El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo ayer una complicada visita a Brasil en la que los intereses económicos de ambos países, multiplicados por el crecimiento acelerado de la economía brasileña, se combinan con el interés del Gobierno de Dilma Rousseff de competir con EEUU como potencia mundial y de aspirar a un puesto permanente en el Consejo de seguridad de la ONU.

La presidenta Rousseff pidió a su homólogo eliminar barreras comerciales, mientras el visitante utilizó la retórica y obvió dar responder el pedido y apoyar la pretensión brasileña de integrar el Consejo de la ONU.

El presidente norteamericano llegó pocas horas después que efectivos antimotines de la Policía Militar reprimieran una manifestación en Río de Janeiro contra la visita de Obama.

No fue posible que ambos presidentes defendieran sus puntos de vista en conferencia de prensa porque no se permitió preguntas, para evitar interrogantes incómodas sobre la posición norteamericana respecto a la ONU o la decisión del expresidentes Lula, de no participar en el almuerzo con Obama al que estaba invitado junto a los demás expresidentes brasileños.

Fuente: La primera

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