Católicos orientales podrán ordenar hombres casados fuera de sus territorios tradicionales
7.00 p m| 20 nov 14 (NCR/BV).- Francisco aprobó el levantamiento de la prohibición de ordenar sacerdotes a hombres casados en las Iglesias orientales católicas, fuera de sus territorios tradicionales incluyendo los Estados Unidos, Canadá y Australia. El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, firmó el decreto el 14 de junio. Hace poco fue publicado en línea en la edición correspondiente del Acta Apostolicae Sedis, publicación oficial a través del cual se publican las leyes y las decisiones del Vaticano.
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El nuevo decreto indica que el Papa concede a los obispos orientales católicos fuera de su territorio tradicional, las facultades para “permitir el servicio pastoral de los clérigos orientales casados” y “ordenar candidatos casados” en sus eparquías o diócesis, aunque deben informar al obispo de rito latino local por escrito “con el fin de obtener su opinión y cualquier información pertinente”.
“Estamos muy contentos con el levantamiento de la prohibición” declaró el obispo melquita Nicolás Samra de Newton, Massachusetts al Catholic News Service.
El decreto del Vaticano explicó que en respuesta a las “protestas” de los obispos de rito latino en los Estados Unidos, en 1890 la Congregación para la Evangelización de los Pueblos prohibió vivir en los Estados Unidos a los sacerdotes Rutenos casados. Y en 1929-1930, la Congregación para las Iglesias Orientales extendió la prohibición a todos los sacerdotes de rito oriental en toda América del Norte, América del Sur y Australia.
La prohibición de 1929, conocida como Cum data fuerit, tuvo repercusiones significativas para las iglesias orientales católicas en los Estados Unidos. El nuevo decreto de Sandri señaló que poco después de que la ley fue promulgada, “se estima que 200.000 fieles rutenos se convirtieron en ortodoxos”.
El obispo ruteno John Kudrick de Parma, Ohio, dijo el 16 de noviembre que ve el fin al celibato impuesto a los sacerdotes orientales en la diáspora como un reconocimiento a las iglesias orientales por “mantener su integridad” y “el derecho de las distintas iglesias a igual responsabilidad de evangelizar en todo el mundo”.
“El mundo necesita la Iglesia en su plenitud”, dijo, y agregó que cree que el “cambio de política es resultado de la extensa experiencia de los sacerdotes casados en el mundo occidental, especialmente los ortodoxos, pero también de católicos del Este”. Kudrick dijo que las iglesias orientales en la diáspora tienen la responsabilidad de atender a los nuevos inmigrantes, que están acostumbrados a los sacerdotes casados. “Debido a la doble responsabilidad de mantener la continuidad con nuestro pasado y para llegar a la sociedad a la que estamos llamados, es necesario un cierto grado de libertad”, dijo.
El P. Alexander Laschuk, un abogado canónico, dijo que el nuevo decreto también “regulariza una situación”, cuando algunos hombres casados de iglesias orientales estaban siendo ordenados a pesar de la prohibición de 1929. Laschuk es un sacerdote casado de la Iglesia católica de Ucrania y profesor universitario, que también trabaja para el tribunal regional de la arquidiócesis de Toronto.
En las décadas de 1970 y 1980, en un intento de eludir la restricción del Vaticano, algunos hombres casados de las iglesias católicas orientales fueron ordenados clandestinamente fuera de América del Norte. Muchos de ellos recibieron avisos de suspensión de la Santa Sede.
Laschuk dijo que por ende las ordenaciones no representaban una situación “normal” en la Iglesia. “Era algo que estaba pasando y ni siquiera diría que era una situación tolerada. Estaba pasando por lo bajo. La Santa Sede y los obispos latinos estaban siendo informados después del hecho porque creo que se entiende que si se enteraban antes, los permisos nunca habrían llegado”. El modus operandi era “mejor pedir perdón que pedir permiso”.
“Desde el punto de vista canónico, la nueva legislación pone en ley universal la posibilidad de ordenar hombres casados (de iglesias católicas orientales) en cualquier lugar del mundo”, agregó Laschuk.
El jesuita Brian Daley, un antiguo miembro de un grupo de asesoría teológica católica-ortodoxa de América del Norte, dijo que espera que la nueva legislación tenga un impacto “muy positivo” en las relaciones ecuménicas. Para muchos católicos orientales y ortodoxos la prohibición “ha sido una herida y una fuente de resentimiento”.
Miembros de este grupo habían emitido un comunicado hace meses instando a terminar con la prohibición, que entre los católicos orientales se ha vivido con un sentimiento de injusticia. Entre los ortodoxos, la prohibición generó desconfianza hacia la Iglesia católica y la sensación de que su tradición no se respetaría en el caso de una plena comunión entre las dos iglesias, explicó el jesuita.
“Es muy importante que finalmente este tema haya sido aclarado. Así se elimina una más de las cuestiones que dividen”, dijo Daley, profesor de teología en la Universidad de Notre Dame, en Indiana. “Es una buena noticia para todo el mundo en la Iglesia católica, tanto en Oriente como en Occidente”, agregó. “El Vaticano II llama a la iglesia a respetar las antiguas tradiciones de las iglesias orientales. Era cierto en principio, pero no en la práctica”.
Laschuk dijo también que espera que la nueva legislación pueda crear una cultura en la iglesia de América del Norte, en la que sean bienvenidos los sacerdotes casados. “Anteriormente, se dieron casos en que los sacerdotes casados no fueron tratados plenamente como sacerdotes, sino como si fueran un poco menos”, dijo. “Espero que esto les conceda el respeto que merecen, ahora que tienen la aprobación del mismo Papa”.
Fuentes:
National Catholic Reporter / The Tablet