El embarazo representa un periodo de cambios a los cuales la pareja deberá adaptarse. Pero eso dependerá de la información que tengan acerca del proceso de embarazo y de la calidad de su relación, de la carga laboral, los problemas económicos o la salud de la mujer.

No existen evidencias de que las relaciones sexuales produzcan daño al feto o a la gestante. En todo caso, siga únicamente los consejos de su médico u obstetriz, pues están capacitados para dar recomendaciones sobre la abstinencia sexual o no.

Durante el primer trimestre del embarazo la frecuencia de las relaciones sexuales puede disminuir, por temores o molestias físicas. Pero en el segundo trimestre el aumento del deseo sexual aumenta al igual que los orgasmos. El temor al aborto espontáneo desaparece, pero los primeros movimientos del feto producen nuevos temores al igual que los cambios físicos por el aumento del volumen corporal, pudiendo generar temor a no ser atractiva para la pareja. Ante ello, las posturas recomendadas son aquellas que no presionen el abdomen de la mujer.

En el tercer trimestre es frecuente la disminución del deseo sexual, sólo algunas mujeres refieren un aumento en el deseo. Además, es aquí cuando aparecer temor al parto, por lo que se debe hacer hincapié a la comunicación y al afecto de la pareja y/o personas cercanas.

Pese a todas las molestias que puedan aparecer durante el embarazo, recuerden que hacer el amor refuerza el afecto y el amor en la pareja, y contribuye al bienestar y desarrollo del feto.

Dra. Lia Paz Arrascue
Obstetriz
Clínica Central del INPPARES
informes@inppares.org

Fuente: La Primera

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