El Papa llegó a Tailandia: ¿Cuáles son las expectativas de la visita?
8:00 p.m. | 19 nov 19 (AM/VAT).- Con el budismo presente en más del 90% de la población, el Papa llega a Tailandia con un mensaje que apunta a impulsar la misión de evangelización y, al mismo tiempo, a fortalecer el diálogo interreligioso. Aún con la notable mayoría budista, y una diversidad de minorías religiosas, se sostiene un clima estable y de respeto entre confesiones.
Francisco, segundo pontífice en visitar Tailandia, será acogido por una comunidad católica que representa apenas el 0,6% de la población tailandesa: 380.000 fieles y una Iglesia estructurada en 12 diócesis y 436 parroquias. Después de tres días en Bangkok, viajará a Japón. Reunimos entrevistas y comentarios que nos dan un mejor panorama sobre el llamado país de las sonrisas.
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Francisco llega a “la tierra del diálogo interreligioso” cuando visite Tailandia del 20 al 23 de noviembre como “un peregrino de paz, para fomentar la construcción de puentes de entendimiento”, dijo a América en una entrevista exclusiva Mons. Andrew Vissanu Thanya-anan, coordinador general de la visita papal y secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal de Tailandia.
“Su visita significa mucho para los tailandeses que, en general, tienen un corazón hospitalario y tolerante”, dijo, “porque confirma al mundo que disfrutamos de plena libertad religiosa en esta tierra donde el 95 por ciento de la población es budista”. Recordó que los cristianos han gozado de esta libertad “desde que se sembró la primera semilla del Evangelio en la época de Ayutthaya, cuando los portugueses llegaron aquí por primera vez en 1511 y posteriormente el rey de Portugal envió sacerdotes aquí en 1567”.
Monseñor Thanya-anan, de 60 años, ex diplomático de la Santa Sede que ha servido en Sudán, Marruecos, Grecia, India, Japón, Irlanda e Indonesia, destacó el hecho de que la visita del Papa coincide con tres acontecimientos significativos en la historia de la Iglesia aquí: la celebración del 350º aniversario de la fundación del “Vicariato Apostólico de Siam” (1669-2019), que fue la primera jurisdicción eclesiástica del país; el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Reino de Tailandia; y el centenario de la carta apostólica de Benedicto XV “Maximum Illud” (Nov. 30, 2019). Esa carta redefinió los principios y el papel de la obra misionera católica en todo el mundo, se alejó del pensamiento eurocéntrico y colonialista, abogó por el desarrollo de los recursos de las iglesias locales y de un clero indígena, y tuvo un impacto en Asia y en otras partes del mundo misionero.
“Los tailandeses aman al papa Francisco porque lo ven a menudo en la televisión, preocupado por las personas de todos los niveles de la sociedad y, en particular, por los pobres, los niños, las mujeres y las personas discapacitadas. Los budistas lo consideran un gran líder religioso”, dijo monseñor. Además, “la gente recuerda al papa Juan Pablo II porque fue el primero en visitar esta tierra hace 35 años, y es todavía un recuerdo fresco”.
Preguntado sobre los problemas actuales que aquejan al país, monseñor Thanya-anan dijo que la situación política, económica y social en Tailandia es generalmente “satisfactoria”, pero que tiene “problemas relacionados con la globalización, al igual que otros países, especialmente en lo que se refiere a los jóvenes y la educación”. Subrayó que “la cultura tailandesa es rica, y los jóvenes deben ser conscientes de ello”. También explicó el hecho de que “Tailandia” significa “libertad”, y que “esta tierra, según su posición geográfica, es una verdadera ‘tierra dorada’ a la que la gente puede acceder fácilmente”.
Sin embargo, señaló que “el peligro es que algunos se aprovechen de esta realidad para utilizar esta tierra como centro de muchas cosas, incluyendo el tráfico de seres humanos”. Comentó que, felizmente, “el gobierno está trabajando duro contra el tráfico de seres humanos y contra el uso de esta tierra como centro de tal criminalidad”.
Hablando de la comunidad católica en Tailandia, monseñor Thanya-anan, que nació a 30 millas al oeste de Bangkok, en la ciudad más antigua del país, Nakhon Pathom, dijo que aunque se trata de “un pequeño rebaño” de unos 389.000 fieles atendidos por 835 sacerdotes (incluidos 312 de órdenes religiosas), 1,461 religiosas profesas y 1.901 catequistas, “los católicos todavía asisten a misa los domingos”, y “compartimos nuestros sacerdotes y religiosos con las zonas rurales y los países vecinos, a través de nuestra Sociedad Misionera Tailandesa, dirigida por la Conferencia Episcopal”.”
Nuestros mayores desafíos, dijo monseñor, son que “necesitamos catequizar mejor a las nuevas generaciones, para ayudarlas a entender el mensaje del Evangelio” y “necesitamos encontrar un lenguaje adecuado para comunicarnos bien con los jóvenes”. Subrayó la importancia de asegurar que los católicos estén bien educados en la fe porque “más del 95% de los matrimonios de los católicos son con personas de una religión diferente”, y si no están bien educados en la fe, entonces existe el riesgo de sincretismo y relativismo, y también el riesgo de que la fe cristiana no se transmita a los niños.
Al mismo tiempo, “Tailandia es una tierra de diálogo interreligioso que podría ser un modelo para otros países”, dijo monseñor Thanya-anan, quien sabe mucho de las relaciones con otras religiones, especialmente entre cristianismo y budismo, por su trabajo en el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cargo para el que Benedicto XVI lo nombró en 2008.
Para entablar un diálogo interreligioso, dijo, “hay que conocer bien el contexto cultural y el trasfondo de la historia de la iglesia en cada país”. Recordó que “Asia es el centro de las principales religiones tradicionales del mundo”, y, “cada país tiene su propia historia, cultura, situación social y política”.
Parolin: el Papa en Tailandia y Japón con el Evangelio de la vida y de la paz
En una entrevista con L’Osservatore Romano y Vatican News, el Cardenal Parolin ilustra el viaje del Papa Francisco a Tailandia y Japón: los temas centrales de esta nueva visita apostólica serán la proclamación del Evangelio y el diálogo interreligioso, la atención a la persona y el cuidado de la casa común, la paz y el desarme.
-Su Eminencia, mucho ha cambiado en los últimos años, ¿qué países encontrará hoy Francisco?
Pienso que los cambios son sobre todo los relacionados con la globalización, que se ha acentuado en todo el planeta en sus aspectos positivos, pero también en sus aspectos menos positivos, por no decir negativos. Hoy en día, las distancias han sido prácticamente eliminadas y el progreso de los medios de comunicación significa que cada uno de nosotros puede ser un espectador contemporáneo y protagonista de lo que está sucediendo en los países más lejanos.
Pero en este contexto me parece importante que el Papa quiera ir en persona. Con este, son 32 los viajes que el Papa ha realizado en diversas partes del mundo, en distintos continentes, para conocer personalmente las realidades de estos países en los diversos aspectos que los caracterizan y para encontrarse en persona con las comunidades cristianas que viven allí para alentarlos, animarlos en la fe y en su testimonio cristiano.
En el centro de la atención de la Iglesia y del Papa permanece siempre la persona humana, en cada latitud, en cada situación, en cada país, en cada continente. Es la persona humana la que necesita encontrar respuestas válidas para su vida, que necesita encontrar un sentido pleno de su vida y, por tanto, la conciencia de que el Evangelio debe ser proclamado y que con el Evangelio debe ser proclamada la vida plena para cada hombre, para cada pueblo, para cada nación.
-“Discípulos de Cristo, discípulos misioneros” es el lema de la primera etapa en Tailandia. ¿Qué aporta el Papa a este país?
Creo que el Papa irá con especial interés a Tailandia porque el primer anuncio del Evangelio fue llevado por los misioneros jesuitas a mediados del siglo XVI y por eso se pone un poco en la estela de estos grandes misioneros, de estos grandes evangelizadores que anunciaron el Evangelio y sembraron la fe en esa tierra. Luego llegaron los franciscanos, los dominicos. Es una Iglesia que ha sufrido mucho y que ha necesitado varias refundaciones.
Hoy en día es una comunidad próspera: unos 400.000 católicos en Tailandia están divididos en 11 distritos eclesiásticos. Pero parece importante que el Papa enfatice que el tema del viaje a Tailandia es precisamente el de ser discípulos misioneros. No hay necesidad de explicar este binomio que Francisco tuvo la oportunidad de profundizar en tantas ocasiones, a partir de su participación en la Conferencia de Aparecida y luego con la Evangelii Gaudium. Sin embargo, quisiera vincular este tema -el tema del discípulo misionero- a los acontecimientos más recientes, a saber, el Mes Misionero Extraordinario que acabamos de vivir y el Sínodo Especial para la Amazonía, donde se han buscado nuevos caminos de evangelización también para la Amazonía, para esos pueblos.
Un recordatorio que también está en el último libro-entrevista que el Papa ha dado, “Sin Él no podemos hacer nada”, que se trata precisamente de la misión y en el que se reafirman constantemente estos conceptos: que el protagonista de la misión es el Espíritu Santo, que la misión no es proselitismo, sino que la misión se cumple desde una plenitud que se traduce en atracción y testimonio. Creo que este viaje a Tailandia, precisamente también en este contexto -llamémoslo de una exigua minoría de la presencia católica-, quiere ser precisamente un nuevo subrayado de esta dimensión de la misión de evangelización, que debe ser constitutiva, que es constitutiva y debe llegar a serlo cada vez más, en la conciencia de cada bautizado, de toda la Iglesia.
-¿Cuáles son las expectativas del Papa para este viaje a Tailandia y Japón, qué cosa le ha confiado?
El Papa espera sobre todo, según la imagen que tiene del pastor, estar cerca de las personas que le han sido confiadas y con las que debe compartir un poco todos los aspectos de la vida: las alegrías, las expectativas, las esperanzas pero también las tristezas, los sufrimientos, las contradicciones. Creo que el Papa va con esta expectativa, de ser un pastor que acompaña, a veces él dice “precede o sigue”, pero que sin embargo acompaña a su rebaño, y que a través de estos encuentros con las Iglesias particulares lanza mensajes que son válidos para todo el mundo y para toda la Iglesia.
El mensaje de la misión como elemento constitutivo de la experiencia cristiana, el tema de la Creación, que está muy cerca de su corazón -pensemos en la Laudato si’ – el tema de la paz, especialmente en un mundo tan dividido y tan fragmentado y tan conflictivo.
Más sobre Tailandia y un avance de las actividades programadas
Será la primera visita de Francisco a Tailandia, un país de 69 millones de habitantes. Poco menos del 50% de la población tailandesa vive en zonas rurales y el 30% tiene menos de 25 años. La comunidad católica de la nación incluye 389.000 fieles, atendidos por 835 sacerdotes, 1.461 religiosas y 1.901 catequistas. El lema de la visita -“discípulos de Cristo, discípulos misioneros”- transmite que la evangelización está en el corazón de su propósito al venir a Tailandia.
La presencia católica se remonta a 1567, cuando los dominicos se convirtieron en los primeros misioneros en llegar, pero fueron asesinados dos años después. Después llegaron misioneros franciscanos, y luego los jesuitas en 1606, que abrieron escuelas e iglesias. Los sacerdotes de la Misión Extranjera de París llegaron en 1662 y siete años más tarde establecieron el Vicariato Apostólico, cuyo aniversario celebrará el Papa.
En lo que respecta a la misión diplomática de su visita, llegará hasta la casa de gobierno donde será recibido y se reunirá con el primer ministro, el general Prayut Chan-o-cha. Luego ofrecerá un mensaje a las autoridades del reino y al cuerpo diplomático. Francisco hablará en español durante su visita, y su prima, la hermana salesiana Ana Rosa Sivori, que ha sido misionera aquí durante 50 años, traducirá para él al tailandés.
Luego, en reconocimiento del hecho de que más del 90% de los tailandeses son budistas, el Papa conducirá hasta el templo de Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram, de 150 años de antigüedad, para encontrarse con el patriarca supremo de los budistas. También ofrecerá la charla principal en la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok en un encuentro con los líderes de las otras iglesias cristianas y de las otras religiones de la nación.
ENLACE: Viaje del Papa a Tailandia y Japón (19-26 noviembre 2019) – Actividades
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Fuentes:
America Magazine / Vatican News / AsiaNews