NACIONES UNIDAS (AP) – El primer orador que tomó la palabra el martes representaba a un país de Oceanía, cuyos habitantes tienen miedo de hundirse.
La petición de ayuda por parte de Tuvalu para enfrentar el recalentamiento global dio inicio al segundo y último día de conversaciones sobre el cambio climático por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el martes.
Fuente: www.univision.com (12 de Febrero de 2008, 08:07pm ET)
Al igual que el representante de Tuvalu, cuya nación de 10.000 habitantes vive en nueve atolones coralinos de poca altura sobre el nivel del mar, un orador tras otro pidió que las naciones ricas, las más responsables por el recalentamiento del planeta, destinen decenas de miles de millones de dólares al año para ayudar a que los países más pequeños se adapten al cambio climático.
“La adaptación es sin duda un tema crucial para una pequeña nación insular, extremadamente vulnerable, como Tuvalu”, dijo Tavau Teii, viceprimer ministro y jefe de la oficina del medio ambiente en el país. “Sólo necesito resaltar el hecho de que nuestro punto más alto se encuentra a cuatro metros sobre el nivel del mar, para enfatizar en lo vulnerables que somos al impacto del cambio climático… Es claro que los recursos financieros para la adaptación resultan totalmente inadecuados”.
Estados Unidos y China, los dos mayores productores de dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor en la atmósfera, aseguraron que sus gobiernos toman también en serio el recalentamiento global y aportarán la ayuda que puedan.
No menos de 117 oradores de diferentes países y regiones subieron al estrado. El lento transcurrir de la sesión contrastaba con las expresiones sobre la necesidad urgente de tomar medidas, y con el temor de que el recalentamiento global represente un desafío nunca antes visto para el mundo y para la ONU.
“El cambio climático tiene el potencial de cambiarle la faz a nuestro planeta”, dijo Janez Prodobnik, ministro del medio ambiente de Eslovenia, en representación de la Unión Europea. Agregó que la UE tiene el recalentamiento global “como una prioridad en su agenda política”.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señaló en noviembre que las naciones más industrializadas debían proporcionar 86.000 millones de dólares anuales, para el 2015, a fin de ayudar a que los países más vulnerables se adapten para enfrentar más inundaciones, sequías y otros desastres relacionados con el clima.