Archivo del Autor: Flavio Figallo

El futuro del mar más rico del mundo en peligro

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El mar peruano es un mar con pocas islas, todas sin agua dulce, inhabitables. Con 3,079.5 km de costa y sus doscientas millas aguas adentro, esta región ocupa un espacio de 617.5 mil km2, lo que la convierte en la segunda del país luego de la selva, y por encima dela sierra y la franja costera.

El mar del Perú tiene varias características que lo hacen especial no solo para los que habitamos en este país, sino también para el mundo.

Lo especial de nuestro mar es la tan mencionada corriente de Humboldt y su relación con la corriente del El Niño, fenómenos que por sus variaciones independientes, y por su interacción, generan cambios en el clima, y en la disponibilidad de especies marinas en las costas del Pacífico, el más grande océano del planeta.

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Puede decirse que el Perú y Australia, cada uno a un lado de la corriente, son sensores sufridos de los cambios que en su desarrollo ocurren. Pero no es de esto que queremos escribir en este post, sino de otro efecto de esta corriente, el de proveernos del mar más rico del mundo. Así es. Las costas del Perú son el espacio en el que emerge una corriente fría llena de comida para nutrir la más abundante y variedad de peces, moluscos y crustáceos conocidas. Es una mezcla de riqueza por cantidad y por diversidad. A diferencia de lo que ocurre en la superficie en la que tenemos tantos microclimas que tenemos de todo pero poco, en el mar hay de todo y mucho.

Esta bendición, de manera similar que ocurre con otras riquezas se ha manifestado de diversas maneras en la historia universal. Sirvió para que los habitantes de la costa juntasen las energías suficientes para construir varias de las culturas más antiguas de América (desde el sVIII AC en adelante). Durante la República sirvió para dilapidar el fertilizante natural más rico del mundo, el guano de las islas, producido precisamente por siglos de NPK en forma de detritus de las aves alimentadas por los peces de este mar.

De la misma manera que toneladas de oro y plata de las Américas dieron vida al comercio y la industria europeas (siglos xvii y xviii), el guano fertilizó miles de hectáreas elevando la productividad de los campos de la misma Europa, facilitando el proceso de industrialización y el desarrollo de la agricultura moderna (s. xix y principios del xx). Pero de esto tampoco queremos hablas, sino en tanto ejemplifica la riqueza de este mar.

“Las ganancias extraordinarias del guano produjeron una era de relativa prosperidad para muchos en el Perú, particularmente para las élites. Aquellos que destacan los impactos positivos que tuvo el auge del guano mencionan el acceso al capital extranjero y el flujo de ingresos que facilitó la creación de los primeros bancos en el Perú, así como inversiones en algodón, nitratos y azúcar. Sin embargo, la percepción de la gran mayoría de historiadores que han estudiado esta etapa de la historia republicana es que la prosperidad del guano fue efímera y que no dejó un legado positivo en la economía peruana o en sus instituciones.” (Vizcarra, 2011)

Luego de liquidar nuestras reservas de guano en poco menos de 100 años, para 1950 descubrimos que el mar era la fuente de tal riqueza y nos lanzamos a la pesca masiva y a la producción de harina de pescado para producir carnes rojas, de aves y sus derivados.

Como alimento para aves, aves ponedoras, cerdos, rumiantes, vacas lecheras, ganado vacuno, ovino, camarón y el desarrollo de la piscicultura, disminuyendo notablemente los costos de producción industrial de estos animales por su rápido crecimiento, su mejor nutrición, la mejora de la fertilidad y la notoria disminución de posibilidades de enfermedades y alto valor proteico.

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El índice de salud oceánica y nuestro mar – PATRICIA MAJLUF –
Directora del Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia
El Comercio 29 de Agosto 2012

Los océanos son el recurso más importante del planeta: proveen servicios naturales con un valor estimado de 21 billones de dólares anualmente. En un planeta con 7 mil millones de habitantes, los mares son la principal fuente de proteínas para mil millones de personas y fuente de subsistencia para por lo menos 350millones más. Conteniendo 97% del agua del planeta, los mares moderan nuestros climas, protegen las costas y proporcionan la mitad del oxígeno que respiramos. Lamentablemente, el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats costeros, entre otras actividades humanas, han alterado los ecosistemas marinos a tal punto que hemos erosionado casi irreversiblemente su capacidad de proveer los bienes y servicios de los cuales dependemos tanto.

Para evaluar el estado de salud de los mares y su capacidad de proporcionar beneficios, un grupo de 60 importantes científicos de todo el mundo acaba de publicar en la revista”Nature” el índice de Salud de los Océanos. Por primera vez se tiene una herramienta que refleja lo que está pasando con nuestros océanos y la implicancia de nuestras acciones sobre los ecosistemas. El nuevo índice está compuesto de

Océanos. Por primera vez se tiene una herramienta que refleja lo que está pasando con nuestros océanos y la implicancia de nuestras acciones sobre los ecosistemas. El nuevo índice está compuesto de 10 categorías u objetivos categorizados de 0 a 100. Un puntaje bajo identifica las oportunidades para mejorar nuestra relación con los mares.

De este estudio se tiene que los océanos de 1 mundo alcanzan solo un puntaje promedio de 60 (sobre 100), con una variación de puntaje de los países que varía entre 36 (Sierra Leona) y 86 (Isla Jarvis). Solo 5%de los países alcanzaron un puntaje mayor a 70, en su mayoría países con altos niveles de desarrollo. Esto se debe a que los países desarrollados tienden a tener una mejor regulación e infraestructura para el manejo de presiones, así como una mayor capacidad para lograr el uso sostenible de sus recursos.

El Perú está en el tercio inferior, con solo 44 puntos, resultado del 0 obtenido en el objetivo l, provisión de alimentos (la fracción de las capturas pesqueras y maricultura orientadas al consumo humano y su sostenibilidad),y el objetivo 7 (la contribución del ecoturismo y recreación a la salud de los océanos, y la subsistencia de comunidades costeras). Claramente esto refleja nuestro uso principal de la pesca para la producción de harinas y aceites para la alimentación animal y el pobre desarrollo del ecoturismo a zonas costeras.

Con miles de años de desarrollo y riqueza basados en nuestros recursos pesqueros y teniendo el mar más productivo del planeta, podría esperarse que el Perú tuviera una mejor relación con el mar y sus recursos. Pero casi no aprovechamos nuestro patrimonio pesquero para alimentar al importante segmento de la población peruana en situación de malnutrición y, en forma general, vivimos de espaldas al mar.

¿Cómo mejorar nuestra relación con el mar?

Primero, beneficiémonos más de nuestra riqueza pesquera: saquemos de la malnutrición a nuestros niños.
Seguro que nuestros fabulosos cocineros pueden hacer que los peruanos finalmente comamos la anchoveta. Si le ponemos empeño, creatividad y eliminamos los incentivos perversos que hacen más rentable hacer comida de animales que alimentación y desarrollo, tenemos suficiente proteína de la mejor calidad para los nuestros y para muchos más en el resto del mundo.

Segundo, nuestra costa tiene paisajes espectaculares y atractivos naturales y culturales de muy fácil acceso que podrían ser fuente de riqueza y orgullo de nuestras poblaciones costeras. Ya existen las tecnologías para casi eliminar el vertimiento de contaminantes al mar. Muchos de estos vertimientos son recursos aprovechables que estamos desperdiciando. Aguas y playas limpias, recursos pesqueros y acuícolas con las garantías sanitarias necesarias, infraestructuras que respetan el medio donde se ubican, comunidades que aprovechan sosteniblemente sus recursos naturales, rescate de nuestra relación milenaria con los mares: la receta para garantizar un mar saludable para todos y para siempre.

AGREGAMOS A LO ANTERIOR UNA COMPARACIÓN DE LOS PUNTAJES OBTENIDOS POR EL PERÚY Y LOS PAÍSES VECINOS.

¿Cómo estamos respecto del resto de Latinoamérica?

Considerando el índice general el Perú está bastante por debajo dela media mundial. Nuestro rico mar esta tan descuidado como el de las repúblicas de Haití y el Salvador, dos países con muy pocos recursos marinos y limitadas capacidades institucionales.

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¿Qué países podríamos mirar en nuestro entorno cercano para manejar mejor nuestro mar?

Entre los más cercanos debemos mirar a nuestros vecinos Ecuador y Chile. Ambos tiene mejores índices de manejo. Pero veamos más detalles, el índice general tiene como primer componente el cuidado para el uso del mar como fuente de alimentos y como espacio recreativo. Aquí el Perú no obtiene puntaje, Ecuador esta por encima del promedio mundial (24 puntos) obteniendo 28 puntos. Chile se ubica por encima con 32 puntos, pero el país que lo hace mejor es Brasil con 36 puntos.

Veamos qué pasa con la pesca artesanal. El Perú cuenta con 37 mil pescadores artesanales y 9,667 embarcaciones (IMARPE, ). Aquí el Perú no aparece mal ubicado respecto del promedio (87) obtiene 89 puntos, pero Chile alcanza 94 puntos y Ecuador 85.

Veamos qué pasa con la pesca como proveedor de trabajo e impacto en la economía del país. Aquí el Perú nuevamente aparece mal ubicado respecto del promedio (75) obtiene 46 puntos, pero Chile alcanza 90 puntos y Ecuador 85.

Y, cómo tratamos a nuestra biodiversidad marina en el Perú, pues si el promedio mundial es de 83 puntos el Perú tiene 70, mientras Ecuador logra 75 y Chile con las justas alcanza los 84 puntos.

Referencias

Vizcarra Catalina (2011) Guano, compromisos creíbles y el pago de la deuda externa peruana del siglo XIX. Economía Vol. XXXIV, N° 67, semestre enero-junio 2011, pp. 9-39 / ISSN 0254-4415

Conservation International, NAtional Geographic, New Englad Aquarium (2012) Ocean Health is Our Health.

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Se nos enferman los océanos y nos enfermaran a todos

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El diario El País bajo el título “Un termómetro para los océanos” resume los esfuerzos de un equipo de científicos por construir una imagen global del manejo de los océanos. Hasta donde conozco se trata del primer y más importante esfuerzo por construir una base de datos con diversos indicadores relacionados a las actividades económicas que tienen al mar y la vida marina como recurso.
Para más detalle ver la página de Ocean Health Institute.

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Aquí el artículo en El País.

De los 7.000 millones de personas que habitan el planeta, más del 40% viven cerca de la costa marina e interactúan con el océano de una u otra manera. Las poblaciones obtienen alimentos, exploran el litoral para el turismo y las actividades de recreo; pescan; desarrollan economías costeras, protegen las aguas y la biodiversidad… o no. ¿Cómo medir el efecto de toda esta actividad en todos los países? Un equipo científico internacional ha elaborado una especie de termómetro, un indicador con el que evalúa la salud del océano tras esa interacción con la especie humana. Su diagnóstico global, en forma de puntuación, es de seis sobre 10.

El termómetro permite calcular la puntuación de todos los países del planeta que se asoman al mar atendiendo a sus condiciones ecológicas, sociales y económicas. Es la primera evaluación global de la salud del océano, según los expertos de la Universidad de British Columbia(Canadá) que han intervenido en su elaboración.

Pese a la media de 6 para todo el mundo (o 60 sobre 100 en sus datos), los extremos son notables: la peor nota, un 3,6 sobre 10, se la lleva Sierra Leona y la mejor — 8,6— es para una isla prístina en el Pacífico sur (Jarvis). España se sitúa casi en la media mundial con un 5,8. Sólo el 5% de los países superan el siete, mientras que el 32% suspende, con notas inferiores al cinco. En general, concluyen los investigadores a la vista de los datos, los países desarrollados tratan mejor a sus mares que los países en desarrollo, pero la variación y las excepciones son notables, advierten. Ningún país supera el 8,6 de calificación y la mayoría está por debajo del 7.

“El índice de salud del océano es un marco excelente para evaluar si las cosas mejoran o empeoran en respuesta a nuestras actuaciones”, explica Daniel Pauly, biólogo marino canadiense de gran prestigio internacional y uno de los científicos del equipo que ha desarrollado el nuevo indicador.

La puntuación de seis sobre 10 significa que hay mucho margen de actuación para mejorar la situación y uno de los objetivos del índice, dicen los científicos que lo han elaborado y que lo presentan hoy en la revista Nature, es que proporciona una herramienta poderosa para obtener la información necesaria en la que basar las decisiones políticas y económicas sobre cómo utilizar y proteger los ecosistemas oceánicos.

Ningún país supera la nota del 8,6, solo el 5% pasa del 7 y el 32% suspende
Para elaborar el termómetro, los investigadores han definido 10 parámetros: la biodiversidad del mar; la cantidad de alimentos extraídos de modo sostenible (incluida pesca y acuicultura); la pesca artesanal; la extracción de productos marinos no alimenticios; la capacidad de almacenamiento de carbono en el mar; la protección del litoral; la economía en la costa y su efecto social; las actividades de turismo y recreo; los valores de identidad cultural para la población y la limpieza de las aguas. Se ha trabajado con la información de más de un centenar de bases de datos de diferentes disciplinas combinando y haciendo compatibles sus registros.

El equipo está formado por expertos estadounidenses y canadienses y lo lidera Benjamin S. Halpern, de la Universidad de California en Santa Bárbara. En líneas generales, los países costeros de África Occidental, Oriente Próximo y América Central puntúan por abajo, mientras que algunas partes del norte de Europa, Canadá, Australia, Japón, varias islas tropicales y algunas regiones deshabitadas están en la parte alta de la lista.

“Esto se debe a que los países desarrollados tienden a tener economías más fuertes y mejores regulaciones e infraestructuras para gestionar las presiones [sobre el océano] y mayor capacidad para hacer un uso sostenible de los recursos”, explican los investigadores.

Pero muchos países escapan a esta tendencia general. Así, por ejemplo, Polonia y Singapur obtienen puntuaciones bajas (4,2 y 4,8 respectivamente), mientras que Surinam (6,9) y Seychelles (7,3) sacan puntuaciones muy altas porque logran destacar en algunos de los parámetros del termómetro. Estados Unidos se sitúa en 6,3, Canadá en 7, Rusia en 6,7 y Reino Unido, 6,1. China figura en la lista de puntuaciones con un 5,3; India, con 5,2 y Brasil con un 6,2. Por la parte alta de la clasificación, en Europa destacan Alemania, con 7,3; Holanda, con 7 y Dinamarca, con 6,9.

Halpern y sus colegas obtienen la puntuación para un total de 171 países y territorios y, por ahora, se centran en la zona denominada económica exclusiva (hasta 200 millas, o 370 kilómetros, del litoral), en la que se desarrolla la inmensa mayoría de las actividades humanas en relación con el océano como fuente de alimentos, recursos naturales, zonas de recreo y de identidad sociocultural. Pero nada impide aplicar el mismo termómetro a zonas de mar abierto a medida que se vayan obteniendo los datos precisos. Aunque es teóricamente posible alcanzar la puntuación máxima de cien, es muy poco probable, explican los investigadores, dada las interacciones entre los objetivos de los diez parámetros considerados. Sin embargo, se ha mantenido ese nivel máximo como referencia para las comparaciones.

La ventaja del termómetro oceánico, explican los científicos en Nature, es que permite estandarizar multitud de datos de muy diferentes procedencias sobre los efectos de la interacción de la población con el océano y, además, hacer el seguimiento de su evolución en el tiempo. Supone, por lo tanto, una medida estandarizada, dinámica, cuantitativa y transparente “que puede ser utilizada por los científicos, por los gestores, por los políticos y por la sociedad para comprender mejor, hacer el seguimiento y exponer el estado de los ecosistemas, así como diseñar actuaciones estratégicas para mejorar el estado de salud general del océano”, destacan los investigadores.

En la página web del nuevo índice oceánico, los científicos recuerdan que las amenazas principales para la salud de los océanos son el cambio climático, la acidificación del agua, la sobrepesca, la destrucción de hábitats, la contaminación y la difusión de especies invasoras. La intensidad, el plazo, la distribución geográfica de cada una es diferente, y unas se pueden prevenir más fácilmente que otras. El cambio climático y la acidificación son las más difíciles de abordar y requerirán décadas de actuaciones, mientras que la sobrepesca se puede mitigar en una década. El índice de salud oceánica subdivide estas amenazas y evalúa sus impactos en los diferentes parámetros.
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Nos seguimos calentando ¿Nos pasará lo de la rana?

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Cuentan que cuando ponemos una rana viva a fuego lento en una olla de agua, ella se quedará quieta y morirá sin darse cuenta que está siendo hervida. Nosotros a diferencia de la rana estamos conscientes de que el calor aumenta, pero no hacemos nada para saltar de la olla.

20120812-noaa_201206.gif NOAA

En julio la sequía se expandió en América del Norte. En los Estados Unidos afectó a la mayor parte de los estados, la peor desde 1936 dicen los expertos. En México “la intensa sequía que se registra en el centro y norte del país desde 2011 afecta a 12 millones de personas y ha provocado daño patrimonial a campesinos y ganaderos por unos 150,000 millones de pesos, afirmó el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Cruz López Aguilar.” Informó CNNEXPANSIÓN

Y cómo estábamos en el sur. En Australia hay un invierno ligeramente más cálido que lo normal, pero no puede calificarse de extremo. En América del Sur, de acuerdo con el International Research Institute for Climate and Society – IRI las temperaturas continuaran por encima de lo normal en los meses que vienen. Respecto de El Niño los pronósticos son de presencia moderada del fenómeno (calificado como neutro por los expertos) y se espera no se agrave en los meses siguientes. De acuerdo con IMARPE la altura del mar, que ha traído como consecuencia marejadas en el litoral peruano, es resultado del mantenimiento de condiciones cálidas.

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Respeto de estos temas El País escribe:

El calor refuta a los ‘climaescépticos’

Los peces no han podido soportar la ola de calor y la peor sequía de los últimos 50 años en Estados Unidos. Miles de bagres, carpas y esturiones han aparecido muertos en las aguas de sus ríos y lagos. Las altas temperaturas amenazan con secar las cosechas y poner en riesgo el abastecimiento de alimentos. El verano en España también es especialmente caluroso. En lo que va de estación, la Agencia Estatal de Meteorología ha lanzado varias alertas por las altas temperaturas. La última, ayer mismo. Tampoco uno de los lugares más fríos del mundo se salva. El 97% de la capa superficial de hielo de Groenlandia se derritió en solo cuatro días, según observaron el pasado julio los científicos de la NASA. Se mire donde se mire, el cambio climático está presente. La evidencia del ascenso de los termómetros y sus consecuencias y las pruebas científicas dejan a los escépticos de este fenómeno sin argumentos.

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Tres siglos de calentamiento en el Perú y el mundo

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El Berkeley Earth Surface Temperature ha construido una relación de cambios en la temperatura mundial por región y país. Como puede esperarse los cambios no ocurren en todas partes en los mismos órdenes de magnitud, ni a la misma velocidad, aún no están claras las razones para que ello ocurra, y poco sabemos como los cambios en una región afectan a las demás. Pero lo cierto es que los científicos de Berckley han acumulado y analizado una gran cantidad de información que está disposición de todos los que quieran analizarla.

20120730-kubrick-fotografo_gal_autore_12_col_landscape_sh_-2-.jpg Foto: S. Kubrick, 1950 – MMNY
20120730-ellos_verano_48.jpg Álbum familiar, 1950

Es importante señalar que el estudio partió de una hipótesis escéptica, que consideraba que los cálculos del IPCC estaban errados, de modo que se acumuló mas información y se hicieron nuevas aproximaciones estadísticas. El resultado fue el mismo, el planeta se calienta.

Nosotros hemos encontrado algunas ideas algunas ideas interesantes que pasamos a presentar:

1. La temperatura aumentó más en Europa que en el resto del mundo.
2. América del sur es la región del mundo que tiene el menor aumento de temperatura.
3. En general África, Asia y Europa se “calientan” más que América y Oceanía.
4. Hay todavía zonas que no han sido incorporada al análisis continental, hay que revisar las razones de ello en la documentación presentada por la Universidad de Berckley

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Si ponemos atención en Latinoamérica debemos observar varias cosas:

1. La información para el Perú se inicia en 1880 de manera regular, antes hay datos sueltos. Es probable que los historiadores y los investigadores del clima puedan hecharnos una mano en el futuro.
2. Las pocas estaciones con las que cuenta el Perú hacen que el rango de incertidumbre sea alto. Hay series para las ciudades de Lima, Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Cusco, Chimbote, Piura y Pucallpa.
3. Mientras la temperatura se eleva aceleradamente en Euopa y Norte América en el último periodo (desde los 80 en adelante), en América del Sur y en el Perú el cambio es más lento. En general parece que el hemisferio sur se calienta menos que el norte.

La data trabajada por nosotros la puede bajar aquí

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Cambio climático y campesinado

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Esta presentación es más el resultado de mi curiosidad que de un conocimiento profundo sobre el tema, y por tanto esta hecha más de preguntas que de certezas. Me aproximaré primero al fenómeno del calentamiento global y sus consecuencias para nuestro país, luego presentaré algunas características de la agricultura campesina, para luego establecer las relaciones entre ambas realidades.

Flavio Figallo 20-4-09

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Cambio climático

1. Desde hace casi 30 años científicos de diversas partes del mundo han advertido cambios en el comportamiento del clima cuya más clara, o sintética, manifestación se expresa en un aumento de la temperatura media en todas partes del mundo. La discusión sobre la causa de tal fenómeno pasó de la idea de que podríamos estar atravesando por un ciclo “natural” de aumento de la temperatura, después de todo la historia del planeta registra situaciones similares en la edad media, así como otras muy frías en épocas anteriores. Poco a poco sin embargo se abrió paso a la discusión sobre la correlación primero y a la causalidad luego entre la producción de gases de efecto invernadero (GEI) y calentamiento planetario. Quedó así establecido que las causas son antrópicas y que se trata del más serio problema global.

2. Otro de los aspectos que encierra el problema de cambio climático es el ético. ¿Podemos señalar como responsable a la sociedad industrial a los países desarrollados? ¿Conocían ellos las consecuencias de su modelo? En todo caso ¿Puede individualizarse o distribuirse de alguna manera la responsabilidad? Antes de contestar hay que señalar varias cosas, la primera tiene que ver con el proceso de internacionalización primero y la globalización más adelante, y al respecto ya Adam Smith y Marx advertían de estas tendencias del capitalismo y sus consecuencias negativas sobre el entrono, bien ilustradas por escritores de la época. La idea de que con la internacionalización del comercio y de la industria sobrevendría también la de una polución generada por la actividad humana capaz de envenenar la atmósfera es sin embargo una reflexión posterior. Lo segundo que debemos agregar es sobre concepto de responsabilidad: Como señala Bonilla (2008) sobre este asunto Hans Jonas escribe su obra “El principio de Responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica” en 1984 argumentando la necesidad de incluir un vector de tiempo en la reflexión sobre la ética, la humanidad en tanto reorganizadora de la naturaleza debe hacerse responsable de ella, y de las consecuencias no previstas de sus acciones en bien de las generaciones futuras, y por tanto las sociedades tienen el “deber de saber” que puede pasar. En tercer lugar tenemos algunos elementos científicos que sumar al asunto de la responsabilidad, los científicos se interesan cada vez más en la atmósfera, y del planeta como totalidad luego de las primeras imágenes del planeta vista desde el exterior, y dan la s primeras alarmas hacia fines de los setenta, pero no sino hasta 1988 que se incorpora a la agenda mundial.

3. Hay que señalar también que el sinnúmero de inferencias que están detrás de la explicación de las causas del calentamiento hace todavía dudar a unos pocos sobre el origen antrópico –la EPA de USA lo acaba de hacer – y a otros sobre la posibilidad de controlar el clima y aprovechar sus efectos positivos (explotar minas y petróleo en el ártico). En cualquier caso el hecho es que aumenta la temperatura media constantemente, y que si sigue así nos extinguiremos. Respecto de los gases invernadero, y en particular el CO2, baste decir que nuestra contribución podría ser de 0,4% (CONAM: 2007), y digo podría, porque investigaciones recientes del IMARPE (2008) revelan que nuestro mar no es un sumidero CO2, si no más bien un productor.

4. De otro lado, como suele suceder los modelos y mediciones respecto de este asunto provienen de las academias europeas y norteamericanas, y se enfocan en sus intereses. Sin embargo, nuevas predicciones y cálculos más precisos han comenzado a llegar desde otras partes del mundo incorporándose a la discusión que sobre el tema conduce el IPCC (Foro internacional sobre el cambio climático). En Latinoamérica es Brasil el país con mayor desarrollo independiente en esta materia, seguido probablemente de Chile y Argentina. En cualquier caso tanto los registros, como los modelos de interpretación son aún un problema para entender que esta ocurriendo con el clima en nuestra región, y particularmente en el Perú; pero no hay duda que en el futuro serán base para las negociaciones internacionales.

5. Los modelos actuales señalan que será esta zona del planeta, la de los andes y la cuenca amazónica, una de las más afectadas por los cambios climáticos, y se alude al estrés hídrico y la desertificación. Las evidencias de desglaciación confirman la tendencia, sin embargo existen otros fenómenos en la región y en el hemisferio sur que complican las predicciones. El fenómeno del Niño y la oscilación sur (ENSO) es uno de ellos, la corriente de Humboldt, la transversalidad de la cordillera de los andes, la magnitud de la selva amazónica, la masa oceánica del hemisferio sur y las características del polo sur son otras.

6. Sobre la información climática nacional y regional nuestro conocimiento es aún bastante precario, ello tiene que ver no solo con la insuficiencia de nuestra infraestructura tecnológica (número de estaciones meteorológicas, no contamos con un satélite nacional) sino también con el hecho de que no se ha hecho una síntesis del saber acumulado, y con la falta de capacidad de cooperación e intercambio de información científica entre las instituciones responsables. (Situación que esperamos se resuelva con la creación del Ministerio del Ambiente).

7. De acuerdo con los meteorólogos, el fenómeno ENSO es responsable de las variaciones interanuales y la oscilación decadal del pacífico (ODP) parece válida para ciclos más largos. Los Niños se corresponden con escalas de tiempo de uno a dos años, y las ODP son del orden de 12 a 20 años (Icochea y Olivera: 2006)

8. De las 7 cuencas estudiadas para la región amazónica que comprende desde la selva del Cuzco por el sur, hasta la unión del Huallaga con el Ucayali en el norte, todas (Requena, Chazuta, Puerto Inca, Maldonadillo, Tambo, Mejorada, Pisac), salvo dos de ellas (Pisac y Mejorada), las demás tienen una alta probabilidad en el descenso de sus caudales para el periodo 2008-2099. La cuenca del Chatuza y Mejorada incrementarían su caudal. El mismo estudio señala que la cuenca de Pisac sería la menos vulnerable, mientras la de Puerto Inca sufriría ascensos de caudal de hasta 200% en los meses de agosto y septiembre.

9. En suma, no sabemos casi nada respecto de este problema y ni cómo afectará a cada una de nuestras tantas zonas de vida. ¿Qué decir entonces? Creo que lo podemos hacer es tratar de ordenar nuestras ideas sobré cómo observar el problema para estimar a mayor detalle nuestra vulnerabilidad, y al mismo tiempo pensar en lo que hay que hacer para adaptarnos, siendo conscientes que ello demanda un esfuerzo multidisciplinario e interinstitucional.

10. En cualquier caso nuestra tarea principal no será la de aportar a la disminución de GEI, sino la de mitigar sus efectos y adaptarnos. Sobre el tema de la adaptación hay dos aspectos importantes que considerar: las alternativas tecnológicas y el capital social sobre las que éstas deben organizarse. Los estadounidenses han inventado una nueva disciplina para adaptarse a los efectos el CC, la llaman geoingeniería. Los que han visto viaje a las estrellas, la guerra de las galaxias, Galáctica, o leen ciencia ficción, pueden imaginar las posibilidades de terraformación de otros planetas (1) como ejemplo de lo que se puede hacer. Paralelamente Jared Diamond (2006), en su libro Colapso, reseña innumerables experiencias de sociedades que sin éxito enfrenaron problemas ecológicos que las llevaron a su desaparición.

11. Mientras tanto los investigadores del Centre for Social and Economic Research on the Global Environment (CSERGE) estudian las reacciones sociales frente a las posibles transformaciones climáticas, y llegan a la conclusión de que en general las decisiones que toman los gobiernos frente a éstos problemas suelen ignorar a las poblaciones dispersas, alejadas y pobres, lo que en nuestro caso puede traducirse en que ignoraremos la suerte de los pequeños agricultores, campesinos y comunidades nativas, o en el mejor de los casos haremos poco por ellos, de modo que podemos esperar aumento de la migración y de los conflictos sociales en los espacios urbanos, los que a su vez verán afectados sus servicios básicos.

12. Como evidencia de la hipótesis anterior podemos tomar el debate en torno al asunto del agua para Lima tendremos una idea de la forma en la que enfrentaremos los problemas: desalinización versus manejo de la napa freática, reciclaje de las aguas servidas, o las tres, además de canon por agua a las comunidades de la sierra central. Otro ejemplo puede observarse en la competencia por este recurso entre los veraneantes del sur y los agricultores y habitantes de los pueblos de las cuencas de Chilca, Mala y Omas.

13. Las soluciones tecnológicas que se proponen frente a los problemas ecológicos son numerosas y de todo calibre, requieren de un mayor análisis sobre sus efectos en el mediano y largo plazo si lo que deseamos es una mayor sostenibilidad. Manejo de aguas subterráneas, reforestación a gran escala, recuperación de redes hídricas, lluvia artificial, selección genética para mayor adaptación de cultivos, para no hablar de sombrillas atmosféricas, o incremento de la capacidad de los océanos para procesar el CO2 (2). En nuestro medio hay también muestras precolombinas de los estados hidráulicos –según la vieja calificación de Wittfogel- relacionadas con la conservación de agua de lluvia, manejo de bofedales, pequeñas represas, sistemas de infiltración y recuperación de la napa freática, control de heladas, captación de humedad ambiental, manejo de suelos, etc.

14. Por lo que sabemos hasta ahora los Niño serán mas frecuentes, la temperatura media del aire aumentará, los cambios en la temperatura del mar parece ir a contrasentido, las lluvias se harán más intensas hacia el norte del paralelo 12° (a la altura de Lima) y disminuirán hacia el sur. En consecuencia se advierte una tendencia a la tropicalización al norte y el surgimiento de una tundra fría hacia el sur este. En el caso del sur este los efectos se amortiguan hacia la vertiente oriental donde se concentra más humedad.

15. El aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias en las zonas altoandinas sugieren un proceso de desertificación en curso (Avalos: 2009). De acuerdo con el modelo japonés TL959L60 MRI/JMA, trabajado por Avalos, muestran un aumento de la temperatura superior a los 2 °C por encima de los 3800 msnm. Asimismo, las lluvias se reducirían entre 10 y 30%. Es importante señalar que estas cifras están por debajo de las calculadas a partir de modelos globales que señalan incremento de las temperaturas de entre 4 y 6 °C.

Sobre el comportamiento del campesinado frente al cambo climático.

1. Los biólogos Edgar Lehr (Alemán) y Alessandro Catenazzi (Peruano) descubrieron en el 2007 una nueva especie de rana a 3 mil metros que vive en las hojarascas protegida por la humedad. Se trata de la Noblella pygmaea. Esta pequeña criatura de un centímetro, que hoy vive en Kosñipata esta amenazada por un hongo ecuatorial “Batrachochytrium dendrobatidis”, conocido asesino de otras especies de ranas. Curiosamente pasa con ella lo que parece pasó con las huestes de Huayna Cápac cuando como resultado de su campaña militar en la hoy provincia de Manabí en el Ecuador, y ayudado por el periodo de calentamiento de la época, son atacados y diezmados por una epidemia de Bartonelosis. (Pachas: 2000; ) ¿Pasará lo mismo con la agricultura campesina?

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The Conversion of a Climate-Change Skeptic/ la conversión de un escéptico

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Hace no mucho tiempo publicamos un post –Durban, cambio climático y geopolítica– en el que se llamaba a la atención sobre el hallazgo de los escépticos respecto del cabio climático. Resulta que la misión de los científicos, contratados entre otros por los industriales del carbón, era poner a prueba el cálculo sobre el calentamiento global corrigiendo los sesgos de la medición producida, entre otras cosas, por la ubicación de las fuentes de información directa, muchas de las cuales arrojan mayor temperatura por encontrarse en las ciudades, frente a las que se encuentran a campo abierto.

Bueno, resulta que el científico en cuestión, Richard Muller acaba de escribir un artículo en el NYT anunciando que de acuerdo con los estudios realizados ha dejado de ser un escéptico. “El año pasado, a raíz de un esfuerzo intensivo de investigación en el que participaron una docena de científicos, llegué a la conclusión de que el calentamiento atmosférico era real y que las estimaciones anteriores de la tasa de calentamiento eran correctas. Ahora voy un paso más allá: Los seres humanos son casi en su totalidad de la causa.”

He aquí el artículo de Richard A. Muller
que se puee revisar en: The Conversion of a Climate-Change Skeptic

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CALL me a converted skeptic. Three years ago I identified problems in previous climate studies that, in my mind, threw doubt on the very existence of global warming. Last year, following an intensive research effort involving a dozen scientists, I concluded that global warming was real and that the prior estimates of the rate of warming were correct. I’m now going a step further: Humans are almost entirely the cause.

My total turnaround, in such a short time, is the result of careful and objective analysis by the Berkeley Earth Surface Temperature project, which I founded with my daughter Elizabeth. Our results show that the average temperature of the earth’s land has risen by two and a half degrees Fahrenheit over the past 250 years, including an increase of one and a half degrees over the most recent 50 years. Moreover, it appears likely that essentially all of this increase results from the human emission of greenhouse gases.

These findings are stronger than those of the Intergovernmental Panel on Climate Change, the United Nations group that defines the scientific and diplomatic consensus on global warming. In its 2007 report, the I.P.C.C. concluded only that most of the warming of the prior 50 years could be attributed to humans. It was possible, according to the I.P.C.C. consensus statement, that the warming before 1956 could be because of changes in solar activity, and that even a substantial part of the more recent warming could be natural.

Our Berkeley Earth approach used sophisticated statistical methods developed largely by our lead scientist, Robert Rohde, which allowed us to determine earth land temperature much further back in time. We carefully studied issues raised by skeptics: biases from urban heating (we duplicated our results using rural data alone), from data selection (prior groups selected fewer than 20 percent of the available temperature stations; we used virtually 100 percent), from poor station quality (we separately analyzed good stations and poor ones) and from human intervention and data adjustment (our work is completely automated and hands-off). In our papers we demonstrate that none of these potentially troublesome effects unduly biased our conclusions.

The historic temperature pattern we observed has abrupt dips that match the emissions of known explosive volcanic eruptions; the particulates from such events reflect sunlight, make for beautiful sunsets and cool the earth’s surface for a few years. There are small, rapid variations attributable to El Niño and other ocean currents such as the Gulf Stream; because of such oscillations, the “flattening” of the recent temperature rise that some people claim is not, in our view, statistically significant. What has caused the gradual but systematic rise of two and a half degrees? We tried fitting the shape to simple math functions (exponentials, polynomials), to solar activity and even to rising functions like world population. By far the best match was to the record of atmospheric carbon dioxide, measured from atmospheric samples and air trapped in polar ice.

Just as important, our record is long enough that we could search for the fingerprint of solar variability, based on the historical record of sunspots. That fingerprint is absent. Although the I.P.C.C. allowed for the possibility that variations in sunlight could have ended the “Little Ice Age,” a period of cooling from the 14th century to about 1850, our data argues strongly that the temperature rise of the past 250 years cannot be attributed to solar changes. This conclusion is, in retrospect, not too surprising; we’ve learned from satellite measurements that solar activity changes the brightness of the sun very little.

How definite is the attribution to humans? The carbon dioxide curve gives a better match than anything else we’ve tried. Its magnitude is consistent with the calculated greenhouse effect – extra warming from trapped heat radiation. These facts don’t prove causality and they shouldn’t end skepticism, but they raise the bar: to be considered seriously, an alternative explanation must match the data at least as well as carbon dioxide does. Adding methane, a second greenhouse gas, to our analysis doesn’t change the results. Moreover, our analysis does not depend on large, complex global climate models, the huge computer programs that are notorious for their hidden assumptions and adjustable parameters. Our result is based simply on the close agreement between the shape of the observed temperature rise and the known greenhouse gas increase.
It’s a scientist’s duty to be properly skeptical. I still find that much, if not most, of what is attributed to climate change is speculative, exaggerated or just plain wrong. I’ve analyzed some of the most alarmist claims, and my skepticism about them hasn’t changed.

Hurricane Katrina cannot be attributed to global warming. The number of hurricanes hitting the United States has been going down, not up; likewise for intense tornadoes. Polar bears aren’t dying from receding ice, and the Himalayan glaciers aren’t going to melt by 2035. And it’s possible that we are currently no warmer than we were a thousand years ago, during the “Medieval Warm Period” or “Medieval Optimum,” an interval of warm conditions known from historical records and indirect evidence like tree rings. And the recent warm spell in the United States happens to be more than offset by cooling elsewhere in the world, so its link to “global” warming is weaker than tenuous.

The careful analysis by our team is laid out in five scientific papers now online at BerkeleyEarth.org. That site also shows our chart of temperature from 1753 to the present, with its clear fingerprint of volcanoes and carbon dioxide, but containing no component that matches solar activity. Four of our papers have undergone extensive scrutiny by the scientific community, and the newest, a paper with the analysis of the human component, is now posted, along with the data and computer programs used. Such transparency is the heart of the scientific method; if you find our conclusions implausible, tell us of any errors of data or analysis.

What about the future? As carbon dioxide emissions increase, the temperature should continue to rise. I expect the rate of warming to proceed at a steady pace, about one and a half degrees over land in the next 50 years, less if the oceans are included. But if China continues its rapid economic growth (it has averaged 10 percent per year over the last 20 years) and its vast use of coal (it typically adds one new gigawatt per month), then that same warming could take place in less than 20 years.

Science is that narrow realm of knowledge that, in principle, is universally accepted. I embarked on this analysis to answer questions that, to my mind, had not been answered. I hope that the Berkeley Earth analysis will help settle the scientific debate regarding global warming and its human causes. Then comes the difficult part: agreeing across the political and diplomatic spectrum about what can and should be done. Sigue leyendo

BOSQUES Y DERECHO

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Artículo de Guillermo Figallo A. (2009)

20120630-foster_7.jpg Foto: Robin Foster

Los Bosques y el Medio Ambiente Atmosférico

Los bosques contribuyen eficazmente a la purificación del medio ambiente atmosférico al asimilar el anhídrido carbónico (CO2) existente, corrigiendo el llamado efecto invernadero . La cubierta vegetal y, especialmente, el bosque, fija carbono atmosférico y libera oxígeno por fotosíntesis. Por el contrario cuando un bosque se quema o se tala aumenta la contaminación del aire por dióxido de carbono ya que se devuelve a la atmósfera todo el carbono que el bosque había almacenado en decenas de años, incluso siglos. Esto contribuye al cambio climático y a los trastornos que se derivan de este hecho. La atmósfera puede ser vehículo de contaminación de los bosques, en forma de lluvia ácida principalmente, un problema muy grave en áreas centroeuropeas. Por ello no ha pasado inadvertida en la protección de la atmósfera la necesidad de promover la conservación y el perfeccionamiento de los bosques (Cumbre de Río de Janeiro) .
Delgado de Miguel, Juan Francisco. Derecho Agrario Ambiental. Editorial Arazandi. Lima, 1992, p. 77- 80

LA PROTECCION JURIDICA DE LOS BOSQUES Y SU MULTIFUNCIONALIDAD

Ciertos bosques especialmente valiosos desde el punto de vista ecológico reciben una tutela reforzada de la legislación siendo declarados como espacios naturales protegidos.

Los bosques junto con el agua, han gozado siempre de protección jurídica, desde la antigüedad –egipcia, griega, romana y andina-. Las principales disposiciones protectoras de los bosques durante la Colonia se encuentran en gran medida reflejadas en las 28 leyes del Título XXIV ”De los bosques y plantíos, su conservación y aumento” de la Novísima Recopilación de 1804.

A) Funciones básicas de los bosques .

Actualmente se reconoce que los bosques cumplen tres funciones a que son la económica o productiva, la social y la ecológica.

La Función Económica o Función Productiva: limitada en mayor o menor medida por una explotación sustentable a lo largo de la historia y entendida en la actualidad como “el aprovechamiento de los recursos naturales renovables de carácter forestal mediante su uso sostenible, fomentando el asociacionismo y la colaboración entre los sectores implicados en la producción, transformación, comercialización de los recursos forestales y la mejora de estos procesos para procurar la socialización del valor añadido entre las poblaciones que los circundan mejorando la calidad de los productos y subproductos forestales.”

La Función Social, que es la satisfacción de necesidades colectivas, habiendo evolucionado desde la original satisfacción de necesidades primarias de la sociedad rural hasta la más moderna orientación hacia las nuevas demandas de recreo y ocio. Las funciones sociales del bosque son, en realidad, bastante heterogéneas (asentamiento de la de la población en el medio rural, el empleo en labores forestales, funciones educativas y culturales, uso recreativo y turístico); pero, aunque pueda producir rendimientos económicos, el turismo en los bosques no suele ser considerado como aprovechamiento forestal.

La Función Ecológica que siempre ha estado intuida en la ordenación jurídica de los bosques, y que habiendo sido recientemente reconocida ha pasado de inmediato a primer plano.

Debemos precisar que se entiende que integran las Funciones Ecológicas: la regulación del ciclo del agua y la mejora de su calidad; la conservación o restauración de la fertilidad de los suelos; la prevención o paralización de los procesos de erosión o desertificación; la conservación y uso sostenible de las especies de la flora y fauna para las que los bosques constituyen su hábitat, especialmente si se trata de especies amenazadas a nivel nacional o internacional, su aporte a la variedad y/o belleza del paisaje; su contribución al efecto sumidero del carbono y otros gases que lo generan y el cambio climático; así como su contribución, en general, al equilibrio del intercambio de gases atmosféricos.

B) El Bosque como universitas complejo

La primera consecuencia del cambio de paradigma en la regulación jurídica de los bosques es su consideración como ecosistema. Resulta indudable que los bosque “como espacios de interacción de unos u otros entes son susceptibles de una consideración única, sin primacías, como un solo elemento, un medio en sí y por sí mismo. Por ende, el bosque constituye una universitas compleja desde el punto de vista jurídico.

Los ecosistemas forestales cumplen muy diversas funciones ecológicas, dadas sus interrelaciones tanto con los subsistemas bióticos, como con los abióticos. Así, influyen de modo determinante en los procesos atmosféricos, en las temperaturas, en las precipitaciones y, en definitiva, en la regulación del clima; también intervienen en la calidad del aire al suministrar oxígeno y absorber anhídrido carbónico lo que permite que sean considerados como sumideros del mismo; también influyen decisivamente en el ciclo Hidrológico y en la calidad de las aguas, así como en el mantenimiento de los suelos (los previene de la erosión y evita el deslizamiento de tierras), etc. Y no menos importante es su función de mantenimiento y promoción de una enorme variedad de especies animales y vegetales, actuando como soporte insustituible de la biodiversidad.

20120630-foster_6.jpg Foto: Robin Foster

ASPECTOS GENERALES DE LA MODERNA LEGISLACIÓN FORESTAL

Aunque no faltan algunas disposiciones relativas a la función ecológica del bosque, no ha habido un desarrollo del derecho forestal que comprenda como objeto de protección el conjunto de los recursos que lo integran y estas se realizan con criterios unilaterales y localistas Por ello, es necesario el desarrollo de un régimen forestal ambiental que comprenda los rasgos comunes siguientes:

1.- Prioridad ecológica y multifuncionalidad del bosque: que significa el reconocimiento jurídico del ecosistema forestal sin perjuicio del reconocimiento de sus otras funciones productivas o económicas y sociales y de su posible compartibilidad. Otro aspecto significativo es la ampliación del concepto de terreno forestal incluyendo los terrenos de vocación forestal (enclaves forestales en terrenos agrícolas, los adscritos a su futura transformación forestal), así como otros elementos asociados (franjas exteriores necesarias para su protección, pistas, caminos, etc.). Debe abandonarse en definitiva, el concepto técnico y rígido del Bosques, por un concepto más abierto y dinámico.

a) La Planificación y ordenación: previas a las de los terrenos y de la gestión forestal con bases semejantes a las que rigen otros recursos naturales (agua, espacios naturales).

b) El Estatuto de la Prioridad Forestal: que comprenda la Clasificación de los bosques en función de la doble circunstancia de su titularidad y de sus cualidades, estableciendo para las distintas clases un conjunto de derechos y deberes.

c) La Gestión Forestal Integradora: que es consecuencia del concepto de ecosistema forestal y debe tener en cuenta las interrelaciones existentes en él y que se deebe fundamentar en una doble integración, la de todos los recursos naturales existentes o potenciales y la de éstos con el medio físico en el que se encuentran.

d) Usos y Aprovechamientos: La moderna legislación forestal deberá regular detalladamente el régimen de los diversos usos y aprovechamientos de los bosques, estableciendo las compatibilidades posibles y las prohibiciones básicas, desde una perspectiva general y sin perjuicio de las remisiones a los instrumentos técnicos que las concreten sobre el terreno. Los principios que los informen son: el aprovechamiento sostenible, la preservación de la diversidad genética, la garantía de los procesos ecológicos de la fauna y flora, la persistencia y capacidad de renovación o reproducción, el mantenimiento de aptitudes productivas, protectoras y socioculturales, la compatibilidad potencial de usos y aprovechamientos, la sujeción a intervención pública, ordenación técnica de usos y aprovechamientos.

e) Protección y Defensa: Estas se articulan frente a incendios forestales y a plagas y enfermedades, habiendo incluso algunas legislaciones contemplado la prevención y el seguimiento de la contaminación atmosférica.

f) Participación de las Entidades Locales: Una de las mayores incoherencias de la legislación forestal es el contraste entre las limitadas competencias reconocidas a las entidades locales y la importante propiedad forestal que poseen.

g) La Administración Forestal como Administración Ambiental: desplazamiento o integración de la Administración Forestal en la Administración Ambiental abandonando su tradicional inclusión en la Administración Agraria.

h) Fomento de Actuaciones Forestales y de Formación e Investigación.

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PERÚ, RETOS DE LA GEOINGENIERÍA: PRODUCIR AGUA Y ALIMENTOS

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Para comenzar habría que decir que las civilizaciones prehispánicas pensaron y actuaron en el territorio considerándolo como un espacio al que podían someter a voluntad, gracias al pacto con los dioses de la tierra y de los cielos. Cientos de miles de hectáreas de andenes, 256 mil según el INRENA en 1996; cientos de kilómetros de canales de riego, en algunos casos labrados en la misma roca; lagunas artificiales, sistemas de retención de las escorrentías, procedimientos para la alimentación de la napa freática, manejo de bofedales de altura, redes viales que daban vida a la articulación vertical de pisos ecológicos, y transversal a su distribución, etc. Junto con este tratamiento del territorio se transformaron bosques en tierras de cultivo y praderas, y se expandieron los cultivos alimenticios por sobre las áreas cubiertas con vegetación natural.

20120630-foster_1.png Foto: Foster

En la actualidad con las capacidades tecnológicas y los conocimientos que tenemos es posible enfrentar retos aún mayores que formen parte de estrategias globales para enfrentar el cambio climático aprovechando sus ventajas y controlando, al menos en parte sus efectos negativos.

a) La temperatura aumenta y los cultivos suben, pero deben enfrentar las dificultades del tipo de tierras, la disminución del oxígeno y la falta de sistemas de riego.
b) La investigación genética, incluyendo la de transgénicos, es indispensable si queremos por ejemplo maíz a 4000 msnm
c) Dado que los glaciares o las nieves tenderán a disminuir o conservar el agua durante menos tiempo al año, requerimos de presas reguladoras y de inyectores de agua para mantener las napas en los niveles adecuados.
d) Las plantas y los hombres no son los únicos que deben “subir”, también lo deben hacer los insectos, las hierbas, los pequeños animales, las aves, las tarucas, los pumas, las ovejas, etc.

El desarrollo de los bosques es un espacio de desarrollo que permite “normalizar” los regímenes de lluvia y de reproducción de los cursos de agua subterráneos y superficiales, forma además tierra y ecología favorable para la proliferación de la vida y de la agricultura. Debemos iniciar procesos masivos de reforestación en la sierra y la selva

“Hay que imaginar las montañas de los Andes como unas inmensas esponjas que colectan las aguas de las lluvias y que a través de cañerías subterráneas van formando los puquiales, las acequias y ríos, que se van a la vertiente oriental u occidental… Si no cosechamos el agua nos vamos a morir de sed y hambre, los más afectados van a ser los valles costeños que dependen de las lluvias de la sierra. Tenemos que volver a colocar el poncho verde a los Andes.” (Pablo Sánchez)

“Los Andes que miran al Pacifico tiene 53 cuencas de donde viene el 1.8% del agua que tiene el Perú y donde vive el 60% de la población nacional. El 98,2% va hacia el Atlántico. Se debe manejar mejor ese 1.8% para producir agua para la Costa. Con los suelos erosionados de la Sierra las aguas de las lluvias corren libremente en forma de huaycos, aludes y se pierde en los repuntes o la evaporación. Debe ponerse el poncho verde en los Andes para que cumpla su papel del inmenso almacén de agua para que sea transferido a los valles costeños”.Atenor Florindez

20120630-foster_3.jpg Foto: Foster

“Para enfrentar el avance de la deforestación, se presentan las alternativas de la forestación y la reforestación. El Perú cuenta con 10 millones de has de tierras aptas para la instalación de plantaciones forestales; de las cuales 7,5 millones se ubican en la sierra, 2,5 millones en la selva y 0,5 millones en la costa. Lamentablemente, los esfuerzos de forestación y reforestación han sido muy reducidos y básicamente han estado a cargo del Estado. Según las estadísticas del INRENA, las plantaciones forestales instaladas, hasta el año 2001, ascendían a 726,304 has (cifra que equivale al 7,6% de la deforestación estimada al año 2000), de las cuales más del 50% se encontraban en 6 departamentos, que en orden de importancia son Cusco, Cajamarca, Ancash, Junín, Apurímac y Ayacucho.” (ECONOMÍA Y AMBIENTE. Año V, No. 27 Agosto 2003 EL MANEJO DE LOS BOSQUES EN EL PERÚ)

Para siete millones de hectáreas necesitamos 49,000’000,000 de plantones (7 mil por hectárea), al ritmo que vamos, sin consideran la deforestación necesitamos 2,500 años para acabar. Habrá que tener en cuenta los sistemas de plantación vía aérea como se hace en Massabesic Idaho y revisar los informes de la FAO al respecto. Leer los textos de Masanobu Fukuoka sobre la reforestación con bolitas de arcilla. Revisar la reciente experiencia mexicana de reforestación masiva.

Materiales

WESTVELD, MARINUS (1949) Reforestación por aeroplano: Ensayo de un nuevo sistema.

Fukuoka, Masanobu (1978) LA REVOLUCIÓN DE UNA BRIZNA DE PAJA. Traducción de trabajo del libro: THE ONE-STRAW REVOLUTION, AN INTRODUCTION TO NATURAL FARMING, de MASANOBU FUKUOKA, publicado por RODALE PRESS 1978. Editado por INSTITUTO PERMACULTURA MONTSANT

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Los retos del Cambio Climático y los países andinos

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Aunque la necesidad de enfrentar el Cambio Climático se está constituyendo en un tópico de sentido común, la imaginación pública todavía no parece entender que es al menos igualmente importante, si no más, comenzar a prepararnos para reducir los impactos que cambiar las prácticas individuales y colectivas para reducir las emisiones. Al fin y al cabo el aporte peruano a los gases de efecto invernadero es muy poco importante por lo que los cambios efectivos en el incremento térmico dependen del primer mundo. Pero nadie hará por nosotros los estudios para identificar y resolver nuestros problemas locales. Y el Perú es una de las zonas en la que los impactos pueden ser mayores.

1. El Desafío del Agua
Capacitación, tecnología e investigación.
Oportunidad
Fortalecimiento del manejo institucional del recurso hídrico
¿Qué podemos hacer?
• Conocer la oferta diaria del agua.
• Estimar las demandas de uso y consumo del agua de los usuarios.
Fortalecer la organización y participación de usuarios.
• Medir la escorrentía, la erosión de sedimentos, la cobertura vegetal de las laderas, las corrientes subterráneas, el afloramiento de manantiales y el caudal de los ríos, entre otros factores.
• Planificar y diseñar la construcción de la infraestructura de servicio al sistema hídrico.
• Cobrar las tarifas adecuadas.
Oportunidad
Uso racional del agua, dándole un verdadero valor
¿Qué podemos hacer?
• Minimizar las pérdidas en sistemas de abastecimiento de agua potable.
• Implementar sistemas de riego tecnificado.
• Reciclar el agua hasta su máxima capacidad.
• Masificar los sistemas de tratamiento y reuso del agua.
Diseñar grifería, sanitarios, y productos que demanden menos agua para su conservación

Oportunidad
Conservación del agua
¿Qué podemos hacer?
• Elevar los estándares de calidad ambiental de aguas y efluentes.
• Tratar las aguas servidas e industriales antes de verterlas al mar, ríos y lagos.
• Minimizar los vertimientos.
• Conservar el agua en las cuencas, mediante reforestación de las cuencas altas, manejo de bofedales e implementación de sistemas de pagos por servicios ambientales.
• Construir pequeños reservorios en zonas agrícolas para épocas de escasez.
Captar neblina
• Manejo de napa freática

Oportunidad
Búsqueda de nuevas fuentes de agua
¿Qué podemos hacer?
• Organizar inventarios completos de aguas subterráneas. (INGEMET esta haciendo un estudio, y se cuenta con inventario para algunos valles costeros)
• Desalinizar el agua del mar (hay algunas experiencias basadas en tecnologías solares)
• Invertir en investigación y desarrollo (molinos, sistemas de bombeo eficientes, etc.)

2. LA ENERGÍA Y EL RETO DE DESARROLLARNOS LIMPIAMENTE
Oportunidad
La verticalidad de las montañas y las precipitaciones en las partes altas son las condiciones ideales para la generación de energía eléctrica con las caídas de los cursos de agua. Además, en el interior de los territorios andinos discurren grandes ríos encajonados entre las montañas, lo cual ofrece un enorme potencial para represar grandes masas de agua para generar electricidad y, de ser posible, conducirlas hacia las parte bajas con climas y suelos más propicios para desarrollar una agricultura de gran intensidad biológica, con riego tecnificado y mayor valor económico. Este recurso enfrentará en el corto plazo problemas de flujo por desglaciación acelerado, crisis de los sistemas hidráulicos naturales.

¿Qué podemos hacer?
Concientes de su vulnerabilidad al Cambio Climático, los países andinos se deben unir al esfuerzo global por lograr las mayores reducciones en el menor tiempo posible. Pero para que ello sea posible, se deben establecer mecanismos de incentivos internacionales, transferencia de tecnología e investigación que les permitan participar cubriendo su brecha energética de la forma más limpia posible.

Oportunidad
Búsqueda de nuevas fuentes de energía
¿Qué podemos hacer?
• Inventario de fuentes de energía eólica, térmica e hidroeléctrica
• Desarrollo y adaptación de tecnologías de generación de energía limpia
• Geoingeniería para un mejor manejo de las aguas de superficie en las partes altas de las cuencas.

3. El desafío de nuestra biodiversidad y cultivos
Manejo basado en ciencia y tecnología.

Oportunidad
Priorización de la investigación e inversión en tecnología
¿Qué podemos hacer?
• Fortalecer las investigaciones sobre biodiversidad y cultivos agrícolas y prácticas ancestrales. Desarrollar formas de manejo integrado de cultivos.
• Monitorear constantemente y retroalimentar los planes de manejo.
• Mejorar las plantas cultivadas y acceso a los genes contenidos en las variedades tradicionales y en las plantas ancestro.
• Enfocar los estudios en el espacio de cuenca.
• Desarrollar tecnología limpia para el incremento en la productividad de los cultivos.

Oportunidad
Fortalecimiento del manejo institucional
¿Qué podemos hacer?
• Planificar e implementar sistemas que aseguren la disponibilidad de alimentos.
• Planificar políticas de empleo y de ingreso para el acceso a una dieta básica.
• Promover el acceso a la educación y promoción para mejorar el uso de los alimentos y la calidad de consumo.
• Manejar a tiempo los conflictos sociales y perturbaciones en el mercado nacional e internacional.
• Desarrollar métodos eficientes de labranza, fertilización y riego, controles fitosanitarios, así como una adecuada gestión empresarial.
• Conservar los recursos filogenéticos.
• Rehabilitar sistemas degradados.
• Incrementar el stock de recursos productivos.
• Promover el acceso a los servicios públicos para tener acceso a mercados.
• Invertir en la calidad y disponibilidad de las redes viales.
• Planificar y diseñar infraestructura de prevención.
• Capacitar a las autoridades competentes para prever y superar las alteraciones inesperadas del clima.

4. El desafío de nuestros bosques
Una responsabilidad compartida.

Oportunidad
Mecanismos de incentivos internacionales
¿Qué podemos hacer?
• Proveer incentivos económicamente interesantes para la conservación de los bosques.
• Apoyar técnica y financieramente para el uso y conservación de los bosques.
Oportunidad
Priorización de la investigación e inversión en tecnología
¿Qué podemos hacer?
• Cooperar en investigación sobre las capacidades de captura de las distintas especies.
• Facilitar el uso de imágenes satelitales para controlar la deforestación.
• Instaurar un periodo de aprendizaje y prueba de mecanismos de control de la deforestación.

Oportunidad
Fortalecimiento del manejo institucional en la región
¿Qué podemos hacer?
• Fortalecer mecanismos de seguimiento, fiscalización y control de actividades.
• Desarrollar políticas de reforestación y agroforestería.
Promover el uso integrado de reforestación asociada al aumento de la disponibilidad de agua
• Desarrollar y fortalecer las capacidades de autoridades para implementar las leyes.

5. El desafío de nuestros gobiernos
Eje transversal de capacidades de gestión.

Oportunidad
Desarrollo de infraestructura y servicios básicos
¿Qué podemos hacer?
• Planificar adecuadamente la infraestructura física. Sistema de ciudades.
• Promover el acceso masivo a las redes de comunicaciones y servicios básicos.
• Promover la eficiencia en los sistemas de transporte, hídrico, etc.
• Invertir en investigación y desarrollo constante.

Oportunidad
Gestión de actividades productivas
¿Qué podemos hacer?
• Generar instrumentos de control y legislación para el manejo de los recursos naturales.
• Desarrollar mecanismos de acceso a mercados, gestión de procesos productivos, logística de insumos y productos, y financiamiento.
• Capacitar y proporcionar información a todo nivel.

Oportunidad
Capacidad institucional de gobiernos locales.
¿Qué podemos hacer?
• Mejorar la calidad, focalización y la efectividad del gasto público.
• Organizar a los sistemas productivos, sociedad civil y Estado.
• Optimizar las capacidades de las autoridades de la región.

6. Fortalecer la arquitectura institucional de coordinación de políticas.
• Acelerar la construcción de las carreteras intercontinentales que están en curso para la integración física.
• Impulsar la integración energética con las líneas de transmisión de eléctrica y la generación de grandes proyectos hidroeléctricos con participación multinacional.
• Construir una red intercontinental de gasoductos para aprovechar los enormes recursos en algunos lugares del continente.
• Promover acuerdos multinacionales para facilitar el acceso del agua para satisfacer las demandas de los países que padecerán estrés hídrico.
• Acuerdos multinacionales de comercio alimentario para garantizar el abastecimiento confiable y predecible a largo plazo.
• Aunar esfuerzos para fortalecer los centros de investigación a fin de conocer mejor y predecir los comportamientos del clima y la manera cómo afectará la biodiversidad del continente.
• Investigaciones y el desarrollo de tecnologías para adaptar los cultivos que son la base de la alimentación y del comercio de los países.
• Aunar esfuerzos para adaptar e implementar las nuevas tecnologías para producir combustibles orgánicos y nuevas formas de generar energía eléctrica.
• Emprender un vigoroso movimiento multinacional para mejorar la calidad y la relevancia de los contenidos y métodos educativos, a fin de formar sociedades conscientes de los fenómenos climáticos y de las tareas que deberán emprender los pueblos de América del Sur, de manera organizada y solidaria.

Tomado del libro de la CAN
El Cambio Climático no tiene fronteras Impacto del Cambio Climático en la Comunidad Andina” Las partes en cursiva han sido incorporadas por FFR.

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