La holandesa iraní Zahra Bahrami, quien fuera ejecutada la semana pasada en Irán, ha sido sepultada en un lugar desconocido en el país. Esto ha sido dado a conocer por los servicios de seguridad iraníes a su hija Banafsheh Najebpour, quien vive en Teherán.
El ministro de Relaciones Exteriores, Uri Rosenthal ha llamado de vuelta al embajador en Irán. Previamente a su regreso el embajador deberá presentar su enérgica protesta ante las autoridades iraníes por la “actitud irrespetuosa hacia los deudos de Bahrami”.
Prohibición
Banafsheh Najebpour ha dado a conocer la información a Sadegh Nageshkar de la organización iraní pro derechos humanos HRADI, la que a su vez proporcionó los antecedentes a Radio Nederland.
La hija de la holandesa ejecutada informa también que las autoridades de Irán le prohibieron informar a la embajada holandesa en Teherán acerca del entierro. Según Nageshkar esto tiene que ver con la exigencia expresa del gobierno de Holanda de que los restos de la señora Bahrami fueran entregados a su familia.
A 400 kilómetros
“La hija de Zahra Bahrami recibió una llamada de los servicios de seguridad de Irán el domingo a las 3 y media de la tarde, hora local, informándole que se había dado comienzo a los preparativos para el entierro de su madre. Ella u otro miembro de su familia tendrá la oportunidad de estar presente en el entierro que tendrá lugar en la ciudad de Semnan”, informa Nageshkar. “Pero Semnan se encuentra a más de 400 kilómetros de Teherán y la familia no habría podido llegar a tiempo.”
Condena política
Según la organización iraní pro derechos humanos, los hechos dejan en claro que Zahra Bahrami fue ejecutada por razones políticas y no por posesión de drogas, como reza la acusación oficial de Teherán. “Los cuerpos de los ejecutados por tenencia de drogas son entregados siempre a sus familias en Irán. Los de los presos políticos nunca, ya que el régimen teme que su funeral se transforme en una manifestación.
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Zahra Bahrami, de 45 años, murió en la horca el sábado pasado en la prisión de Evin en Teherán. En enero había sido condenada a muerte por posesión de drogas. Luego de la ejecución se reveló que había sido torturada y que su cuerpo mostraba las huellas de los malos tratos. Según HRADI esta sería una segunda razón de por qué el cuerpo no fue devuelto y el entierro tuvo lugar en un lugar secreto.
Prohíben ceremonia
La hija Banafsheh Najebpour fue informada también por los servicios de seguridad que no se permitiría ninguna ceremonia en memoria de su madre. Ni en una mezquita ni en ningún otro sitio público. “Si lo hacen corren el riesgo de ser arrestados”, según Nageshkar. El miembro de la organización iraní pro derechos humanos HRADI aseguró que posiblemente la familia llevará a cabo una ceremonia, en presencia de todos sus miembros y de amigos. Esto seguramente será decidido el lunes.
Fuente: radio Nederland