Versiones contrapuestas sobre la Independencia del Perú

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El siguiente texto fue redactado para el trabajo “versiones contrapuestas” para el curso “Metodología de la Investigación Histórica” dictado por el doctor José de la Puente B. en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Perú en el 2011-1

El presente trabajo tiene como objetivo principal el mostrar dos versiones contrapuestas sobre el tema de la Independencia del Perú. El debate sobre si esta fue querida por el pueblo peruano, manifestada en los precursores a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, o si mas bien la Independencia fue algo impuesto por los países vecinos sin que la población peruana la haya querido de verdad. La clasificación de “precursores” a ciertos personajes de la historia peruana ha suscitado también otro debate historiográfico. Para este caso, analizaremos los siguientes textos y la metodología utilizada por los autores para la presentación de su obra. Así, se utilizará el texto Metáfora y realidad de la Independencia en el Perú de Heraclio Bonilla y Karen Spalding, como fuente para ?la Independencia concedida? y La Independencia de José A. de la Puente como fuente para ?la Independencia obtenida?.

Analizaremos primero la postura presente en el texto del Dr. Bonilla. Utilizando la técnica del análisis cuantitativo con el fin de ilustrar y ejemplificar sus propuestas, el autor, junto con Karen Spalding, señala que la ruptura política con España se produjo con la intervención de los ejércitos libertadores tanto del sur con San Martín como del norte con Bolivar, siendo la Independencia conseguida por los ejércitos aliados de fuera. Para ellos, no existió una unidad entre las clases sociales peruanas que las llevasen a aliarse con el fin de independizarse de la metrópoli, cuestionando así el rol de la clase criolla. Sostiene que “la Independencia del Perú y de Hispanoamérica fueron consecuencias derivadas de cambios profundos que alteraron el equilibro de las potencias europeas” y no algo que se haya estado queriendo desde tiempo atrás.

Bonilla considera que la independencia aparece no como el resultado de una rebelión contra España sino como un intento de responder o reemplazar a la una monarquía derrotada. Dicha separación se produjo por los conflictos existentes entre las colonias y la administración y autoridades coloniales españolas. Debido a esto, no considera ni a Túpac Amaru ni a la rebelión de 1780 como precursores de la independencia, al contrario, sostiene que lo único que produjo este hecho en la mentalidad criolla de la época es el temor a una independencia de la metrópoli española.

La influencia marxista le permitió a Bonilla, tal como lo expresa en una entrevista “para criticar todo lo que venía antes, asociado a todo el entorno político no solamente dentro del Perú, sino también dentro de América Latina”. Acérrimo crítico de quienes siguen una versión más “tradicional” o de carácter un tanto más “nacionalista” sobre el proceso independentista, Bonilla desmerece, aunque no explicito en el texto más si en entrevistas que se le han realizado, los trabajos de la comisión del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, considerándola, a mi parecer de una manera egocéntrica, de “una propaganda de lo más vulgar”.

Por otro lado, la postura del Dr. de la Puente señala que “la independencia no es solo el triunfo militar en múltiples batallas o la derrota del ejército de Fernando VII, o la fundación del Estado peruano”. Mediante la utilización de innumerables citas, documentos, notas al final de cada capítulo, lo cual permite obtener datos precisos y una amplia bibliografía, el autor considera que existe en la Emancipación un claro y múltiple contenido social, ya que “es la afirmación del hombre que ha nacido en el territorio, y de su derecho para el gobierno de lo propio”.

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Desembarco en Paracas

Así, considera que la Independencia se inicia en la segunda mitad del siglo XVIII, argumentando que el contexto social, grandes ideas y vivencias indican que este periodo es un factor integrante en la lucha por la formación de los nuevos Estados. Del mismo modo, considera que “la sola subordinación, la sola actitud de rebeldía, no es testimonio que se acerque a la Emancipación, sino que ella está presente cuando todo ese conjunto de actitudes de protesta que quieren transformar las cosas se muestra vinculado con la afirmación de lo americano”.

Si bien considera que al hombre común no se le podía exigir un razonamiento teórico que no correspondía a su oficio, sostiene que no se puede llegar a afirmar que el pueblo fue un ausente o hasta indiferente frente al proceso de la Independencia. De este modo, “el hombre común está en primera persona y siente la necesidad de una rectificación en el estado de las cosas”, mas no se sustenta que todos hayan defendido la Independencia. Mediante un detallado análisis de los precursores, ya sean reformistas como Túpac Amaru, Baquíjano y Carrillo o Viscardo y Guzmán; o separatistas como Pumacahua, el autor busca explicar los motivos de dicha necesidad patriota de una separación con España.

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