A partir del reconocimiento científico del problema del Cambio Climático en 1988, por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, una serie de políticas internacionales se crearon en serie, las cuales concluyeron en 1997 con la promulgación del Protocolo de Kyoto. Este fue ratificado progresivamente por los países miembros de Naciones Unidas hasta contar con vigencia ratificada en el año 2005. Dicho protocolo estableció las condiciones para la creación de un mercado mundial para transacción de emisiones, con el fin de reducir la concentración de gases de efecto de invernadero en la atmósfera de nuestro planeta, la cual ha aumentado como producto de las emisiones que generan las actividades productivas y económicas desarrolladas por la humanidad.

En tal sentido, el Protocolo de Kyoto establece metas de cumplimiento en reducción de emisiones para los países desarrollados, incluidos en el Anexo Uno del protocolo. Dichas metas deberán cumplirse en su primera fase en el año 2012. Para el cumplimiento de estas metas el Protocolo crea dos mecanismos a ser utilizados: el Mecanismo de Implementación Conjunta (IC) y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). El IC consiste en transacciones que pueden realizarse entre empresas de países desarrollados para que estas puedan cumplir con sus metas y el MDL en transacciones que pueden realizarse entre empresas en países desarrollados y países en desarrollo, con el fin que los primeros financien proyectos en países en desarrollo. Esto les permite cumplir con sus metas de reducción de emisiones y además generar desarrollo económico en países menos desarrollados.

El marco creado por el protocolo permitió desarrollar un mercado mundial de emisiones que se transan en forma de Dióxido de Carbono Equivalente; de allí el nombre Mercado Mundial del Carbono. Cada tonelada de carbono equivalente transada en el mercado corresponde a un crédito de carbono, el cual se crea a través de un proceso de desarrollo y verificación técnico, que concluye con el registro y creación internacionalmente reconocida de un crédito de carbono, el cual en sí mismo es un instrumento de valor negociable en el mercado de valores.

Fuente: http://www.ssnnonline.com/?module=displaystory&story_id=11000&format=html
Este mercado permite bajo un punto de vista económico corregir lo que el equipo creador del Informe Stern califica como la “falla de mercado más grande jamás vista” que nuestras actividades económicas generan en forma de emisiones. El Mercado del Carbono es joven y posee el crecimiento más grande de cualquier mercado en el mundo, habiendo crecido de 10 billones de dólares en 2005 a 64 billones de dólares en 2007. El tamaño proyectado del mercado en el año 2010 es de 400 billones de dólares.

Los principales compradores en el mercado en 2007 fueron empresas de países Europeos (87%) y Japón (11%). El 78% de las transacciones se han dado entre países Europeos, en el sistema de transacciones creado por la Unión Europea (EU-ETS). El 22% restante se ha divido en transacciones dentro de IC y MDL (USD 13.3 billones). Los principales vendedores de créditos de carbono dentro del IC y MDL han sido China (73%), India (6%), Brasil (6%) y África (6%); Latinoamérica (excluyendo a Brasil) como bloque tiene una participación en ventas del 5%.

El mercado del carbono crece dinámicamente, a través de varias ventanillas de compra y venta, lo cual ha provocado a su vez la creación de múltiples estándares y normativas para el desarrollo de proyectos y su verificación y registro. Es necesario por tanto contar o desarrollar el conocimiento local en Guatemala, alrededor de este mercado y el desarrollo de negocios relacionados. La demanda ha guiado el crecimiento sostenido en precios y volúmenes transados. Las nuevas tendencias marcadas por la catorce reunión de las partes del protocolo (COP 14), así como el compromiso recientemente expresado en la última reunión del Grupo de los 8, confirman que la tendencia de este mercado es a crecer fuertemente guiado por una demanda creciente que no podrá reducirse en el mediano plazo dada la necesidad de resolver el problema del calentamiento global y sus repercusiones en el Cambio Climático.

Guatemala posee múltiples oportunidades en el sector energético, eficiencia energética, combustibles, manejo de desechos, forestal, industrial y agroindustrial para participar en este mercado y capitalizar los beneficios que el mismo puede crear para el desarrollo de innovadores y rentables negocios para el país y sus empresas, a la vez que se contribuye a mitigar el calentamiento global y todos los desastres sociales, económicos y ambientales que se prevén creará el cambio climático causado. Queda del lado del sector privado el tomar la decisión en participar dentro de este pujante mercado y capitalizar importantes beneficios económicos del mismo para beneficio de nuestra economía y del planeta.

Por: Luis Alejandro Mejía Caniz
Gerente de Desarrollo, Región Latinoamérica
Rainforest Alliance