Publicado el : 3 Enero 2011 – 11:42 de la mañana | Por Willemien Groot (RNW)

Desde hace seis meses poseo un iPhone 3GS. Mi iPhone es una oficina ambulante. Bien mirada, toda mi vida social está en este aparato. Ya no puedo vivir sin él. Y, por lo visto, mi teléfono tampoco puede vivir sin mí.

Cuando por las mañanas llego a mi oficina puedo comenzar mi trabajo de inmediato. Durante el viaje previo en tren ya fui capaz de revisar mis correos electrónicos, ponerme al día con Twitter y con mis cuentas de otras redes sociales. Desde telefonista y agenda hasta correo electrónico, todo está en el teléfono. Si alguna vez lo olvido en el tren, el que lo encuentre tendrá la alegría de su vida.

Pero también sin pérdida o robo, el “smartphone” es un peligro para mi privacidad, según me he dado cuenta. Y para ello ni siquiera se necesita un virus u otra contaminación. Hace poco me preguntaba si no sería necesario instalar un antivirus. “De ninguna manera. No es necesario”, fue la respuesta del especialista en teléfonos celulares Arnoud Wokker. Son los fabricantes de antivirus los que, a través de una campaña de intimidación, tratan de aumentar sus ganancias.

Virus y troyanos
En Holanda no se ha dado ningún caso de algún virus o troyano que haya aparecido en un teléfono celular. La cantidad de “smartphones” es relativamente pequeña, informa Wokke. Pero si el número de usuarios sigue creciendo, dentro de algunos años la situación cambiará.

Las infecciones en los teléfonos celulares aumentan, por ejemplo, en China. En diciembre apareció un troyano para los teléfonos Android. El troyano entró escondido entre populares programas y juegos. Un teléfono infectado puede, incluso si el propietario no es consciente de ello, bajar e instalar otros juegos. Por otra parte, la situación solamente se produce con proveedores ilegales. Aplicaciones oficiales y aprobadas no tienen ese problema (todavía).

Información
Mi iPhone puede por lo tanto sobrevivir sin antivirus. La amenaza llega de otros sitios. Existe una multitud de programas que quieren saberlo todo de mí, como mi ubicación, sexo y edad. O que guardan prolijamente la información de qué programas uso y por cuánto tiempo. Especialmente aplicaciones y juegos gratuitos entregan sensible información privada a terceros.

Fíjese usted alguna vez cuán a menudo un juego le pregunta por su ubicación. Especialmente si juega con otros o si quiere incluir su nombre en una lista de ganadores. Qué ocurre después con esa información es algo que el usuario no puede controlar. Pero uno recibe repentinamente una publicidad de una música que a uno le gusta.

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Datos personales
En las aplicaciones Android, la cosa es relativamente segura. Sin autorización ellos no pueden reunir información. En caso de duda uno puede elegir no instalar una aplicación. Pero Apple tiene un serio problema. A fines de diciembre, el gigante de computación fue acusado, junto a otras cinco empresas en EE.UU., de haber permitido la presencia de aplicaciones que preguntaban datos personales para después entregarlos a oficinas de publicidad.

Mi favorito –y además gratuito- juego Paper Toss, que consiste en lanzar una bolita de papel en una papelera, se encuentra en la lista de sospechosos. Tal como el proveedor de música Pandora. Bajo el lema, “mejor prevenir que curar”, de ahora en adelante tendré que vivir sin ninguno de los dos. Ahora, a buscar cuántos programas infectados más tengo instalados. Es verdad que quiero mucho a mi teléfono, pero aprecio más mi vida privada.

Fuente: Radio Nederland

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