay mucho más narcisismo y mucha dificultad para ver lo que uno le hace a otro y las consecuencias de ello”, explica Claudia Messing.
Por supuesto, la influencia de nuestros padres también es decisiva. Uno traslada a la pareja lo que ha recibido como modelos anteriores. En este sentido, la doctora Messing incide en la importancia en un fenómeno psicológico que todavía no se conoce y que se denomina la “simetría inconsciente”. Esto significa que, desde el nacimiento, un chico imita inconscientemente a sus padres y, desde muy pequeño, se siente adulto, en posición de saber y poder; pero no termina de individuarse, no termina de diferenciarse profundamente de sus padres”, explica la experta. Cuando crecen, estos jóvenes tendrán un problema para entregarse emocionalmente a su pareja y desarrollarán una fobia a quedarse vinculado a otra persona para siempre y perder la individualidad y la libertad.
¿Existe el término medio entre libertad individual y compromiso con tu pareja?
La respuesta de Claudia Messing es tajante: “claro que se puede, pero indefectiblemente requiere una maduración en la pareja y un trabajo de ellos; un trabajo de crecimiento, de revisión de sus propios vínculos”.
Todo tiene relación con las expectativas que ponemos en la otra persona. En muchas ocasiones se traslada a la pareja lo que se ha visto en la propia casa, y la frustración viene cuando estas esperanzas no se cumplen. El trabajo para estas parejas se centra en las posibilidades de entrega y sacrificio, la comunicación y, en un momento dado, las consecuencias de la llegada de un hijo; lo que, en una pareja significa un antes y un después.
¿Por qué cuesta encontrar pareja? Resultado de la encuesta en Facebook
Ni la suerte ni el destino tienen mucho que ver en nuestra incapacidad para formar una pareja estable. Lo que realmente nos determina es nuestra disposición interna, la estructura psíquica. En el caso del hombre, poder tolerar el vínculo con las mujeres y quererlas y, por el contrario, las mujeres no deben buscar en una pareja el modelo de sus padres ni la plenitud total.
Claudia Messing valora algunas de las respuestas que dieron nuestros seguidores de Facebook y establece que las dos causas más plausibles por las que no podemos encontrar pareja son: la exigencia y un visible anhelo de que el otro se convierta en “nuestro todo”, “sea hombre o mujer, el que tenga este anhelo termina siendo muy agobiante para el otro el sostener tanta necesidad de plenitud”.
Otro efecto de la simetría inconsciente es que, al no sentirse totalmente identificado con sus padres a pesar de copiar su modelo, el joven se siente solo y con gran vacío interior. En consecuencia, necesitará de una pareja para sentirse completo. Esta actitud, explica Messing, lleva al fracaso ya que, según ella, lo primero es estar bien con uno mismo.
“Una pareja se arma cuando alguien se siente contento con sí mismo, o sea, hay que trabajar mucho para estar bien. Y cómo las personas no van a estar bien cuando se sientan reconocidas en lo que hacen, cuando tienen algún trabajo o alguna profesión, algún oficio que les dé identidad propia. O sea, las personas necesitan sentirse útiles, valiosas consigo mismas, y entonces es mucho más fácil conseguir una pareja estable que cuando estamos en estado de indefinición y todavía no saben quién son y qué quieren en la vida.”
Fuente: radio nederland