Un comentario muy pertinente, pues como afirma el autor todo aquél que se atreva a incursionar en empresa de aviación inmediamente es acusado por narcotraficante o lavado de dolares. Pero los procesos duran mucho tiempo y lo peor es que paraliza las actividades mientras dura la investigación.

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Por Raúl Wiener
Analista

¿Será cierto que todos los empresarios que en el Perú quieren incursionar en el negocio aéreo, resultan con algún vínculo con el narcotráfico y que “El Comercio” siempre los descubre? ¿Tendrá algo que ver con eso de las operaciones de “alto vuelo”, que lleva a estas personas a la tentación de querer blanquear dineros mal habidos en una actividad tan visible y competitiva como la aviación comercial? ¿Y por qué habrá antenas tan fuertes para los narcóticos para ciertas empresas e individuos y no para otras?

Solamente pregunto. Porque sentí como es este asunto cuando dudé de la fiscal que no quería volver a Iquitos porque temía por su vida, pese a lo cual el 90% de la prensa decía que era lo máximo de valentía, al punto de enfrentarse a la junta de fiscales supremos. Ahora veo que a Lourdes Flores no la han terminado de demoler todavía porque ha sido su candidata por mucho tiempo, pero todo indica que, si no encuentra un pretexto pronto para alejarse de Cataño, la puede pagar muy caro.

El hecho es que desde comienzos de este año hay mucho más que una investigación como la que se sigue contra el dueño de Peruvian Airlines (que todavía no ha despegado como línea aérea), para el caso de embarque concreto de varias maletas de cocaína en el que están comprendidos el gerente de seguridad de LAP y la supervisora de seguridad de LAN, así como un grupo de trabajadores de ambas empresas, y que es materia de un proceso penal abierto por actuación en banda, sirviéndose del aeropuerto Jorge Chávez como vía de salida, de lo que LA PRIMERA ha dado cuenta detallada. Pero no hay escándalo.

Raúl Tola y Sol Carreño no llaman al gerente general de LAP y le preguntan durante una hora cómo es eso que dice el Ministerio Público de que han estado sacando continuamente embarques de cocaína por nuestro primer aeropuerto y que explique por qué asumieron la defensa del señor Kirch Jr., su gerente, que no sé si sigue en el cargo, tratando de sacarlo del caso, en vez de deslindar con sus ilícitas actividades. Y tampoco “El Comercio” dice una palabra sobre los múltiples embarques de droga salida del Perú detectados en aviones de LAN, ni del último y más notorio que se cogió en Lima. ¿Por qué no le pide al señor Rodríguez Larraín, miembro de su directorio y presidente testaferro de LAN-Perú, que responda como Lourdes Flores?

No sé nada de Cataño o Carhuallanqui, como dicen que se llama realmente, pero si se trata de alguien “dudoso”, que debería ser impedido de dirigir una línea aérea, por qué tantos se hacen los locos con LAP y LAN, que han sido salpicadas seriamente por un caso flagrante de droga lista para ser embarcada. Si Nancy Obregón está “en aprietos”, por haber tenido como trabajador hace dos años a un tipo que lo encuentran en narcotráfico en estos días, y que ha pasado por otros empleos, por qué no están en peores aprietos las empresas cuyos responsables de seguridad eran parte de una banda para sacar cocaína del Perú.

Pregunto nomás.

Fuente: diario La Primera

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