Publicado el : 29 de septiembre 2010 – 3:05 de la tarde | Por Philip Smet (http://www.flickr.com/photos/institut-douglas/)
“Su vida social se va deteriorando. Ya no puede salir, porque no comprende lo que sucede en su entorno. No puede entablar un diálogo, ni ver las noticias. Y todo no hace más que empeorar.”
Son las palabras de Piet van Middelaar, esposo de Agnes van Middelaar, de 62 años y que sufre demencia semántica. Es una forma rara de demencia, que generalmente se presenta en gente aún no anciana. “Poco a poco, Agnes ha ido perdiendo la comprensión del lenguaje. Al ocurrir esto, es tanto lo que uno ya no puede compartir. Es tanta la aflicción, tanto el dolor de la pérdida”, afirma Piet.
Artículos relacionados
Nuevos avances en la lucha contra el mal de Alzheimer
Vivir más causa demencia
Teléfono celular contra el Alzheimer
Corte de EEUU traba fondos para investigación de células madre embrionarias
Enfoque único
La reina Beatriz de Holanda inauguró este martes un centro especial para el Alzheimer, parte del hospital académico de la Universidad Libre (VU) de Ámsterdam. Allí trabaja un equipo de alrededor de cincuenta investigadores y médicos.
“Todos los pacientes que ingresan a este nuevo centro, saben en un principio que se trata de investigaciones. Es un enfoque bastante particular, poco frecuente en el mundo. Aún así, trabajamos en conjunto con otros centros fuera del país, ya que sólo cooperando a gran escala se puede avanzar en el campo científico”, dice el profesor Philip Scheltens, director del Centro para el Alzheimer.
El objetivo de la investigación es, entre otros, llegar a una noción más clara de las causas de la demencia, y poder emitir un diagnóstico ya en un estadio temprano. Muchos médicos no reconocen la demencia cuando se trata de pacientes jóvenes.
Lo especial de este centro en Ámsterdam es que no sólo se dedica a los pacientes “corrientes”, o sea gente de avanzada edad, sino que la gente de entre 35 y 65 años que sufre demencia, son objeto aquí tanto de investigación como de tratamiento.
Impacto
La enfermedad en este último grupo poblacional tiene un gran impacto sobre el entorno. Ya no pueden funcionar en el ambiente laboral o familiar, y la vida social se ve seriamente afectada. Para el paciente mismo, la enfermedad resulta en última instancia fatal. Sí hay medicinas que ayudan a sobrellevar la enfermedad, pero no para frenarla o curarla.
“En el caso de gente joven que sufre de demencia, la enfermedad es más agresiva y se desarrolla con mayor rapidez”, explica Philip Scheltens. Los pacientes que desarrollan la enfermedad entre los 35 y 40 años, tienen una expectativa de vida de 5 a 6 años. Los pacientes de más avanzada edad pueden vivir hasta 15 años con demencia.
Estilo de vida
A nivel mundial, hay unas 35 millones de personas que sufren de demencia. Según los pronósticos más recientes, este número ascenderá a los 115 millones para el año 2050. La mayoría de los enfermos vive en Occidente, donde el número de pacientes ascendió con un 46% entre 2000 y 2007. Sin embargo, las estadísticas están cambiando.
“El mayor aumento se registra hoy día en países que se han desarrollado con rapidez, como India y China. La expectativa de vida aumenta, pero con ello también los casos de Alzheimer. Tenemos la impresión de que los factores de riesgo del estilo occidental de vida, como son la alta presión, el colesterol, poco ejercicio y obesidad, también serían causantes del Alzheimer”, opina el profesor Scheltens.
Pérdida paulatina
La demencia, con la enfermedad de Alzheimer como su variante más conocida, es una dolencia que se va manifestando paulatinamente. Agens van Middelaar trabajaba como enfermera. Hace unos diez años se le constató demencia, pero los síntomas ya se habían presentado años antes.
“La mala noticia no se materializó de un día para otro. Fue más bien una pérdida paulatina: “…ya no lo sé…¿cómo era que se llamaba?” A veces le resultaba difícil, pero jamás se tornó agresiva o depresiva. Sé de gente demente con la que es imposible convivir . Así que, para mí, también fue suerte dentro de la desgracia”, comenta Piet van Middelaar.
Desde febrero, Agnes se encuentra en una casa de convalecencia, al igual que la mayoría de los pacientes con demencia después de un tiempo de sufrir la enfermedad. En su habitación tiene un entorno seguro. Ya no puede hablar, y tampoco entiende lo que se le dice. A su esposo Piet y sus dos hijos, no los reconoce más.
Fuente: Radio Nederland