Energía, Cambio Climático y Durban 2011

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Teniendo como fondo la “estimulante” imagen de la próxima reunión mundial sobre cambio climático en Durban 2011 haremos en este post algunas reflexiones sobre el otoño del planeta, y el comienzo del invierno.

Hace poco se dio a conocer el hallazgo del antepasado más antiguo del hombre en Sudáfrica, y en ese mismo lugar, y más precisamente en Durban, puede firmarse a fin de este año el acuerdo de nuestra extinción.

“La edición de La edición de 2010 del World Energy Outlook (WEO) presenta las proyecciones actualizadas de la demanda de energía, así como de producción, comercio e inversiones, combustible por combustible y región por región hasta 2035. Incluye, por primera vez un nuevo escenario que prevé las acciones futuras que los gobiernos deben emprender para cumplir sus compromisos de combatir el cambio climático y la creciente inseguridad energética.

El WE0 2010 muestra:
• que actuaciones e inversiones adicionales son necesarias para alcanzar el objetivo del Acuerdo de Copenhague de limitar el aumento global de la temperatura a 2°C y como afectaran a los mercados del petróleo;
• como las economías emergentes -encabezadas por China e India- determinarán cada vez en mayor medida el panorama energético global;
• que papel pueden tener las energías renovables en un futuro en que se disponga de energía limpia y segura;
• que implicaciones tendría la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles para los mercados energéticos, el cambio climático y los presupuestos públicos;
• las tendencias en los mercados energéticos del Caspio y las consecuencias para la oferta global de energía;
• las proyecciones para el petróleo no convencional; y
• como dar acceso a los servicios de energía modernos a toda la población mundial.

Con datos exhaustivos, proyecciones y análisis, el WEO 2010 ofrece una perspectiva muy valiosa sobre cómo puede evolucionar el sistema energético en el siguiente cuarto de siglo. En definitiva, este libro constituye una lectura indispensable para todos aquellos involucrados en el sector de la energía.”

Esta edición puede prescindir de los resultados de Cancún, en la medida que poco contribuyeron a diluir la atmósfera de fracaso de Copenhague, pero considero que son de suma importancia para Durban 2011, en la medida que su diagnóstico a futuro se hace más grave.

Las fechas clave son 2012, 2020 y 2035. El próximo año nos quedamos sin Kyoto, y los acuerdos de reducción de emisiones de CO2 parecen haberse hecho añicos, de modo que no hay certidumbre sobre le compromiso de los gobiernos con las reducciones que nos lleven a la meta de no aumentar la temperatura media global por encima de los 2°C hacia el 2020, e iniciar un periodo de estabilización y recomposición de la matriz energética productiva a partir del 2035. Esto significa que de aquí al 2035 la tasa de crecimiento en el consumo energético debe ser de 0,7% anual, y no 1,4% como se prevé si no se incide sobre las tendencias actuales.

¿Pero, dónde están los problemas? Para la AEI los países desarrollados están haciendo el trabajo de reducir su producción de CO2 reduciendo el consumo de combustibles fósiles, desarrollando nuevas fuentes de energía de fuentes alternativas de baja contaminación, aumentando la eficiencia en el uso actual, y poniendo dinero para que la contribución de CO2 baje en el mundo. En consecuencia el problema está en los países en desarrollo, incluyendo en este paquete a Rusia, así como aquellos países que subsidian el uso de estos combustibles, como los de la OPEP y Asia Oriental; o los que usan carbón para producir energía como es el caso de China (que ya es el mayor consumidor mundial), o la India.

En términos de las fuentes alternativas las predicciones no son del todo optimistas, requieren por o general de un desarrollo tecnológico con costos elevados. Las estrategias para su desarrollo aparecen en todo caso en países con recursos, y no en aquellos que las necesitarían para desarrollarse sin hacer uso de fuentes convencionales. Así, los países de fuera de la OCDE representan el 93% del aumento de la demanda de energías primarias.

Una fuente de cambio puede ser el precio del petróleo que puede alcanzar los 113 dólares por barril en 2035 a precios de 2009, y una producción de casi 100 millones de barriles diarios. El tema es sin embargo establecer cuándo se llegará al pico del petróleo, es decir, cuándo la producción llegará a su punto máximo y comenzará a descender. Esto será el resultado de una confluencia de sucesos: los costos de producción que se elevan por razones tecnológicas, agotamiento de las reservas, fuentes alternativas competitivas, restricciones de política pública, efectos del cambio climático, etc.

Los límites tecnológicos comienzan a ser alcanzados, pero la terquedad humana puede llevarlos más allá del límite actual del pico del petróleo, o caso contrario a escenarios de guerras internacionales. El ejemplo para el primero de los escenarios es la experiencia de la BP en el Golfo de México, que es la más reciente, pero no la única, y que ha hecho que Brasil, México, Israel, entre otros sigan en esa línea. Pero a este nivel de inversión y precio para compensar la, las posibilidades de otras fuentes crecen. La más promisoria era la energía atómica, hasta antes del desastre de Fukiushima, ahora volvemos a la eólica, la hidráulica (a pesar de sus cuestionamientos ambientales), la solar, y los biocomustibles (a pesar de los problemas de seguridad alimentaria que puede acarrear). Y la que nos salva por ahora son las reservas de gas natural.

Sobre las reservas habría que decir que las hay si se mira bien, como parece indicar el informe de la EIA con su mirada a los combustibles fósiles no convencionales y se mencionan las reservas en Canadá y Venezuela (arenas bituminosas), a las que hay que agregar el carbón, el más abundante y contaminante de todos.

Otro factor del cambio de la matriz energética puede derivarse del cambio climático y la necesidad imperiosa de reducir las emisiones de CO2. En este escenario se trataría de medidas compulsivas y dramáticas que implican el uso de la fuerza si no se toman medidas preventivas.

En este contexto, Durban se hace más dramático.

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