El camino sinodal alemán: Sobre el futuro de la Iglesia

2:00 p.m. | 27 mar 20 (LC/NCR).- Un total de 230 delegados (entre líderes laicos y eclesiales) se reunieron en febrero y están haciendo lo posible por crear “una buena base para la discusión”, un clima de trabajo proactivo para impulsar un proceso que durará dos años y que reflexionará sobre cuestiones controversiales para la Iglesia, de alta trascendencia para el futuro.

La Iglesia alemana ha iniciado la reflexión para una renovación, pero teniendo claro que “el Evangelio y la doctrina dogmática de la Iglesia son normas inmutables. “No habrá un cisma, sino que emergerá una Iglesia reformada”, aseguró el arzobispo Ludwig Schick, que junto a otros participantes han declarado a diversos medios sobre los primeros debates de este proceso sinodal local.

——————————————————————————————–

El arzobispo de Bamberg (Alemania), Ludwig Schick, ha asegurado que los participantes del llamado camino sinodal emprendido por la Iglesia católica de ese país y que durará dos años para reflexionar sobre el sacerdocio, el clericalismo, la moral sexual o la mujer, no son “revolucionarios” y que su único objetivo es “buscar un camino para la Iglesia del futuro”.

“No tengo la impresión de que los miembros de la Asamblea seamos revolucionarios. Buscamos un camino para la Iglesia del futuro. Todos queremos mejorar la Iglesia para enfrentar este desafío. Esta impresión y convicción me da la confianza de que al final no habrá un cisma, sino que emergerá una segunda iglesia reformada según la voluntad de Jesucristo”, ha asegurado en una entrevista con Europa Press.

Son 230 delegados, entre ellos los 69 miembros de la Conferencia Episcopal de Alemania, que completaron en febrero el primer tramo del camino sinodal que les llevará a discutir sobre la distribución del poder en la Iglesia, el papel de la mujer o la sexualidad.

El impulso original para el diálogo fue la preocupación por un escándalo masivo de abuso sexual documentado en un informe de 2018, que fue atacado inmediatamente por conservadores como el obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, que acusó al estudio de ser poco científico y poco profesional.

“Voderholzer criticó la exactitud del estudio sobre el abuso sexual y en un intento de bloquear la iniciativa sinodal”, dijo Philipp Gessler, escritor en tema de religión y antiguo editor de religión de Deutschlandfunk, la radio pública alemana.

Matthias Drobrinski, periodista y experto en temas eclesiales, informó sobre la gravedad del problema de los abusos sexuales en el Süddeutsche Zeitung, uno de los principales periódicos de Alemania. Su historia incluía el relato de un joven transexual que habló en Frankfurt ante la audiencia de 230 personas y contó el abuso sexual que había sufrido por parte de un sacerdote. Hubo un breve silencio después de que el joven habló. Luego la audiencia se levantó y le dio una ovación de pie.

Según Drobrinski, rara vez un foro de la iglesia alemana ha fomentado un diálogo tan abierto. Describe algunos de los muchos llamados a la reforma expresados durante la reunión. El profesor de teología Eberhard Tiefensee llamó a la crisis de vida de muchos sacerdotes “una herida enconada”.

Ecos de las conversaciones

El obispo de Osnabrück, Franz-Josef Bode, argumentó que los sacerdotes deberían poder decidir si llevar una vida célibe o no. El obispo Georg Bätzing -nuevo presidente de la conferencia episcopal- favoreció un cambio en la educación sexual católica. El arzobispo Stefan Hesse de Hamburgo dijo que la iglesia debe dar más respuestas sobre la homosexualidad y tratar a los homosexuales con respeto.

Por su parte, Stefan Ackermann, portavoz de los obispos alemanes en cuestiones de abuso sexual, dijo a la asamblea que el manejo del problema por parte de la iglesia ha mejorado constantemente y se ha vuelto más eficiente, y que se han hecho más progresos desde la publicación del estudio sobre el abuso en 2018. Desde principios de 2020, las directrices para tratar y prevenir el abuso tienen el estatus de una ley de la iglesia en todas las diócesis alemanas.

Las observaciones posteriores de los delegados mostraron que aún quedan preguntas y nuevas cuestiones por resolver. Entre ellas se encuentran el abuso espiritual y sexual de mujeres miembros de órdenes religiosas; la línea entre ambos es borrosa, dijo la hermana benedictina Philippa Rath.

En los debates sobre el celibato, la moralidad sexual de la iglesia y el reparto de poder, se hizo evidente que una gran mayoría de los participantes creía que el cambio era necesario.

La iglesia enseña que los homosexuales “deben ser aceptados con respeto, compasión y sensibilidad” y que “debe evitarse cualquier signo de discriminación injusta en su relación”. Pero el catecismo también describe la inclinación homosexual como “objetivamente desordenada” y los actos homosexuales como “intrínsecamente desordenados”, porque la sexualidad es “una parte integral del amor por el cual un hombre y una mujer se comprometen totalmente el uno con el otro hasta la muerte”.

Pero el arzobispo Stefan Hesse de Hamburgo se distanció de la doctrina de la iglesia sobre la homosexualidad. Dijo que se percibía un desprecio desde la Iglesia por los homosexuales y no se hacía justicia a las parejas del mismo sexo que se adherían a valores como la fidelidad, el respeto y la responsabilidad en sus relaciones.

Sobre el ambiente que se vivía en las reuniones, Franz Jung, obispo de Wurzburgo, dijo que había sentido un espíritu constructivo en las conversaciones. No tenían como objetivo deshacerse de la doctrina católica, sino encontrar maneras de permitirle progresar y crecer, dijo.

El obispo Karl-Heinz Wiesemann de Speyer exigió un cambio cultural en el manejo del poder en la iglesia. “Necesitamos una mayor transparencia y responsabilidad en el ejercicio del poder; necesitamos un control estructuralmente seguro y la participación de todo el pueblo de Dios”, comentó. Dijo que le había impresionado la atmósfera abierta de la reunión de tres días y se mostró optimista “de que podamos alcanzar resultados muy sensatos en los dos años”.

We Are Church, un grupo que aboga por el cambio en la iglesia, describió la reunión como un “comienzo esperanzador que, sin embargo, también dio un indicio de los obstáculos que enfrenta este nuevo tipo de proceso de reforma”. Las cuestiones de la reforma estaban ahora claramente expuestas, dijo.

La próxima asamblea sinodal tendrá lugar en Frankfurt del 3 al 5 de septiembre, y la primera asamblea acordó el reglamento y la composición de cuatro grupos de trabajo. Los grupos, formados por 35 miembros cada uno, procederán con las discusiones en los cuatro foros del debate.

Los observadores internacionales dijeron que el camino sinodal tendría un impacto en la iglesia fuera de Alemania también. Unos 145 periodistas fueron acreditados para la asamblea sinodal, lo que refleja el intenso interés de los medios de comunicación en el proceso.

La oposición al camino sinodal

Los líderes conservadores, por otro lado, advirtieron contra la búsqueda de cambio propuesta por la iniciativa. Liderados por Voderholzer y el Cardenal Rainer Maria Woelki de Colonia, argumentaron que el escándalo de abusos sexuales no debería conducir al fin del celibato y la ordenación de mujeres sacerdotes.

“Todos mis temores se confirmaron”, opinó Woelki quien luego desaprobó los planteamientos de la iniciativa sinodal y la comparó con un “parlamento protestante”, en donde los delegados que eran escépticos del proceso de reforma habían encontrado “muy difícil sostener argumentos”. El Cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising, reprendió a Woelki por usar el término “protestante” de forma antiecuménica. Marx es el expresidente de la conferencia episcopal.

Luego, el cardenal Walter Brandmüller llamó herejes a los que abogan por las mujeres sacerdotisas, diciendo que deberían ser excomulgados.

Según Gessler, los obispos conservadores fueron superados por diferencias abrumadoras en las votaciones, cuando trataron de cambiar las reglas que rigen las conversaciones. “Les mostró el poco poder que tienen cuando se enfrentan a los representantes de todos los católicos, no sólo los que piensan como ellos”, dijo.

Los participantes en las reuniones del camino sinodal mostraron conciencia de que estas reuniones pueden ser la última oportunidad que tiene la iglesia alemana para recuperar su credibilidad, dijo Gessler, señalando que décadas de abuso sexual de niños ha destrozado su imagen. El pronóstico para continuar el diálogo es bueno. Bode describió el camino sinodal como un gran taller futuro de la iglesia en el que las conversaciones pueden tener lugar a través de generaciones.

Emergerá una Iglesia reformada

Ludwig Schick ha incidido en que el contexto en el que nace este camino sinodal es “una crisis de la Iglesia ‘ad intra et ad extra’ (hacia dentro y hacia fuera)”. “Los obispos y laicos alemanes hemos decidido emprender un camino sinodal para tratar de salir de esta crisis. Lo que queremos es renovar y mejorar la Iglesia para sus cumplir con sus tareas de vivir la fe, esperanza, caridad y trabajar para la gloria de Dios y la salvación de los hombres”, ha resaltado.

En cuanto a las conclusiones de ese primer tramo, ha señalado que en la primera asamblea se han discutido sobre todo de cuestiones de forma y procedimiento y han votado sobre cuáles iban a ser los cuatro foros de discusión. Así, ha aclarado que las sesiones de trabajo en sí mismas “todavía no han comenzado”.

También ha comentado que la atmósfera en las primeras sesiones ha sido a la par “cordial y seria”, “de grande estima recíproca”. De este modo, ha constatado que se ha creado “una buena base para la discusión y avanzar de los trabajos”. No obstante, ha advertido de que “el gran riesgo es que existan divisiones y frustraciones”.

Preguntado sobre la determinación de la Iglesia alemana de discutir sobre temas o argumentos que pueden afectar a la Iglesia universal, el arzobispo de Bamberg ha precisado que en el estatuto del camino sinodal está “prefijado” que los miembros de la Asamblea “pueden tomar decisiones, si bien se especifica que estas decisiones son solo votos o propuestas que en su caso serán enviadas a los obispos diocesanos si estos tienen la competencia de decidir sobre un tema en la propia diócesis”.

“Obviamente si se trata de votos sobre argumentos que se refieren al gobierno de la Iglesia Universal, entonces será el Papa quien decida”, ha manifestado. Además, ha valorado que desde fuera se han hecho “críticas verdaderas” y “constructivas”, pero también “críticas que no son aceptables”. “Hemos iniciado las discusiones sobre los diferentes y también contrastantes argumentos con varias posiciones. Pero los miembros del Camino sinodal tenemos la buena voluntad de buscar una vía común. El Evangelio y la doctrina dogmática de la Iglesia son normas inmutables. Esto está claro”, ha añadido.

Al comenzar el camino sinodal de la Iglesia alemana, el presidente del comité central de los católicos alemanes, Thomas Sternberg, afirmó que hay materias sobre las cuales el Papa no puede decidir por sí mismo y que podrían ser afrontadas en un Concilio. A este respecto, Schick ha especificado que, según el ordenamiento jurídico del Derecho Canónico, el Papa puede decidir sobre “cualquier cosa” sin necesidad de instituir un “concilio”.

Sin embargo, ha subrayado que “normalmente” cuando hay argumentos que implican a toda la Iglesia Universal la figura del Pontífice históricamente “ha convocado un concilio”. Sobre este tema, también ha añadido que hoy por hoy “es difícil imaginar un nuevo Concilio como el que tuvo lugar en el Vaticano I y Vaticano II” en los que solo fueron convocados “los obispos como miembros”. En todo caso, cree que pensar en un concilio que incluya “la participación extendida a los laicos es todavía más difícil”. “Espero que se encuentre una solución”, ha deseado.

Más sobre el camino sinodal alemán

La Asamblea General de la Conferencia Episcopal Alemana aprobó el pasado mes de septiembre continuar con el “camino sinodal”, en la que los prelados tratarán durante dos años, junto a organizaciones católicas laicas temas considerados controversiales y de manera abierta y inclusiva.

El “camino sinodal”, al que el Vaticano ha puesto reparos al entender que las reglas propuestas para el mismo no son eclesiológicamente válidas y objetar de la participación de los laicos católicos alemanes, surge como respuesta al informe publicado hace un año por la Iglesia Católica Alemana, que contabilizó 3.677 casos de abusos sexuales a niños y jóvenes por parte de 1.670 clérigos entre 1946 y 2014.

El cardenal Marx explicó a la prensa que “no habrá un camino especial alemán separado de Roma en asuntos de relevancia para la Iglesia mundial. “Pero estamos preparados para proporcionar contribuciones a la discusión de la iglesia universal”, dijo al tiempo que definió el proceso como un “camino común” de la Iglesia alemana.

Las conversaciones sinodales se reanudarán en septiembre y concluirán a finales de 2021.

Obispo alemán impresionado por el debate abierto en el Camino Sinodal

Mons. Stephan Burger, arzobispo de Friburgo de Brisgovia (la tercera diócesis católica más grande de Alemania), que cumplirá 58 años a finales de abril, ha sido un firme partidario del camino sinodal de la Iglesia alemana para la reforma eclesial desde el principio. Y después de su primera asamblea plenaria, que se celebró en febrero en la ciudad de Frankfurt, comentó que quedó profundamente impresionado por el debate abierto que caracterizó los tres días de reunión.

Encontrar el mejor camino a seguir

“Hubo una dura y, a veces, feroz lucha para llegar a un entendimiento común y buscar una manera de hacer la Iglesia viable para el futuro, lo cual no fue nada fácil”, dijo Burger a katholisch.de, el portal oficial de la conferencia episcopal alemana.

El arzobispo dijo que rápidamente se hizo evidente que las opiniones diferían enormemente. Por ejemplo, había una acalorada controversia sobre los grandes temas, como la admisión de mujeres en las oficinas de la Iglesia. Estos fueron abordados desde diferentes puntos de vista teológicos.

“Pero luchar para encontrar el mejor camino a seguir es parte del procedimiento sinodal”, insistió Burger. Recordó que la asamblea sinodal no tenía autoridad para decidir sobre ciertos temas, como la ordenación de diaconisas. Incluso si tal punto fuera aprobado, dijo, le correspondería al Papa (que ya ha creado una comisión para estudiar la cuestión) tomar la decisión final.

No hay Iglesia sin mujeres

En casi todos los 24 años de sacerdocio que precedieron a su nombramiento como obispo, Burger siempre estuvo involucrado en el ministerio parroquial a tiempo completo o parcial. Dijo que esto le dio una experiencia de primera mano de la contribución esencial que las mujeres hacen a las comunidades de la Iglesia.

“Está bastante claro que no puede haber Iglesia sin mujeres”, enfatizó. El arzobispo dijo que una de sus mayores preocupaciones es abogar por que las mujeres tengan más puestos de trabajo en puestos de liderazgo. “Darle a las mujeres mayores responsabilidades donde ya es posible es algo obvio para mí”, dijo.

Restaurar la credibilidad de la Iglesia

Burger fue uno de los primeros obispos en admitir que la Iglesia alemana estaba pasando por una crisis de credibilidad causada por el informe de abuso clerical de la conferencia de obispos de 2018. El informe condujo a un éxodo masivo de católicos, quienes también se quejaron de un atraso en la reforma de la Iglesia. Burger inmediatamente apeló al diálogo cuando se habló de la necesidad de un procedimiento sinodal hace dos años.

“El diálogo con voces diferentes, críticas e incluso conflictivas en la Iglesia es absolutamente esencial para una Iglesia que está viva y tiene un futuro sostenible, una Iglesia en la que el mensaje del Evangelio es claramente visible y puede ser experimentado”, dijo en ese momento. El arzobispo dijo que el procedimiento sinodal sería el foro ideal para ese diálogo. Pero insistió en que debe ser en consenso con la Iglesia universal y no un “Sonderweg” alemán (un camino separado).

Información relacionada:
Antecedentes en Buena Voz:
Fuentes:

La Croix / National Catholic Reporter / The Tablet / Europa Press / Fotos: Der Synodale Weg (web oficial)

 

Puntuación: 5 / Votos: 2

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *