AMBIENTE Y DESARROLLO

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Juan Musso
Especialista en temas ambientales. Publicado en PuntoEdu (22-10-2010)
La realidad es una sola, pero también y simultáneamente es múltiple. Este todo es un conjunto de multiplicidades interdependientes, interactivas y, por supuesto, “interinfluyentes” entre sí. Claro que ese todo es complejo, muy complejo, y, por lo tanto, imposible de desagregarlo en elementos simples para intentar un mejor entendimiento de ese todo y sus partes.
Si hacemos un esfuerzo para visualizar los principales retos de nuestro país, de tal modo que sus poblaciones posean un mínimo de equilibrio humano, veremos que les es imposible lograrlo en el ambiente en que actualmente están y se desenvuelven.

Superar la multiplicidad de disfunciones sistémicas que nos condiciona y limita es casi un imposible en estos momentos si solo apelamos a los mecanismos de autorregulación (el mercado). Necesitamos preocuparnos y proponernos remontarlo.

En este país nos embargan la pobreza y el subdesarrollo, la violencia y los conflictos, el cambio climático y su correspondiente vulnerabilidad geográfica, los severos tráficos ilegales (drogas, maderas, órganos etc.) y, finalmente, una terrible discapacidad para la gobernanza y una lamentable propensión a la corrupción.

En el devenir nacional, hemos construido un contexto y una manera de procesar que no va ni con la tradición ni con el bienestar común. Lo mencionado en el párrafo anterior dificulta el desenvolvimiento ambiental, ya que aparecen como maneras de resolver el absurdo de nuestra existencia. Por ello, consideramos estos problemas críticos para el país y obligan a una gestión multidisciplinar que actualmente no poseemos como marco conceptual, ni como especialización profesional, ni como manera de visualizar ese todo que somos y que definitivamente debemos cambiar, ni, finalmente, tampoco como manera de arbitrar el sinnúmero de conflictos que permanentemente se viven.

Trabajar todas estas cosas significa trabajar en el ambiente que nos rodea pero del cual también formamos parte. El desarrollo ambiental deviene en una necesidad, sea porque sus características naturales y sus fenómenos de cambio no nos facilitan un adecuado bienestar, sea porque sus marcos para el desenvolvimiento no equilibran las relaciones del poder ser, sea porque sus legalidades y la legitimidades son papel mojado.

Flores y mariposas son importantes y necesarias pero no suficientes, tampoco la diversidad lo es, si bien es cierto que sin ellas no podríamos vivir. La condición humana es todo eso y muchísimo más, es diversidad y multiplicidad, pero también es unidad y, como tal, un todo insoslayable.

El ambiente no es solo la ciencia del equilibrio dinámico de floras y faunas, lo es también de personas y sociedades. Por último, lo es de la realidad como un todo y su multiplicidad.

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