Archivo del Autor: Patricio Alvarado Luna

Comentario sobre la hipótesis de la ‘herencia posicional’ que Susan Ramírez postula para los Incas

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Susan Ramírez en su texto considera a la “herencia posicional” como su hipótesis central. Para ella, este tipo de herencia en el mundo andino consistía en el uso o herencia del nombre de algún gobernante, ya sea de su propia Panaca de origen o de otra del Inca que asumía el poder. Para sustentar su hipótesis, Ramírez se basa en algunas crónicas como las de Garcilaso y Betanzos. Asimismo, utiliza como base el texto y trabajo de Tom Zuidema, así como trabajos parecidos realizados en grupos étnicos en África y un ejemplo, el cual sirve como punto de comparación central y como fundamento de su hipótesis, el caso de los Jayana en el territorio andino.

Ramírez explica en su texto que a medida que un niño iba creciendo y aumentando de edad, su nombre también iba cambiando, ya sea agregándole nombres o siendo modificado por completo. Al nacer, según explica la autora, el primer nombre se le otorgaba denominando alguna característica física (lo cual también sucedió en Roma). A medida que el joven iba realizando hazañas u obtenía victorias, iba adquiriendo nuevos nombres. Si durante su vida fue muy digno, era muy posible que sus descendientes utilizaran su nombre por dos o tres generaciones, luego de las cuales el nombre se extinguía. Como fuente que sustenta lo antes dicho, Ramírez cita las crónicas del siglo XVI. Los cronistas, al momento de querer realizar una genealogía de los gobernantes Incas antes de la llegada de los españoles, se encontraron con diversos testimonios de pobladores, es asó que se recogen entre nueve y más de cien gobernantes y diferentes fechas (posibles) del inicio del dominio Inca. Así, por ejemplo, Montesinos presenta en su trabajo un aproximado de cien gobernantes en un lapso de casi mil años.

Usando la hipótesis de Ramírez sobre la herencia posicional se podría llegar a explicar la causa de tantos gobernantes en el caso de Montesinos y de una cantidad tan reducida como doce o trece según muestran Guaman Poma y Garcilaso, respectivamente. Al utilizar por varias generaciones el nombre de un gobernante (entre dos y tres generaciones), es posible que las hazañas y acontecimientos durante un período determinado no se hayan llevado a cabo por un solo gobernante, sino por un grupo de ellos que, curiosamente, poseían el mismo nombre, como es el caso del nombre “Manco Cápac” el cual, según la autora, fue utilizado innumerables veces. Sin embargo, tal como considera Betanzos, el hacer una historia fiel a lo acontecido antes del gobierno de Pachacutec es algo casi imposible debido a las muchas versiones existentes de los hechos provenientes de la tradición oral.

Una de las principales funciones de la herencia posicional era el crear vínculos de parentesco aún más fuerte entre las Panacas al adoptor del nombre del gobernante anterior proveniente de dicha Panaca. Éstas, poseían una gran importancia dentro del funcionamiento de la sociedad cuzqueña. Al asumir un Inca el poder, al ser reconocido como el más apto y hábil, éste salía de su Panaca de nacimiento para fundar una nueva. Las Panacas por su parte, eran las encargadas de cuidar a la momia del Inca fundador de la misma, con el fin de mantener vivo su recuerdo y así, a pesar de no estar en todo el poder de una manera tan directa, legitimaban su importancia estando dentro de la sociedad.

A pesar de que la hipótesis quiere justificar la existencia de una herencia posicional dentro del Tawantinsuyu, ya no existen muchas evidencias físicas concretas, salvo los trabajos de los cronistas, los cuales deben ser tomados con cuidado; sin embargo, aún existen registros de que ciertos curacazgos, durante el período virreinal, se hayan adoptado nombres anteriores gobernantes, así como trabajos realizados en grupos étnicos en África. Un grave problema presente en la herencia posicional, es que se podía terminar siendo tanto nieto como abuelo, dependiendo si eras o no el fundador de una Panaca.

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Versiones contrapuestas sobre la Independencia del Perú

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El siguiente texto fue redactado para el trabajo “versiones contrapuestas” para el curso “Metodología de la Investigación Histórica” dictado por el doctor José de la Puente B. en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Perú en el 2011-1

El presente trabajo tiene como objetivo principal el mostrar dos versiones contrapuestas sobre el tema de la Independencia del Perú. El debate sobre si esta fue querida por el pueblo peruano, manifestada en los precursores a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, o si mas bien la Independencia fue algo impuesto por los países vecinos sin que la población peruana la haya querido de verdad. La clasificación de “precursores” a ciertos personajes de la historia peruana ha suscitado también otro debate historiográfico. Para este caso, analizaremos los siguientes textos y la metodología utilizada por los autores para la presentación de su obra. Así, se utilizará el texto Metáfora y realidad de la Independencia en el Perú de Heraclio Bonilla y Karen Spalding, como fuente para ?la Independencia concedida? y La Independencia de José A. de la Puente como fuente para ?la Independencia obtenida?.

Analizaremos primero la postura presente en el texto del Dr. Bonilla. Utilizando la técnica del análisis cuantitativo con el fin de ilustrar y ejemplificar sus propuestas, el autor, junto con Karen Spalding, señala que la ruptura política con España se produjo con la intervención de los ejércitos libertadores tanto del sur con San Martín como del norte con Bolivar, siendo la Independencia conseguida por los ejércitos aliados de fuera. Para ellos, no existió una unidad entre las clases sociales peruanas que las llevasen a aliarse con el fin de independizarse de la metrópoli, cuestionando así el rol de la clase criolla. Sostiene que “la Independencia del Perú y de Hispanoamérica fueron consecuencias derivadas de cambios profundos que alteraron el equilibro de las potencias europeas” y no algo que se haya estado queriendo desde tiempo atrás.

Bonilla considera que la independencia aparece no como el resultado de una rebelión contra España sino como un intento de responder o reemplazar a la una monarquía derrotada. Dicha separación se produjo por los conflictos existentes entre las colonias y la administración y autoridades coloniales españolas. Debido a esto, no considera ni a Túpac Amaru ni a la rebelión de 1780 como precursores de la independencia, al contrario, sostiene que lo único que produjo este hecho en la mentalidad criolla de la época es el temor a una independencia de la metrópoli española.

La influencia marxista le permitió a Bonilla, tal como lo expresa en una entrevista “para criticar todo lo que venía antes, asociado a todo el entorno político no solamente dentro del Perú, sino también dentro de América Latina”. Acérrimo crítico de quienes siguen una versión más “tradicional” o de carácter un tanto más “nacionalista” sobre el proceso independentista, Bonilla desmerece, aunque no explicito en el texto más si en entrevistas que se le han realizado, los trabajos de la comisión del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, considerándola, a mi parecer de una manera egocéntrica, de “una propaganda de lo más vulgar”.

Por otro lado, la postura del Dr. de la Puente señala que “la independencia no es solo el triunfo militar en múltiples batallas o la derrota del ejército de Fernando VII, o la fundación del Estado peruano”. Mediante la utilización de innumerables citas, documentos, notas al final de cada capítulo, lo cual permite obtener datos precisos y una amplia bibliografía, el autor considera que existe en la Emancipación un claro y múltiple contenido social, ya que “es la afirmación del hombre que ha nacido en el territorio, y de su derecho para el gobierno de lo propio”.

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Desembarco en Paracas

Así, considera que la Independencia se inicia en la segunda mitad del siglo XVIII, argumentando que el contexto social, grandes ideas y vivencias indican que este periodo es un factor integrante en la lucha por la formación de los nuevos Estados. Del mismo modo, considera que “la sola subordinación, la sola actitud de rebeldía, no es testimonio que se acerque a la Emancipación, sino que ella está presente cuando todo ese conjunto de actitudes de protesta que quieren transformar las cosas se muestra vinculado con la afirmación de lo americano”.

Si bien considera que al hombre común no se le podía exigir un razonamiento teórico que no correspondía a su oficio, sostiene que no se puede llegar a afirmar que el pueblo fue un ausente o hasta indiferente frente al proceso de la Independencia. De este modo, “el hombre común está en primera persona y siente la necesidad de una rectificación en el estado de las cosas”, mas no se sustenta que todos hayan defendido la Independencia. Mediante un detallado análisis de los precursores, ya sean reformistas como Túpac Amaru, Baquíjano y Carrillo o Viscardo y Guzmán; o separatistas como Pumacahua, el autor busca explicar los motivos de dicha necesidad patriota de una separación con España.

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¿Estudias Historia?

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Luego de leer un post que me mandó un amigo, decidí escribir esto.
(Fue escrito hace unos meses, solo que recién lo publico acá).

Cuando te encuentras con alguien que no ves hace algún tiempo, ya sea amigo de colegio, familiar entre otros y te preguntan ¿Qué estás estudiando? siempre esperan las respuestas más comunes: “Derecho”, “Medicina”, “Administración”, “Arquitectura”, etc. Más nunca esperan que les respondas: Estoy estudiando Historia.Normalmente, la conversación se desarrolla de la sig. manera:
-¿Dónde estas estudiando?- (dices el nombre de la Universidad)- Wow, y ¿qué estudias?- Historia.-(Silencio incómodo seguido por una mirada de asombro)-¡¿HISTORIA?! ¿y qué vas a hacer?- Historiador ¬¬-¿Pero, a que te dedicaras? ¡¿Vas a ser profesor?! ¿De que vas a vivir?
A mi particularmente, me está comenzando a molestar el hecho que pregunten esto a menudo. El problema es que, son contadas con los dedos las personas que muestran cierto interés al momento de enterarse que uno estudiará la especialidad de Historia. Muchos creen que, por el hecho de vivir en un mundo completamente globalizado, donde el dinero es aquel que mueve el mundo, todos debemos de seguir carreras que la sociedad considere “lucrativas y de prestigio”… pues, existen personas que, luego de pensarlo muy bien, optamos por estudiar lo que más nos gusta y no dejarnos llevar por la presión de las masas.

El tomar la decisión de estudiar esta carrera, para mi, no fue tan difícil. Desde pequeño me ha gustado la historia, y fue mi segunda opción de carrera al momento de ingresar a la Universidad (la primera fue Ciencia Política y Gobierno, lo se… es mucho más lucrativa). Mi madre me dijo: “Piénsalo bien”, porque sabe que me gusta mucho, y le dedicaré todo mi tiempo a mi carrera. Por suerte (aunque no crea en la suerte, sino que no se me ocurre otra palabra para poner) no tuve mayor problema al decirle me decisión de cambio de carrera. Se que hay padres que se oponen rotundamente a carreras de Humanidades como Filosofía, Literatura, Historia, Geografía entre otras. Mi única recomendación sería: “Dejen a sus hijos seguir la carrera que les interesa, algún día, con esfuerzo, llegarán a ser los mejores de sus especialidades y ustedes se sentirán orgullosos”. A aquellos que hayan decidido cambiar de carrera y tengan temor, sigan adelante. Si en verdad desean ser los mejores, solo con esfuerzo y dedicación lo lograrán.

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