Casaldáliga: ‘Cierta jerarquía de la Iglesia no aporta nada, sólo excomulgan y prohíben’
“Es una injusticia que las mujeres queden relegadas a un segundo o tercer rol dentro de la Iglesia cuando la Iglesia está siendo sostenida, sobre todo, por las mujeres. En las celebraciones, el 70 % son mujeres y querer marginar a las mujeres dentro de la Iglesia es una tontería garrafal. Pero esto se superará”, ha explicado el obispo.
Casaldàliga ha confiado en que “las mujeres llegarán a todos los ministerios de la Iglesia” porque, según él, “no hay ningún argumento teológico que demuestre que las mujeres no pueden ser ministras de culto. Si no lo han sido hasta ahora es porque las sociedades han sido machistas”.
El obispo catalán, uno de los máximos representantes de la teología de la liberación, considera que el movimiento de indignados en España y también en otros países es “una señal de que las cosas cambian”, les ha expresado todo su apoyo y les ha recomendado “luchar con esperanza”.
“Ahora mismo, con la famosas crisis, vivimos exclusiones. La pasan los pequeños, los normales, pero los grandes no pasan crisis. Se utiliza para reforzar el poder económico, pero también está sirviendo para levantar consciencias”, ha apuntado el obispo.
El prelado ha afirmado que “los indignados, incluso en Estados Unidos, son una señal de que las cosas cambian, un paso importante, una conciencia unitaria mundial contra la disparidad” y por eso se ha posicionado “claramente al lado de los indignados, ahora bien, se tiene que luchar con indignación y con esperanza”.
Casaldàliga ha advertido que “Europa tiene que reconocer que tiene una misión: salvar Grecia de las manos de los que la quieren salvar poniendo delante sus intereses y no la dignidad del pueblo griego”.
“Mientras el lucro y los bancos sean los amos y señores de la vida y la historia humana, tendremos crisis: de economía y de dignidad”, ha explicado.
El obispo considera que “Europa se salvará por la solidaridad dentro de Europa y en todo el mundo, pero tenéis que vigilar mucho la tentación de excluir a los emigrantes. Es un desafío: si no sabemos recibir a los de fuera, no sabremos convivir con los de casa”.
Imagen : Pedro Casaldáliga