La discapacidad intelectual agrupa a aquellos jóvenes con necesidades educativas especiales (retardo mental, síndrome de down, etc.) y haciendo más énfasis en el área cognitiva.

La sexualidad debe entenderse como un sistema de múltiples niveles que va desde lo biológico hasta lo cultural. Y desde este punto de vista, la sexualidad de la persona con discapacidad intelectual o sin ella se caracteriza como seres sexuados como cualquiera de nosotros.

El adolescente con síndrome de down
La adolescencia en la vida de todo ser humano y en el caso de la persona con síndrome de down, aflora sus limitaciones y sus logros, sus posibilidades y sus carencias, dentro de un organismo que sigue un desarrollo biológico prácticamente normal.

El desarrollo sexual
El desarrollo del vello pubiano se da al igual que en los otros chicos. El vello axilar está ligeramente retardado así como el de la barba y es más delgado y ralo. En cuanto a su fertilidad, no se conoce aún varones que hayan engendrado (falla en la producción de espermatozoides). Aparece bastante tarde y puede quedar incompleto en lo que se refiere a órganos reproductores. Los varones tiene menor secreción hormonal, genitales pequeños y está generalmente admitido que son estériles. En las mujeres la menstruación suele ser normal y se dan casos de madres Down, cuyos hijos son normales en un 50% de los casos conocidos.

Rol de la familia en la Educación sexual del joven con habilidades diferentes

Comienza con la familia, desde que nace, por eso es necesario que las actitudes, costumbres y hábitos referentes a la sexualidad que la familia proyecta, sean las más positivas y adecuadas para él.

La madre debe ofrecerle vivir su sexualidad desde el afecto, el contacto físico, la lactancia materna, ofreciéndole experiencias satisfactorias de confianza y seguridad. Debe existir armonía en la pareja para afrontar los problemas emocionales y sociales que ocasiona sacar adelante al joven y asumir la tarea de ser los principales educadores de sus hijos.

Propiciar que asista a reuniones familiares y sociales, paseos, salir a sitios públicos y prepararlo dentro de sus limitaciones. Los padres deben estar atentos y preparados a los cambios sexuales que va a experimentar sus hijos (masturbación, menstruación, eyaculación nocturna, etc.) a fin que puedan asumir una conducta adecuada frente a su sexualidad.

Darle estímulos diferentes que lo lleven a utilizar su tiempo libre como la incorporación en actividades lúdicas y deportivas para canalizar sus impulsos sexuales. Hacer lo más normal posible la vida de personas con Síndrome de Down. Evitar actitudes sobreprotectoras que provocan dependencias y dificultan autonomía.

Psicóloga Marisol Linares Saman
C. Ps. P-Nº 03907
informes@inppares.org
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Clínica Central de INPPARES

Fuente: La Primera

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