El Papa pide perdón por persecuciones de católicos a pentecostales
11.00 p m| 31 jul 14 (ABC/RD/BV).- Francisco se refirió a las persecuciones durante la época fascista en Italia, en la que participaron católicos. El Pontífice visitó Caserta -localidad ubicada en Campania, región al sur de Italia-, para reunirse con el pastor protestante Giovanni Traettino y la comunidad pentecostal de la Reconciliación, ante la que exhortó a abandonar el uso de la palabra “secta” para referirse a esta familia protestante, e invitó a seguir el camino común de todos los cristianos de las diferentes confesiones en nombre de Jesús.
Es una visita calificada de histórica, pues se trata de la primera salida que realiza un Papa desde el Vaticano, expresamente para encontrarse con un pastor protestante, en este caso Traettino, amigo suyo desde los tiempos de Buenos Aires, y con el que compartió además una conversación privada seguida de un almuerzo.
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Las disculpas del Papa Francisco a los pentecostales recordaron sobre todo lo que sucedió durante el gobierno del fascismo, que no toleraba las confesiones no católicas, y que fue particularmente duro con los pentecostales, quienes, al llegar a Italia a principios del siglo XX, no pudieron beneficiarse ni siquiera con la ley sobre los cultos admitidos en 1929.
La persecución de Mussolini culminó con la circular de Buffarini Guidi en 1935, que prohibió el culto pentecostal, pues, se lee en el documento, “se concreta en prácticas religiosas contrarias al orden social y nocivas a la integridad física y psíquica de la raza”. Muchos pentecostales, denunciados por párrocos católicos, fueron arrestados y algunos incluso murieron en la cárcel o en campos de concentración.
“Entre los que persiguieron y denunciaron a los pentecostales, como si hubieran sido locos que arruinaban la raza, también había católicos: yo soy pastor de los católicos y les pido perdón por aquellos hermanos y hermanas católicos”. Así se dirigió el Papa Francisco a los pentecostales.
Desafiando los recelos y las contrariedades, tanto las que se viven entre los católicos como las de los pentecostales y otros protestantes (que han considerado escandaloso que Traettino recibiera al Papa), Francisco demuestra que ve con mucha atención una realidad que no puede seguir siendo ignorada y que hoy en día cuenta, como indicó el profesor italiano Massimo Introvigne, con más de 600 millones de fieles, es decir casi una tercera parte de los cristianos del mundo (además de representar tres cuartos de los alrededor de 800 millones de protestantes). Una realidad que está creciendo y que tiene un gran dinamismo misionero.
Crónica de la visita
Francisco mantiene su palabra. Había prometido al pastor evangélico de Caserta que iría a visitarlo, y ha cumplido. El Papa llegó en helicóptero por la mañana y se subió en un Ford Focus que lo llevó hasta el portal del edificio en el que reside el pastor Giovanni Traettino, gran impulsor del diálogo entre evangélicos y católicos en Italia.
Francisco se bajó del coche en una calle normal, y la gente lo contemplaba atónita. Para romper el hielo, el Papa bromeó con una señora que salía en ese momento del supermercado con varias bolsas de la compra en las manos y que se asustó al verlo tan cerca.
Luego el Papa entró en casa de Giovanni Traettino donde permaneció gran parte de la mañana. A última hora visitó su comunidad, en una futura iglesia evangélica que está todavía en fase de construcción. Se trata de una nave, con enormes ventanales, decorada sobriamente con una gran cruz de madera y las palabras “Jesús es el Señor” y “Reconciliar sirviendo”.
A pesar de que entre los dos hay gran amistad, seguramente el Papa no esperaba tanta cordialidad por parte de las personas. En la misma puerta del futuro templo lo esperaban los más ancianos de la comunidad evangélica local. Dentro, unas 350 personas le recibieron con aplausos y apretones de manos. Asistían también pastores evangélicos de varios países, y el Papa reconoció entre la multitud a Jorge Himitian, otro amigo personal de su época de Buenos Aires.
Comenzaron una “Celebración de la Palabra”. Francisco escuchaba en pie a Traettino, que le daba las gracias por esta visita, “un regalo enorme, inesperado e inimaginable”. “Gracias por lo que ha hecho para superar las complicaciones protocolarias. Sepa que los pentecostales y los evangélicos rezan por usted”, añadió. Luego, le ha pedido que rezaran juntos el Padrenuestro.
Francisco rezó con ellos y les habló sin papeles. Comenzó llamándoles “hermanos y hermanas” y les dijo que estaba allí para “devolver las visitas que vuestros hermanos me hicieron a Buenos Aires”. Luego les pidió perdón por las persecuciones raciales del fascismo italiano de los años 30, que llevaron a la expulsión de sus pastores y de muchos de sus creyentes.
También pidió perdón por las divisiones. Según Francisco, en el diálogo entre cristianos se repite lo que dice la Biblia que hicieron los hijos de Jacob con el pequeño José, “primero intentaron matarlo, y luego intentaron salvarlo”. Y añadió que para perdonarse hay que conocerse, y que tanto católicos como evangélicos deben aprender a reconocer que “es el Señor quien tiene la iniciativa, no nosotros”. “El antídoto es caminar juntos en presencia de Jesús”, y confiar en el Espíritu Santo “que nos da, no la uniformidad, sino unidad en la diversidad”.
Durante el encuentro el Papa escuchó varios testimonios, pero sobre todo recibió aplausos. También de nuevo, al final, cuando rezaron de nuevo todos juntos el Padrenuestro. Pero la visita del Papa no terminó ahí, ya que Francisco se quedó con ellos para almorzar juntos antes de regresar a Roma.
Con esta visita, el Papa da una señal clara. Francisco se toma muy en serio el diálogo con los cristianos evangélicos pentecostales, que a menudo son considerados secundarios en el diálogo ecuménico.
Además de los frecuentes contactos con el pastor de Caserta y la visita, Francisco se ha reunido en varias ocasiones con pastores evangélicos en Casa Santa Marta. En febrero envió un videomensaje sobre la unidad a una congregación americana y en junio recibió a ocho famosos telepredicadores de Estados Unidos
Giovanni Traettino, conmovido por la “humanidad” del Papa
El jesuita Guillermo Ortiz, que estuvo en Caserta entrevistó al pastor Giovanni Traettino, a quien le preguntó, en primer lugar, qué nos puede decir acerca de esta visita del Papa Francisco:
Estamos profundamente conmovidos por la sencillez, que ya conocemos del Papa Francisco, y también digamos por su humanidad. Son las cosas que más nos sorprenden. Además, el hecho de vivir precisamente a nivel experimental esta hermandad nuestra, es algo que nos sorprende mucho.
Ante la pregunta de si ayuda la actitud de Francisco a esta búsqueda de la radicalidad del Evangelio que también los pentecostales buscan, el Pastor respondió:
Sí, creo que es la experiencia de Cristo. Creo que es la relación personal con Cristo. Para mí es evidente que él es un hombre que ha tenido el encuentro con Jesús y, por lo tanto, cuando se encuentra con hombres que tienen este tipo de relación con el Señor, y que quieren vivir el Evangelio, se establece lo que él llama una empatía.
Al recordar que hace algunos días el Pastor Traettino había dicho que no hay un Pentecostés que no de vida y que no puede haber ningún pentecostal verdadero sin esta vocación, este amigo del Papa añadió:
Sí, yo estoy profundamente convencido. Todos los Pentecostés, los del Antiguo Testamento y los del Nuevo Testamento, junto a esta efusión de vida, producen unidad. La Iglesia nació en Pentecostés. Por tanto es evidente que lo que ha salido, de muchas lenguas, es una lengua; de muchos pueblos es un pueblo. En suma, Pentecostés nos coloca en la frontera. Debemos avanzar cada vez más hacia la realización del sueño de Dios. Y es evidente que el sueño de Dios es la unidad, desde el momento que Dios mismo es unidad.
Si bien ésta fue una visita a un amigo, y para encontrarse -como dijo el Papa Francisco- con los hermanos que primero lo han buscado, el jesuita Guillermo Ortiz comentó que muchos ven este evento como un encuentro ecuménico, a lo que el Pastor explicó:
Sí, en la dimensión del diálogo fraterno, en este sentido. Por tanto la dimensión teológica, doctrinal, tal vez está ausente, pero está presente y es muy fuerte la primera dimensión de la que habla Pablo en su carta a los Efesios, en el capítulo 4, la unidad del Espíritu, que hay que preservar. Porque cuando se tiene la misma experiencia del Espíritu, digamos la unidad con el Espíritu, produce la unidad del Espíritu.
La unidad con el Espíritu Santo, produce la unidad del Espíritu Santo. Por tanto, en este sentido, yo creo que en la medida en que hacemos experiencia de Dios y tenemos a Dios dentro -nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo-, cuando descubrimos a otra persona, que vive dentro de él esta experiencia, he aquí que se establece este feeling, esta relación.
El Padre Ortiz puso a disposición del Pastor Traettino el micrófono de Radio Vaticano para que dirigiera una palabra a todos los pentecostales:
La palabra que digo a mis hermanos pentecostales es simplemente la de descubrir el depósito que está en su bautismo en el Espíritu Santo, que es un depósito de vida – la Escritura, Jesús dice que tendremos vida en abundancia – y nosotros experimentamos a nivel pentecostal esta vivacidad, esta presencia, etc. Pero el otro elemento que está un poco durmiente en el mundo pentecostal es la dimensión de la unidad que, en mi opinión, es propia de la gracia del bautismo del Espíritu Santo.
Fuentes:
ABC / Religión Digital / Vatican Insider