Posiblemente se ha logrado un significativo avance en el tratamiento de bebés que al nacer sufren lesiones cerebrales por falta de oxígeno, condición conocida como hipoxia cerebral neonatal.
Investigaciones realizadas en Holanda revelan buenos resultados de la terapia con células madre en ratones de laboratorio. El tratamiento para seres humanos estaría listo en cuatro años.
Uno a tres de cada mil bebés nacidos en el mundo occidental sufren lesiones cerebrales por falta de oxígeno durante el parto. No se dispone de datos de los países en vía de desarrollo, pero se presume que la situación no es mucho mejor. En Holanda, con unos 180.000 nacimientos por año, son varios centenares los bebés afectados, para quienes prácticamente no hay ningún tratamiento.
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Vía nasal
Las células madre, suministradas por vía nasal, son capaces por sí solas de encontrar el camino a las áreas dañadas del cerebro, donde estimulan la recuperación del tejido cerebral. La médica bióloga Cindy van Velthoven se ha doctorado recientemente en la Universidad de Utrecht con una investigación sobre ratones recién nacidos.
“La idea principal de la terapia con células madre es que al suministrarlas, estas células pueden transformarse en cualquier tejido del organismo, sustituyen al tejido dañado, lográndose así una mejora del paciente”, explica Van Velthoven.
En la actualidad, el único método disponible para tratar a los neonatos con hipoxia cerebral, es someterle a una terapia de frío, donde se baja la temperatura del bebé a unos 33 grados Celsius. Esto debe ocurrir en las primeras seis horas luego del nacimiento. A menudo no se logra intervenir a tiempo, porque no se puede constatar con tanta rapidez si realmente se ha producido una lesión. Muchos neonatos con este problema no reciben el tratamiento.
Avances
La doctora Van Velthogen realizó su investigación con ratones recién nacidos, porque el cerebro es muy similar en crecimiento y desarrollo al de los neonatos humanos. Este tipo de investigaciones también se están realizando en otras partes del mundo, como Estados Unidos. Sin embargo, fue con las investigaciones en Utrecht que se hizo evidente la posibilidad de éxitos con neonatos.
“Lo mejor sería poder utilizar las células madre del bebé mismo”, explica Van Velthogen, “ya que el cordón umbilical presenta una abundancia de este tipo de células, en variadas formas. Sin embargo, es imposible saber de antemano cuál bebé corre el riesgo de hipoxia cerebral. Hay un grupo del que sí se puede saber, pero también otro que no manifiesta la lesión alguna hasta más tarde, cuando ya se ha desechado el cordón umbilical.”
En Utrecht hay un centro donde se almacena células madre. Esto podría ser una opción al constatarse la lesión cerebral en un recién nacido.
Polémico
La terapia con células madre es algo polémico, principalmente en Estados Unidos, y más aún si se trata de células madres embrionarias, o sea de fetos. En el centro de investigación de Utrecht sólo se utiliza células madre que se aislaron de tejidos maduros, o sea de tejidos que ya pasaron la fase embrionaria.
Van Velthoven espera que en tres a cuatro años, la terapia pueda aplicarse en humanos. Ya que se trata de una terapia con células madre, se necesita el consentimiento de la Comisión Central de Investigación sobre Seres Humanos (CCMO). La comisión tiene criterios muy estrictos, y evalúa minuciosamente si lo que se piensa realizar se atiene a las normas vigentes, y si se garantiza que nadie sufra daños. La investigadora está convencida que aprobarán su iniciativa, probablemente en los próximos meses, más teniendo en cuenta que no existen tratamientos alternativos.
Beca de investigación
De momento, se ha solicitado una beca de investigación en la Organización para la Investigación Científica (NWO) por un monto de 1,6 millones de euros para continuar los estudios. Con ello, se espera poder pasar del laboratorio a la clínica. El otorgamiento de tal beca implica una actitud positiva hacia las posibles aplicaciones de la terapia.
Esencial es también la disposición de las clínicas a participar en la investigación. Esto no sería un problema, afirma Van Velthoven. Varias clínicas pediátricas consideran estos estudios como algo verdaderamente innovador. También el doctor Danilo Gavilanes Giménez, neonatólogo en la ciudad de Maastricht, se muestra entusiasta, y considera que se necesita realizar mucha más investigación. Al preguntársele si participaría en el proyecto, responde sin dudar:
“Con mucho gusto. Siempre que se monitoree cuidadosamente, este tipo de terapia es más que bienvenido.”
Fuente: radio Nederland