Day: 8 julio, 2009

Noam Chomsky: ”Hablar de soberanía colombiana es un chiste”

También el tono del discurso hacia Venezuela se ha hecho más fuerte, con acusaciones que ya se hacían y ahora continúan ahora más formales, acusando a Venezuela de permitir el narcotráfico, terrorismo, y ha habido un aumento del presupuesto militar del Pentágono, para el Comando Sur en esta región.

TeleSUR _ 28/08/2009

Primera Parte: Entrevista a Noam Chomsky durante su primera visita a Venezuela realizada por Eva Golinger para Venezolana de Televisión (VTV)
Caracas 24 Agosto 2009

Eva Golinger (EG): Bienvenido a Venezuela, Sr. Noam Chomsky. Estamos muy emocionados por su visita, especialmente durante un momento histórico en el que están ocurriendo muchos cambios en América Latina, potenciales cambios en la relación de EE.UU. con naciones latinoamericanas, y actualmente existen importantes tensiones y conflictos que causan gran preocupación a los latinoamericanos.

En este contexto, y con el recrudecimiento de las agresiones en los últimos meses, con el golpe de Estado en Honduras, el aumento de la presencia militar en Colombia, con la ocupación de más de siete bases militares, además de un control territorial a nivel militar en Colombia, tenemos también la reactivación de la cuarta flota de la armada que ocurrió el año pasado pero está siendo usada ahora en este contexto. También el tono del discurso hacia Venezuela se ha hecho más fuerte, con acusaciones que ya se hacían y ahora continúan ahora más formales, acusando a Venezuela de permitir el narcotráfico, terrorismo, y ha habido un aumento del presupuesto militar del Pentágono, para el Comando Sur en esta región.

La pregunta es, ¿es este algún tipo de fenómeno? Ahora con un presidente supuestamente progresista en la Casa Blanca vemos más ataques contra movimientos progresistas en América Latina.

Noam Chomsky (NC): Y en el resto del mundo. Pero lo que ocurre en América Latina ha ocurrido por más tiempo. EE.UU. por mucho tiempo dio por sentado que podía controlar a América Latina, y de hecho este fue un principio básico de su política exterior desde sus orígenes como república, como una aspiración, que lograron concretar en el siglo XX. El Consejo de Seguridad Nacional, la mayor entidad de planificación, dice que si no podemos controlar América Latina, ¿cómo podemos el resto del mundo?

Henry Kissinger, cuando el golpe de Pinochet, dijo “tenemos que deshacernos de Allende o no tendremos credibilidad en el resto del mundo”. Esa es la clave para controlar el mundo, y por supuesto gran parte de la economía estadounidense estaba basada en inversiones, que eran una especie de saqueo, desde el siglo XIX. Todo esto ocurrió por mucho tiempo y de distintas maneras, intervención militar, golpes de Estado, agresiones, durante el gobierno de Kennedy, con agresión de Estado, el ejército instaurando Estados de seguridad al estilo neonazi. Luego llegó el período neoliberal, el control de los países por medios económicos, pero a finales de los noventa ya no era tan frecuente, Venezuela es un ejemplo, pero ocurría en muchos otros países. Lentamente los países latinoamericanos empezaron a escapar del largo período, desde la época de los conquistadores españoles y portugueses, de una u otra forma de colonización.

Empezaron a librarse del FMI, pagar y reestructurar sus deudas, enfocarse en los problemas internos, y EE.UU. empezaba a perder control, y tenía que haber una respuesta, que se ha desplegado desde finales de los noventa, y que tiene dos frentes, uno militar, y el otro que denominan promoción de la democracia, que es un eufemismo de sometimiento. Uno es militar y el otro es el sometimiento, y Obama sencillamente les está dando continuidad. No está haciendo nada nuevo. Parece diferente a Bush, pero la razón es, si vemos la opinión pública, voceros del gobierno, ellos critican a Bush por no haber prestado atención a América Latina, y que la región sufrió por esto. De hecho es lo mejor que le ha pasado a América Latina, que EE.UU. dirija su atención a otras regiones. Pero Obama quiere remediar esa situación desde una perspectiva progresista liberal, prestando más atención a América Latina, lo que implica un retorno a políticas más tradicionales, la militarización y el sometimiento. Lo que tú mencionas es un ejemplo, pero viene de antes, de hace muchos años, por ejemplo el entrenamiento de militares latinoamericanos por los últimos diez o quince años ha aumentado en gran medida, quizá 50% más de lo que era en los años noventa. Y ahora la posición militar de EE.UU. en América Latina es relativamente mayor que durante la Guerra Fría. Por primera vez, hay más oficiales de entrenamiento militar que asesores económicos. La estrategia ha cambiado hacia un esfuerzo por reconstruir una estructura de intervención potencial, y también para la llamada promoción de la democracia.

EG: Que hemos experimentado en gran medida aquí en Venezuela a través de la USAID, la National Endowment for Democracy con financiamiento a grupos opositores y ahora con participación en una campaña de contrainsurgencia al interior de las fuerzas revolucionarias que apoyan al gobierno, que intentan neutralizar.

NC: Pero estas son políticas de larga data. EE.UU. de hecho inició una nueva fase del imperialismo hace un siglo, al convertirse en una potencia mundial, ya había sido una potencia regional, pero con la conquista de Filipinas, ese fue el momento crucial, por los años 1900, mató a cientos de miles de personas, estableció un control militar parcial, pero tenían que gobernar el país. ¿Cómo gobernar el país? Bueno, desarrollaron una nueva forma de colonialismo, con un Estado de vigilancia muy complejo, usando la última tecnología de la época para socavar movimientos políticos, para desintegrarlos, promover el faccionalismo. Crearon una fuerza militar-policial paralela que podía usar la fuerza cuando fuese necesario. Era muy minucioso y complejo, y de hecho ha regresado a los países de origen, los Estados de vigilancia el Occidente: EE.UU., Inglaterra, desde la Primera Guerra Mundial, basados en el modelo filipino. Y sigue hasta hoy. Filipinas es el único país en el este asiático que no ha participado en el rápido crecimiento económico de las últimas décadas, y aún tiene una fuerza militar terrorista, violaciones a derechos humanos, etc.

Las técnicas son: primero, una fuerza militar internamente, si es necesaria, y segundo la colaboración de los líderes del Estado, por eso es que quieren infiltrar los movimientos revolucionarios, incitar la separación, socavar el poder de otros grupos y obtener beneficios de sus contactos con el poder imperial. Los británicos y los franceses hicieron cosas parecidas, pero esta vez se hizo con gran detalle, algo nuevo en la historia del imperialismo, y por supuesto se extendió a América Latina. Por eso es que después de cada intervención, por ejemplo Haití, República Dominicana, Nicaragua, donde sea, dejan el país en manos de la Guardia Nacional y en colaboración con líderes del Estado. Y la Guardia Nacional es una fuerza de terrorismo de Estado. La Guardia Nacional haitiana nunca luchó contra otro país. Su ejército lucha contra la población, lo mismo con Somoza.

Esa capacidad se perdió en parte en los años noventa y ahora se reconstruye de otra manera. Pero es una tradición antigua. De hecho data de mucho antes. Vale recordar que EE.UU. es el único país del mundo que fue fundado como un imperio. George Washington lo describió como un imperio infante y por supuesto tuvieron que conquistar el territorio nacional, eso es imperialismo, no cruzaron mares, pero aparte de eso, es imperialismo estándar. Prácticamente exterminaron a la población, se robaron la mitad del territorio de México y en 1898 empezaron a expandirse a otras regiones, pero el proceso es el mismo. Y es importante saber que lo hacen con toda franqueza y con una creencia en el carácter divino de su misión. Es un país religioso y siempre ha actuado para cumplir la misión de la Divina Providencia. George Bush hablaba en esos términos. Obama no necesita usar las mismas palabras. Es sofisticado. El mejor ejemplo, como todos saben, es la primera colonia en EE.UU.: Massachussets. Su carta fundacional es de 1629, establecieron su escudo en el que aparecía un indio apuntando su lanza hacia abajo y un pergamino saliendo de su boca, que decía “venid a ayudarnos”, así que los colonos que iban allá a quitarles sus tierras y exterminarlos estaban convencidos de que estaban respondiendo a ese llamado de auxilio, y esa actitud sigue en la actualidad. Cada agresión, intento de sometimiento tiene la misma inspiración. Otros países imperialistas como Francia tienen actitudes similares pero está mucho más arraigada en la cultura y creencia estadounidenses. Hay un importante trasfondo religioso, todo se justifica. Lo más que puede pasar es que se cometan errores.

EG: Eso es también como una guerra psicológica, una manipulación de la realidad, para dar esa impresión.

NC: Es importante entender que es aceptado internamente. Por ejemplo, no se puede hacer un comentario crítico sobre cualquier acción de EE.UU. Obama, por ejemplo, es muy elogiado por ser uno de los principales críticos de la guerra en Irak. ¿Cuál fue su crítica? Dijo que era un error garrafal estratégico. Asumió la misma posición que asumió el estado mayor alemán después de Stalingrado. O la posición de los rusos sobre Afganistán a principios de los ochenta. Y no lo llamamos crítica cuando es de nuestros enemigos, lo llamamos servilismo al poder. Pero en nuestro caso, los liberales, progresistas lo llaman oposición principal. Y se puede ir más allá y estar aún dentro del marco doctrinal básico, y viene de esa autopercepción de nobleza, de la misión divina de civilizar el mundo, elevarlo a un mayor nivel, entonces el sometimiento y la militarización son considerados primordiales, y de hecho en el caso de América Latina la izquierda condena a Bush por no enfocarse en América Latina, por no cumplir con la misión civilizadora. No es sorpresa entonces las acciones de Obama.

EG: Y es un proceso cuyo ritmo está aumentando rápidamente.

NC: En parte por estas razones y en parte porque los problemas son más apremiantes. La llamada “marea rosa” es considerada un verdadero peligro. De hecho el gobierno de EE.UU. está apoyando gobiernos que hace cuarenta años habría derrocado. El gobierno de Brasil, por ejemplo. Las políticas de Lula no son tan diferentes de las políticas de Goulart a principios de los sesenta, cuando el gobierno de Kennedy inició un golpe militar e instaló el primer Estado de seguridad nacional estilo neonazi, y ahora es un país amigo, porque todo el espectro se ha desplazado tanto que ahora EE.UU. debe apoyar al tipo de gobierno que antes habría derrocado y por supuesto tratar de someter a los otros.

EG: Hablemos de eso específicamente, porque está el tema del aumento de presencia militar estadounidense en Colombia, que ha causado tensión en la región. El gobierno de Colombia y el gobierno de EE.UU., Obama, sostienen que esto es un asunto bilateral, que esto no es una ocupación o el establecimiento de nuevas bases militares; es un acuerdo de cooperación en seguridad. Pero algunos de los detalles que sabemos, aparte de las tres bases que EE.UU. ya ha ocupado bajo el Plan Colombia, y más de una docena de estaciones de radar, es que definitivamente tendrán acceso a siete bases, una de las cuales, en Palanquero, les dará acceso aéreo a todo el hemisferio, que no tenían anteriormente, con gigantescos aviones militares de carga tipo C17, y más allá de eso, está el tema de lo que EE.UU. llama defensa interna en un país extranjero, con la que entrenan fuerzas armadas colombianas, equipos comando especiales, fuerzas especiales, la Policía Nacional colombiana, los entrenan, los comandan y los controlan, y ahora existe la posibilidad de una reubicación de la Escuela de las Américas, ahora llamada WHINSEC, en Colombia, para empezar el entrenamiento en otros países de la región. El próximo viernes 28 habrá una reunión de presidentes de Unasur en Argentina para tratar este tema, que muchos dicen que es una amenaza para la estabilidad regional. Pero hay naciones que mantienen la posición de que hay que respetar la soberanía colombiana. Con gobiernos apoyados por Washington como Brasil, y con el golpe en Honduras que ha sido visto como un ataque contra los países del ALBA, ¿es esta ocupación o ampliación de presencia militar en Colombia un intento de dividir e impedir un mayor progreso de la integración latinoamericana, primero mediante la promoción de estos conflictos entre naciones, aparte del conflicto entre Colombia como gobierno de derecha y Venezuela como gobierno de izquierda, con países como Brasil o Chile, que pueden asumir una posición más ambigua u neutral en cuanto al respeto de la soberanía colombiana, que se oponen a la expansión militar estadounidense pero sin llegar a condenarla.

NC: Hablar de soberanía colombiana es un chiste. El Plan Colombia, creado por Clinton, es una intervención agresiva en los asuntos internos de Colombia, que ha tenido consecuencias. Hay un pretexto, y el pretexto es la guerra contra el narcotráfico, pero es solo un pretexto y no se puede tomar en serio. Y el establecimiento de las bases militares en Colombia es una reacción al hecho de que EE.UU. ha perdido su posición militar en otros países. Ecuador desactivó la base en Manta, que le daba a EE.UU. gran capacidad de vigilancia aérea en la región. Paraguay era una especie de base militar estadounidense, y eso ya se acabó. Tenían que reconstruirla en otra parte y Colombia es el único país donde podían hacerlo. El golpe en Honduras es parte de otro proceso. Centroamérica había sido tan devastada por las guerras contra el terrorismo de Reagan que no era parte de la tendencia de la llamada marea rosa, hacia la integración latinoamericana. Honduras estaba en el camino de la integración, y bueno ahora ya no, ellos creen, y en realidad se ha expandido en Centroamérica. Nicaragua es otro caso. Todo esto me parece que es un intento de recuperar la posición tradicional incluso antes, hace 10 ó 15 años el entrenamiento de oficiales ha aumentado rápidamente, y ha cambiado, ahora el entrenamiento es en tácticas de infantería. La idea es crear fuerzas paramilitares, no están entrenando policías de tránsito. El control de la “ayuda” oficial ha cambiado del Departamento de Estado, ahora está en manos del Pentágono, que es un cambio relevante. Cuando estaba bajo el Departamento de Estado tenía al menos en teoría supervisión del Congreso, que quiere decir que había condiciones que había que cumplir sobre derechos humanos por ejemplo, que no se implementaban mucho, pero eran una limitación a posibles abusos, pero bajo el control del Pentágono, no hay reglas, todo es válido.

Eva Golinger
Fuente: Telesurtv (más…)

El objetivo es… ¡Brasil!

El porqué de las bases militares en Colombia
El objetivo es… ¡Brasil!

Diego Hernán Córdoba
APM

Expertos argentinos explican las razones últimas de las bases militares en Colombia, como necesidad estratégica de EE.UU.: de potencia global a potencia regional.
En los centros del trazado estratégico estadounidense saben que pasó el tiempo de la potencia única y global. Para enfrentar a la Unión Europea (UE), China y Rusia, Washington quiere asegurarse el control de América Latina. El problema lo tiene en el Sur, por ello pretende acabar con Brasil. Las posibilidades de resistencia con que cuenta la región. El rol de UNASUR y otras iniciativas de integración. Sobre esos puntos se expresaron, en entrevista exclusiva con APM, los politólogos y expertos en geopolítica Marcelo Gullo – autor de los libros “Argentina-Brasil: La gran oportunidad” y “La insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones” – y Carlos Alberto Pereyra Mele, del Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos.
El interés geopolítico de Estados Unidos consiste en retrasar el paso de ser una potencia global a una potencia regional”, dijo Gullo.

La crisis que atraviesa Estados Unidos -manifestó- no es coyuntural, sino estructural, porque, por primera vez desde 1970, se han disociado los intereses de la alta burguesía norteamericana con el Estado. A partir de la década del ´80 las industrias estadounidenses, buscando pagar salarios más bajos, se van al Asia para producir con destino al mercado norteamericano, lo cual produjo un lento proceso de desindustrialización dentro del propio territorio.

“Todo ello generó un enorme proceso de gente sin trabajo. Ese sería el eje conceptual de la crisis financiera global, dejando a Estado Unidos desindustrializado, sin empleos suficientes y con 40 millones de pobres”, destacó.

Estados Unidos aspira a mantener un papel protagónico y por consiguiente intenta expulsar a China de África e impedir la alianza entre Rusia y Europa occidental. “Esas dos grandes estrategias están fracasando, por eso tiene la necesidad de que América Latina sea su zona de influencia exclusiva; por tal motivo pone un pie en Colombia”, subrayó Gullo.

Estados Unidos sólo produce el 15 por ciento de la energía que consume y América Latina le provee el 25 por ciento de sus necesidades en materia de recursos.

En tanto, Pereyra Mele precisó que “Colombia es un país bioceánico, es vecino del que le vende el 15 por ciento del petróleo – Venezuela – y además limita con Ecuador, también país petrolero. Desde las bases navales de Málaga y Cartagena de Indias, Washington tiene rápido acceso al mayor punto de comunicación comercial del mundo, el canal de Panamá”.

La importancia geopolítica que tiene Colombia para Estados Unidos se expresa en lo táctico y en lo estratégico, explicó Gullo.

Desde el punto de vista táctico, dijo: el complejo industriar militar necesita crear focos bélicos, para justificar la producción y renovación del material bélico. Sin tal esquema, ese aparato no tiene con que justificar su existencia.

Y desde una mirada estratégica, continuó, el objetivo es lograr la capitulación del poder nacional brasileño, y para ello traza un cerco en su derredor, comenzando en Colombia y con la idea de continuar por Bolivia y Paraguay.

En ese marco, América Latina está obligada a reforzar sus acuerdos regionales, como UNASUR, CAN y MERCOSUR, para evitar fracturas y controlar las turbulencias domesticas (como el golpe de Estado en Honduras), que posibiliten la expansión de las Fuerzas Armadas estadounidenses en el área.

Según Pereyra Mele, la solución al problema que plantea el avance estadounidense sobre América del Sur pasa por la defensa irrestricta de las áreas por donde fluyen y se conectan los tres sistemas hidrográficos más importante: el Orinoco, Amazonia y del Plata.

“Para ello se deben desarrollar políticas internacionales coherentes, dentro de las limitaciones que nos plantea la potencia hegemónica. Es muy importante profundizar el MERCOSUR y ampliarlo, darle mayor presencia a UNASUR y a los organismos de defensa regionales. Es necesaria la creación de un complejo industrial militar argentino-brasilero, para mejorar nuestras capacidades de defensa, sin dependencia externa, incorporando a otros países”, concluyó Pereyra Mele.

Para Marcelo Gullo, América Latina conforma una ecumene cultural única. “Lamentablemente, desde el punto de vista político está partida en dos. Por un lado México, América Central y el Caribe, zona de influencia exclusiva de Estados Unidos, y por el otro América del Sur”, subrayó.

Quizá podría agregarse respecto de esta última reflexión que el odio sistémico de los poderes estadounidenses a la Revolución Cubana quedaría explicado por haber sido ella la única experiencia concreta de freno a la hegemonía de Washington sobre las regiones Norte, Central y Caribe de América Latina.

Ante el desafío hasta aquí expuesto, “la responsabilidad principal es de Brasil, por ser la entidad con mayor poder relativo del área. El problema está en que la clase dirigente brasileña no comprende adecuadamente que para resistir la agresión estadounidense no necesita socios débiles, sino socios fuertes. Deben comprender que lo importante no es su industrialización aislada, sino la industrialización de toda América del Sur”, concluyó Gullo.

Los cambios de políticas militares que Barack Obama prometió en su campaña presidencial hasta ahora no se han cumplido. A menos que alguien crea que lo identitario pasa exclusivamente por la pigmentación de la piel, ni siquiera podemos decir que un afro-americano llegó a la presidencia.

Más allá de las palabras, Obama le solicitó al Congreso de Estados Unidos 83.400 millones de dólares en fondos extras, para financiar las aventuras bélicas en Irak y Afganistán; avanza con la instalación de nuevas bases militares en Colombia y mantuvo una posición más que ambigua respecto del golpe de Estado en Honduras.

Fuente: rebelión.org (más…)

¡El Cain de América Latina!

Por:

Renán Vega
Rebelión

El 20 de Julio, el mismo día que el r égimen ilegal del Uberrimo anunciaba con bombos y platillos el comienzo de la celebración del bicentenario de la “independencia” nacional, se presentaron dos hechos, que muestran la felonía y la indignidad a que han llegado las clases dominantes de Colombia: en el aeropuerto de la ciudad de Cartagena se salieron de la pista dos aviones de combate de fabricación israelí, pertenecientes a la FAC, conducidos por dos pilotos de Israel; y en altas horas de la noche en la Casa de Narquiño, amparado en las sombras, AUV recibió a una delegación del gobierno dictatorial de Honduras. De no ser porque en el primer caso sucedió un percance imprevisto, no se hubiera establecido que naves pertenecientes al gobierno colombiano eran piloteadas por mercenarios sionistas en nuestro territorio, como expresión del grado de “soberanía” que ha alcanzado este régimen. Y de no ser porque el Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de facto de Honduras habló más de la cuenta, para agradecer la lambonería del régimen colombiano, tampoco se hubiera conocido este vergonzoso acto de traición contra el resto de nuestra América.
Sin embargo, estos dos hechos sólo son la punta del iceberg de una constante política incondicional del régimen uribista con las fuerzas más retrogradas a nivel internacional, como se ha demostrado en las últimas semanas con diversos acontecimientos, entre los que cabe mencionar las calumnias viles y los montajes mediáticos contra los gobiernos de Ecuador y Venezuela, la recepción con honores al canciller-delincuente de Israel Avigdor Liberman (a quien en ese país llaman “Vladimir el matón”, y al que ningún gobierno europeo y ni siquiera el de Estados Unidos han querido recibir en forma directa, de física vergüenza) y el reconocimiento público, a regañadientes, de la implantación de siete bases militares de los Estados Unidos en nuestro territorio. Todos estos hechos ameritan un análisis general para tratar de entender porque el régimen uribista se ha convertido en el Caín de América Latina.

1. La guerra mundial por los recursos en América Latina

Ante el agotamiento irreversible de los recursos naturales que posibilitan el funcionamiento del capitalismo, cuyo centro se encuentra en los Estados Unidos, en estos momentos las grandes potencias libran una guerra mundial, no declarada ni reconocida, por asegurarse el control de las últimas reservas de esos recursos en todo el mundo. América Latina en su conjunto es una importante fuente de recursos de toda índole: petróleo, gas, minerales, agua, madera, biodiversidad, material genético…, por lo cual es vista por los Estados Unidos como su patio trasero de tipo estratégico, que hoy satisface una cuarta parte de sus necesidades en materiales y energía. En esta perspectiva, para asegurarse el control de tan importante fuente de recursos, Estados Unidos ha decidido incrementar su presencia militar en el continente y para ello ha escogido el territorio colombiano para implantar siete bases militares, que le permitirán un despliegue de sus fuerzas aéreas, navales y terrestres por America del Sur, America Central y el Caribe e inclusive le posibilitaran llegar más rápido al continente africano.

Pero la prioridad inmediata para el imperialismo estadounidense radica en apoderarse de los recursos vitales que se encuentran en el corazón del continente, como son el petróleo de Venezuela y Ecuador, el gas de Bolivia, los minerales y recursos forestales de la selva amazónica, el agua del acuífero guaraní y la biodiversidad y riquezas naturales e hídricas de Colombia. Por si hubiera dudas de esos objetivos estratégicos bastaría con observar un mapa para comprobar el despliegue de fuerzas militares de los Estados Unidos por la región: tiene una base militar en Honduras, la de Soto Cano, desde donde se preparó el golpe contra el gobierno de Manuel Zelaya; cuenta con dos bases en Aruba y Curasao respectivamente, en pleno mar Caribe; dispone de la base de Guantánamo en territorio usurpado a Cuba; posee bases en Perú y Paraguay; y ahora va a tener siete bases, entre aéreas, marítimas y terrestres, en Colombia, desperdigadas por toda nuestra mancillada geografía. A eso hay que sumarle el despliegue de la Cuarta Flota por los mares del continente. No se necesita ser ningún experto militar para constatar que se está cercando con un anillo bélico a Venezuela, país amenazado de manera directa desde el norte y el nororiente (con las bases del Caribe) y desde el occidente (con las instalaciones militares establecidas en Colombia), así como se ha abierto un acceso directo a las tropas de los Estados Unidos al Pacífico y a la selva amazónica, tras la clausura de la base de Manta en Ecuador.

Esto quiere decir, sin titubeos, que el territorio colombiano se ha convertido en el portaviones terrestre y en puerto marítimo de la fuerza aérea y naval del imperialismo estadounidense, cuyo objetivo inmediato se ce ntra en el control directo del petróleo de Venezuela, que posee una de las más importantes reservas de hidrocarburos del mundo. Esto ya estaba bosquejado cuando hace una década se diseñó el mal llamado Plan Colombia, con el cual se vislumbró, al decir de uno de sus proponentes, el senador del Partido Republicano Paul Cover Dale, que “para dominar a Venezuela es necesario ocupar militarmente a Colombia” . Y esto último es lo que, efectivamente, se empieza a materializar en este instante.

En este plan estratégico resultan, entonces, baladíes y circun stanciales los balbuceos de AUV en el sentido que esas tropas invasoras gringas se necesitan para luchar contra el narcotráfico y el “terrorismo” y esa decisión, lo que parece un mal chiste, sería una muestra de autodeterminación y soberanía. Esta “explicación”, típica por los demás de cualquier politólogo de la Universidad de los Andes o del IEPRI, choca con la dura realidad de constatar que en los lugares donde intervienen de manera directa las tropas de los Estados Unidos en lugar de disminuir el narcotráfico se incrementa, como sucede hoy por hoy en dos de sus principales enclaves: Colombia y Afganistán, en los cuales se ha disparado la producción y exportación de narcóticos en los últimos 8 años, como resultado del incremento de la “ayuda” en la lucha contra las drogas. Y, además, esto pone de presente que hasta ahora la (in)seguridad (anti)democratica de la que tanta presume el actual régimen es pura mentira, porque con uno de los gastos militares relativos más elevados del mundo no ha podido ganar la guerra contra la insurgencia.

Por su parte, Barac Obama, el descolorido presidente de USA, muy rápido ha mostrado su real carácter imperialista, probando que los anuncios sobre una nueva era de paz y concordia en la política exterior estadounidense eran puras falacias, como se ha demostrado en Honduras y en Colombia. No sorprende en esa dirección que Obana en forma descarada, al estilo de George Bush, haya negado que en Colombia se vayan a establecer bases militares, sino que simplemente se estarían mejorando los lazos de cooperación con este país, que es su principal socio militar en Latinoamérica. Habría que tener mucha imaginación, en consecuencia, para suponer que los cientos de militares y mercenarios yanquis que ya están en Colombia, cuyo número se va a incrementar en los próximos meses, vienen a veranear o a practicar deportes extremos en nuestro suelo. Esa inocente fabula no se lo cree nadie que tenga dos dedos de frente, si recordamos que Estados Unidos cuenta con 1200 bases e instalaciones militares regadas por todo el mundo y que desde dichas bases se han preparado agresiones, ataques, invasiones, bombardeos y ocupaciones de países, para recordar sólo la historia del último cuarto de siglo, como Irak, Afganistán, Somalia, Pakistán, Panamá y Nicaragua entre otros.

En conclusión , el establecimiento de bases militares en suelo colombiano apunta al control y dominio de los recursos estratégicos para el funcionamiento del capitalismo en los centros imperialistas, así ese objetivo se recubra con la terminología nebulosa de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, porque si eso fuera cierto, Estados Unidos se estaría bombardeando a sí mismo todos los días, porque es, en forma simultánea, el principal narcotraficante y terrorista del mundo.

2. Desarticular los gobiernos de izquierda de América Latina

Para hacer posible la apropiación plena de los recursos estratégicos, Estados Unidos ha desplegado otra estrategi a complementaria, consistente en la desarticulación de los gobiernos de izquierda del continente. Por esa razón, viene implementando desde hace varios años un proceso planificado de desestabilización contra aquellos gobiernos que en Centro América y Sudamérica están intentando, con mucho esfuerzo y dificultades, desarrollar una política independiente con respecto a los Estados Unidos y solucionar algunos de los problemas históricos que aquejan a las mayorías pobres de sus respectivos países. Ese proyecto, desde luego, cuenta con la oposición de las oligarquías locales y de los Estados Unidos, su jefe indiscutible.

Para impedir la consolidación de esos proyectos nacionalistas, esa alianza criminal de vendepatrias y yanquis ha recurrido a diversos mecanismos de desestabilización que van desde los golpes de Estado de “nuevo tipo”, como lo ensayaron sin lograrlo en Venezuela, pero los implementaron con éxito en Haití en el 2004 y en Honduras a finales de junio de 2009. Este es el mecanismo más directo, cuando han agotado otras formas de saboteo, que incluye una sistemática propaganda mediática, orquestada desde los Estados Unidos y la Unión Europea y con la participación de la prensa oligárquica del continente, entre la cual se destaca por su servilismo la de Colombia. Esta campaña de desprestigio por los medios de desinformación masiva ha llevado a presentar a Venezuela, Ecuador y Bolivia como narcoestados y santuarios del terrorismo y a sus presidentes como lunáticos que no saben lo que hacen y sólo buscan imponer el comunismo en la región. Porque, como en los tiempos de la Guerra Fría, reaparece, vía Miami y Bogotá, el fantasma anticomunista para tergiversar cualquier determinación nacionalista de los gobiernos latinoamericanos.

En el plano de la desestabilización interna de los países mencionados, el régimen colombiano, el más arrodillado de todo el continente ante los Estados Unidos, se ha convertido en la punta de lanza de las fuerzas más reaccionarios y para ello también ha recurrido a los más diversos mecanismos: calumnias y mentiras propaladas por altos funcionarios del régimen, que acusan a Ecuador y Venezuela de ser cómplices de los “enemigos de Colombia”; maniobras mediáticas ordinarias y vulgares para inculpar a los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa, pero que tienen gran impacto en una opinión pública, cada vez más traqueta, en el seno de la sociedad colombiana; violación del derecho internacional, primero con el secuestro de colombianos en Venezuela y luego con el bombardeo criminal al territorio ecuatoriano; todo esto ha venido acompañado de una militarización extrema de las relaciones diplomáticas con los países vecinos, puesto que las fuerzas armadas de Colombia han crecido de manera vertiginosa y cuentan con sofisticado armamento vendido por Estados Unidos, Israel, Rusia e incluso por Brasil, lo que las convierte en un peligro para la paz de la región. Esto último adquiere una dramática actualidad si se tiene en cuenta que el régimen uribista cree que todos los problemas se solucionan a punta de metralla y bombardeos, aunque haya que masacrar a los hermanos de los países vecinos, con tal de congraciarse con el imperialismo. No por casualidad, AUV fue condecorado por el criminal George Bush hace unos cuantos meses por su contribución a la “libertad” y “democracia” como la entienden los Estados Unidos, es decir, matando a granel. Valga recordar al respecto que a finales de la década de 1930, un embajador de los Estados Unidos cobró triste celebridad cuando a propósito del criminal Anastacio Somoza, que había convertido a Nicaragua en un cementerio pero que obedecía en forma incondicional los dictámenes de Washington, dijo que ese dictador “era un hijo de puta, pero era nuestro hijo de puta”, y por eso había que apoyarlo. De seguro, Barac Obana hoy puede decir lo mismo con respecto a altos funcionarios de ciertos gobiernos de América Latina, entre los que sobresale por su abyección y servilismo el régimen colombiano.

3. Sabotear e impedir los proyectos de unidad latinoamericana

Aparte de los intentos democratizadores y nacionalistas de alguno s gobiernos del continente, también choca, tanto a los Estados Unidos como a las oligarquías vendepatrias, la pretensión de impulsar la unidad continental en distintos ámbitos, entre los que se incluye como eje fundamental la integración económica. Estos esfuerzos de integración se han concretado, contra viento y marea, en los últimos años en la creación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y por último de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), con lo cual se han logrado avances importantes, entre los que se destaca la solidaridad que ha mostrado Venezuela en el ámbito energético con respecto a otros países de la región y el impulso a proyectos conjuntos en materia sanitaria, educativa y tecnológica entre los miembros del ALBA, en los cuales es significativa la participación de Cuba. Como parte de esos proyectos sobresale la propuesta de crear un Consejo de Defensa de los países sudamericanos, que desde un comienzo contó con el rechazó del régimen uribista que sólo a regañadientes ingresó a última hora y de mala gana a UNASUR.

Divide y reinaras es, como se sabe, una de las máximas favoritas de todos aquellos que desde los tiempos de Bolívar, Artigas, Sanmartín y Morazán han impedido la conformación de una auténtica confederación latinoamericana de países. Y a la cabeza de ese proyecto de saboteo siempre se han situado los Estados Unidos, desde el Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar en 1826. Desde entonces y en forma reiterada, Estados Unidos en alianza con las clases dominantes locales ha mantenido la balcanización del continente, para dominar por separado a cada país y apropiarse más fácilmente de sus riquezas.

Por eso , ahora que se dan pasos en dirección de la unidad, por lo menos en ciertos terrenos, Estados Unidos nuevamente encabeza el proyecto de impedirlos y pare ello se ha aliado con las clases dominantes de todos los países, pero entre ellas sobresale por su vileza la lumperburguesia colombiana. Y ésta ha procedido a cumplir a pie juntillas el mandado: ha impulsado a toda costa un Tratado de Libre Comercio, tanto con Estados Unidos y la Unión Europea, pasando por encima de los intereses de los países vecinos, como Ecuador, Venezuela y Bolivia; ha destrozado la frágil Comunidad Andina de Naciones (CAN) con su política de buscar alianzas con los países imperialistas en desmedro de sus socios comerciales más próximos, lo cual obligó al retiro de Venezuela en el 2006; ha preferido comprarle soja a las multinacionales de Estados Unidos que al gobierno de Bolivia, con lo cual quebró a productores campesinos de ese país, violando las disposiciones de la CAN; mientras AUV habla de derecho a la autodeterminación y respeto a la soberanía colombiana para justificar lo injustificable, como la implantación de las bases estadounidenses, viola la soberanía de los países vecinos y el derecho internacional mediante su política hitleriana, de estirpe estadounidense, de la guerra preventiva y de pretendida legitima defensa (propalada por un ex ministro y pre-candidato presidencial, criminal de guerra y prófugo de la justicia ecuatoriana) para agredir a los vecinos.

Con todo lo anterior, el régimen colombiano se ha convertido en la cuña que los Estados Unidos, está usando para matar en su misma cuna a la UNASUR e impedir que la mayor parte de los países de Sudamérica logre concertar una política común de defensa, que tendría como uno de sus ejes principales impedir la intervención de toda potencia extranjera y la implantación de bases militares en cualquier país de la región. Con ello, los Estados Unidos verían seriamente agrietada la hegemonía en su patio trasero, lo cual no van a permitir de buenas a primeras y por eso están actuando, como ya lo hicieron en Honduras, derrocando a Zelaya, un golpe militar no sólo contra Honduras sino contra el ALBA. No por casualidad, como lo decíamos al principio de este artículo, AUV recibió de manera vergonzosa e indigna a una delegación de los golpistas el 20 de julio. Con esto queda demostrado que la lumpemburguesía crea a los traidores y el imperialismo los junta para actuar al unísono en contra de la unidad latinoamericana.

Y en este sentido , el régimen ilegal que impera en Colombia está cometiendo no sólo un acto de traición sino que está propalando un crimen contra el resto del continente al oponerse concientemente a la unidad de los pueblos de la región, crímenes que por lo demás son típicos de todos aquellos que se distinguen por portar el Síndrome de Caín y que, como decía José Marti, son como el aldeano vanidoso que piensa que el “mundo entero es su aldea”, y con “tal que él quede de alcalde, o le mortifiquen al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos”.

Fuente: rebelión.org (más…)

“Los árboles si están respondiendo al calentamiento global”

Por:

Víctor García
Globalízate

El pasado día 27 de agosto, Libertad Digital (1) publicada una noticia sobre un estudio que mostraba un resultado inesperado sobre el avance de las líneas de arbolado en diferentes partes del mundo. Dicha noticia era titulada: “Los árboles tampoco creen en el cambio climático”, pero según la autora del estudio, la doctora Melanie Harsch, los escépticos han dado la vuelta a los resultados de su investigación y cree que se necesitan más evidencias para interpretar completamente los resultados de su estudio.

Un día después de la publicación de la noticia de Libertad Digital, me puse en contacto por e-mail con la doctora Melanie Harsch (2) del Bio-Protection Research Centre en la Lincoln University en Nueva Zelanda y me ha contestado, dándome el verdadero sentido del estudio. Lo verdaderamente importante de su investigación es que “tenemos que considerar más que el calentamiento del verano en términos de la respuesta de las especies al calentamiento global.” Además, las líneas de arbolado que han avanzado (111) superan, a los 77 que han permanecidos estables y sólo 2 han retrocedido. Aunque no han respondido totalmente a la forma que se esperaban los científicos, la interpretación es muy diferente:

Melanie cree que “los árboles si están respondiendo al calentamiento global, sólo que la respuesta en algunos casos puede estar retrasada por otros factores, como las temperaturas invernales o el viento.”

Otro asunto interesante, es la comparación que hacen del aumento de temperaturas observado. Dicen en Libertad Digital: “el aumento de las temperaturas desde inicios del siglo pasado es menor de lo que se suponía: sólo 0,013º por año, es decir que han sido necesarios 77 años para aumentar un único grado de temperatura, bien lejos de los dos o tres que algunas proyecciones prevén para el año 2030.”

En primer lugar, según la investigación el aumento de temperaturas ha ocurrido en 111 de los 166 emplazamientos estudiados. En segundo lugar, si el estudio de temperaturas comienza en 1900, hasta 1977 la temperatura ha subido 1ºC y siguiendo la progresión hasta 2009, 1.4ºC, es decir, el doble del ascenso de la temperatura media mundial y por último, extrapolar el aumento de la temperatura media global previsto por el IPCC a zonas concretas de la Tierra es inverosímil.

Hemos traducido también el artículo publicado en la revista Science, podemos comparar también coo con la noticia ofrecida por la BBC (3) y el titular: “Avance de los árboles en un mundo más cálido”, Entonces, se pueden apreciar la interpretación correcta del estudio y como desde Libertad Digital, se retuerce la ciencia para que se adapte a su preconcebida idea de que no hay calentamiento o éste no tiene repercusiones.

http://www.globalizate.org/global300809.html

Referencias:

(1) http://www.libertaddigital.com/sociedad/los-arboles-tampoco-creen-en-el-cambio-climatico-1276368829/
(2) http://sites.google.com/site/melanieharsch/
(3) http://news.bbc.co.uk/earth/hi/earth_news/newsid_8218000/8218335.stm

Fuente: Rebelión (más…)