El Observatorio de Medios del Estudio para Defensa de los Derechos de la Mujer, Demus, alertó la creciente tendencia al feminicio en el país y señaló que las nueve mujeres asesinadas en enero se suman a las 118 que perdieron la vida en el 2009 a manos de hombres a quienes les unía un lazo afectivo.
Estas muertes fueron producidas de manera premeditada y violenta, mediante el uso de armas de fuego o arma blanca, y no pocas fueron previamente torturadas y al final quemadas.
Entre las nueve víctimas que perdieron la vida en enero figura la cantante ayacuchana Rina Chiara, conocida como “La voz de Incuyo”, quien apareció cruelmente quemada en un descampado de la zona de Pachacamac.
Otra es Elizabeth Vásquez, abogada de un conocido estudio tributarista de Lima, a quien encontraron sin vida en la maletera de un auto. Ella fue asfixiada y golpeada por su victimario.
Jeannette Llaja, directora de Demus, manifestó que existe la necesidad urgente de modificar la actual ley de violencia familiar en razón de que no responde a las necesidades de las mujeres.
“No puede haber más indiferencia estatal frente a esta realidad que implica violencia cotidiana y muerte diaria de mujeres”, reclamó Llaja.
La también abogada de esta institución tutelar comentó que el feminicidio es el último peldaño en la escalada de violencia a la que está sometida la mujer.
“No por celopatía masculina como algunos pretenden justificar estas muertes, sino por el afán de control de la sexualidad de las mujeres por los varones en una sociedad fuertemente machista como la nuestra”, refirió.
“Leyes son suficientes”
Al respecto, la ministra de la Mujer, Nidia Vílchez, consideró que las leyes existentes para proteger a las mujeres de la violencia son suficientes, y lo que falta es afianzar el trabajo de prevención.
“Necesitamos sensibilizar a la sociedad a través de los gobiernos locales para que ante un acto de violencia este sea inmediatamente denunciado”, opinó.
También dijo que existen 89 Centros de Emergencia Mujer, y que para este año se ha previsto la apertura de 30 locales más.
En estos lugares, explicó la ministra de la Mujer, hay abogados, psicólogos y asistentas sociales, todos preparados para prevenir y atender no solo a la agredida sino también para ocuparse de la salud mental del agresor.
Pobreza y hábitos pasados
En torno a la violencia contra la mujer, el psicoanalista Roger Cáceres manifestó que es una consecuencia de la pobreza unida a costumbres sociales heredadas en las que el hombre juega un papel más importante que la mujer.
“Lamentablemente esta situación aún se mantiene, y es imprescindible cambiar esta mentalidad permitiendo que la población acceda a un mejor nivel cultural”, añadió Cáceres.
El estudioso de la conducta y la mente humana sostuvo además que el feminicidio es un asunto complejo y que para enfrentarlo se requiere atacar fundamentalmente a la pobreza, reconocida como la madre de males como este.
FUENTE ORIGINAL : DIARIO LA REPUBLICA
Fuente: CODEHICA