En el periodo interglacial eemiano, el ahora alcanzado en este peculiar viaje hacia atrás en el tiempo, las temperaturas eran entre tres y cinco grados más altas que ahora y el nivel del mar era cinco metros superior, lo que le convierte en el mejor análogo del cambio climático, explican los responsables del proyecto, que empezó a gestarse hace cinco años. Los testigos de hielo (cilindros de varios metros de longitud) sacados darán una gran cantidad de información sobre las condiciones de la Tierra entonces, antes del último periodo glacial: “Cuando comprendamos cómo evolucionó el clima en el eemiano, mejorará nuestra capacidad de hacer predicciones climáticas”, señalan. (El País). Para más información ver: The North Greenland Eemian Ice Core Drilling Project (NEEM) Sigue leyendo
Archivo del Autor: Flavio Figallo
Esperanzas antes de Bonn
Entrevista hecha por RAFAEL MÉNDEZ – Madrid – 23/05/2010. Publicada en El País
En esta entrevista previa a la reunión de Bonn (preparatoria a la cumbre de Cancún para fin de año) Christiana Figueres se mostraba cautelosa, pero optimista respecto de la posibilidad de un acuerdo. Al parecer ningún político cree que la velocidad del cambio climático sea la que postulan los científicos, y negocian a su favor como si se tratase de la compra de una alfombra en un mercado persa. Para otros el tema está en la distribución de los esfuerzos, las medidas deben afectar a los más ricos y favorecer a los más pobres. Finalmente está en discusión el patrón de mundial de desarrollo que pone énfasis en la necesidad de esfuerzos globales en pos de una tecnoeconomía verde. Todo esto ocurre por su puesto en medio de un enorme clima d desconfianza entre los líderes políticos. Las esperanzas de acuerdos vinculantes parecen aún vanas.
Pregunta. Su tarea parece condenada al fracaso.
Respuesta. Es una tarea complicada, pero es a la vez el reto más inspirador que tiene la humanidad. Ni más ni menos está en juego el patrón económico del mundo en los próximos 20, 30 o 40 años. Por eso la negociación es complicada y va pausada y mesuradamente avanzando. Tengo muchísima confianza en que esto va a seguir adelante y es natural que a veces haya pasos de gigante y a veces pasos más lentos pero vamos en la dirección correcta.
P. ¿El de Copenhague fue un paso lento o un paso atrás?
R. Fue un paso muy grande para los países, pero un paso pequeño para el planeta. Los países se pusieron de acuerdo en pilares muy importantes que vamos a usar para construir el régimen de cambio climático, pero el nivel de ambición fue insuficiente para garantizar la supervivencia de las poblaciones más vulnerables.
P. ¿No va la negociación demasiado lenta y corre el riesgo de aburrir al mundo a base de dar vueltas sobre lo mismo?
R. No estamos dando vueltas sino avanzando. Es cierto que desde la perspectiva de la ciencia y, sobre todo, desde la perspectiva dolorosa de los habitantes de las pequeñas islas y de África, vamos demasiado despacio. La lentitud en la negociación contra el cambio climático es irresponsable. Pero esa velocidad es consecuencia de las realidades políticas y económicas del mundo.
P. ¿Esa realidad es incompatible con el recorte de emisiones?
R. Estamos muy lejos de un acuerdo con el suficiente nivel de ambición. El acuerdo de Copenhague fija que hay que limitar a dos grados el aumento de la temperatura. A la vez, los compromisos de reducción de emisiones que han puesto sobre la mesa los 70 países implicarían un aumento de temperatura de entre 3 y 3,9 grados, que es inaceptable y muy peligroso. E incluso esos dos grados no son suficientes para muchas pequeñas islas.
P. Además de la falta de ambición, en Copenhague se vio que el sistema de negociación, con posibilidad de veto por cualquiera de los 192 países y negociaciones a puerta cerrada, no funciona.
R. El procedimiento fue inaceptable y no puede volver a suceder. Necesitamos transparencia y que todos los países se sientan incluidos. Allí, 25 jefes de Estado llegaron a un acuerdo, pero nunca fueron consultados el resto de países. Venezuela y Bolivia no se sintieron representados. Es normal que al final de una negociación así se reúna un grupo de países, pero han de representar a todos.
P. China, India, Brasil y EE UU cerraron el pacto por su cuenta.
R. Las negociaciones entre los más poderosos son inevitables y no hay que sorprenderse. Lo que es inaceptable es que no consultaran el acuerdo al que llegaron. br/>
P. China no aceptará limitar sus emisiones.
R. Los países en desarrollo están firmes porque su primera obligación es luchar contra la pobreza. A su vez tienen el reto de elegir un desarrollo verde. No están en una situación fácil y su postura es muy entendible. Su preocupación es que un acuerdo limite su desarrollo económico y es lógica.
P. Entonces, la Cumbre de México, en noviembre, se presenta muy negra.
R. No. Soy muy optimista. Es una oportunidad dorada para que los países comprueben la credibilidad de las promesas hechas en Copenhague.
P. ¿Y conseguir un acuerdo?
R. No se trata de alcanzar este año un acuerdo, sino de recobrar la confianza y retomar el diseño del régimen de cambio climático para tener un pacto en 2011.
P. En 2012 acaba el primer periodo del Protocolo de Kioto y no habrá tiempo para crear un nuevo tratado. ¿Está ya todo decidido hacia planes voluntarios?
R. Aún no está sobre la mesa. Unos pedirán compromisos voluntarios y otros vinculantes. Es muy temprano.
P. Mientras la negociación se estanca crece el escepticismo sobre la influencia humana en el cambio climático.
R. Los efectos y las consecuencias nocivas no van a disminuir sino que aumentarán. Y esos efectos llamarán más la atención que la película de Al Gore.
Mal tiempo en la reunión de Bonn del 2-6/8/10
(Tomado de: portal Terra México)
Ciudad de México.- La tercera reunión intersesional de cambio climático de la Convención de las Naciones Unidas se llevó a cabo del 2 al 6 de agosto en Bonn, Alemania. Los resultados no fueron los que se esperaban, en miras de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP16) que se realizará en Cancún, México, a finales de este año.
Por una parte, todavía existen contradicciones en cuanto a las expectativas que los países tienen sobre lo que se puede concretar en Cancún. “Aún hay países que mantienen un enfoque de ‘todo o nada’ para conseguir un acuerdo vinculante en Cancún.
Esto significaría que cualquier otro resultado sería considerado un fracaso. Lo anterior afecta en gran medida la celeridad e importancia que ciertos países están poniendo en las negociaciones. El otro enfoque, es una visión más sólida y realista, es decir, llegar a acuerdos concretos en aspectos específicos.
Para nosotros, los temas clave en los que se debe llegar a estos acuerdos en Cancún son: la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Evitada (REDD+), Adaptación, Financiamiento y Gobernanza.
Lograr esto sentará las bases para construir un acuerdo vinculante que se finalice en la COP17, que se llevará a cabo en Sudáfrica el próximo año”, dijo Vanessa Pérez-Cirera, Directora de Cambio Climático de WWF-México.
Dentro de este paquete mínimo necesario, una gran preocupación para WWF es que temas incluidos en el texto de negociación han sido reabiertos. Tal es el caso de REDD+, donde nuevamente está en discusión si se debe incluir o excluir del texto la segunda letra ‘D’: el término “degradación”, o dejar sólo la Reducción de Emisiones por Deforestación, RED.
“Este aspecto estaba ya acordado previamente y la mayor parte del texto de REDD+ estaba casi listo para un acuerdo en Cancún, por lo que es verdaderamente frustrante que los gobiernos hayan accedido a reabrir la discusión” dijo Pérez-Cirera.
La complejidad del término y las dificultades de cómo medirlo son una de las razones por las cuáles se propone removerlo del texto de las negociaciones. Varios países, particularmente los países en vías de desarrollo, expresaron su preocupación acerca de reabrir la discusión sobre REDD+, ya que éste es uno de los temas clave en los que se espera recibir apoyo y recursos importantes de parte de los países desarrollados.
La deforestación y la degradación de los bosques liberan dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, uno de los principales gases responsables del cambio climático. Según cálculos oficiales, tanto la pérdida de los bosques como su degradación, son responsables de un 20% de las emisiones mundiales de CO2. En México las emisiones por deforestación y degradación son las segundas más altas (19% del total).
‘Cuando se habla de ‘degradación’ no es explícitamente una reducción del área forestal; también contempla la pérdida de calidad en los servicios ambientales del bosque, como pueden ser el mantenimiento de la biodiversidad y los suelos, entre otros.
Para WWF, es fundamental que tanto la D de degradación, como el más (+), que incluye la conservación del bosque, el incremento en la cobertura forestal y el manejo forestal sustentable, se mantengan en el texto de las negociaciones donde no sólo las actividades que detengan la deforestación sean consideradas, sino también las actividades que detengan la degradación y contribuyan a la conservación, manejo sostenible de los bosques y mejoramiento de las existencias de carbono forestal (REDD+).
Estas últimas, además de reducir emisiones, son capaces de generar significativos beneficios sociales y ambientales’ dijo Liliana Dávila, Coordinadora del Programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de WWF-México.
“Un acuerdo internacional sobre REDD+ debe concretarse antes de Cancún. La conservación de la biodiversidad y el incremento de la calidad de vida de millones de personas dependen de esto”, agregó Pérez-Cirera.
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