Papa Francisco: Amor a la Sagrada Escritura según San Jerónimo
6:00 p.m. | 2 oct 20 (BV/VN).- En una carta apostólica que invita al amor por la Sagrada Escritura, el Papa ha reflexionado sobre la historia de San Jerónimo, doctor y padre de la Iglesia, que este año marca el 1.600 aniversario de su muerte. San Jerónimo realizó el monumental trabajo de “inculturar la Biblia en la lengua y la cultura latina” con la traducción en una versión conocida como Vulgata, vigente por siglos y que acercó la Palabra de Dios al pueblo cristiano. Esta acción, dice Francisco, “nos enseña que los valores de cada cultura representan un enriquecimiento para toda la Iglesia. San Jerónimo es paradigma para la acción misionera de la Iglesia”.
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El papa Francisco, con ocasión del XVI centenario de la muerte de San Jerónimo, el 30 de septiembre ha escrito su Carta Apostólica Scripturae Sacrae Affectus en la que nos ofrece una bella imagen de la personalidad de Jerónimo, destacando su exquisita formación humanística, su pasión por las lenguas clásicas: latín, griego y hebreo pero, sobre todo, nos acerca a la vida misma de Jerónimo, una persona cautivada por Dios, dispuesta a entregar su formación ciceroniana y filológica al servicio de la Palabra porque está totalmente convencido que “ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”.
Jerónimo, junto con Agustín, Ambrosio y Gregorio Magno, es uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia de Occidente. Con el estímulo del papa Dámaso y por su amor apasionado a la Sagrada Escritura va a traducir, por primera vez en la historia de nuestra Iglesia, el AT del hebreo al latín. Luego emprenderá la tarea de la traducción del NT del griego al latín con el único deseo de que el pueblo cristiano tenga un acceso directo a la Palabra de Dios. Este deseo lo verá realizado con su Biblia llamada Vulgata, justamente por haberse convertido la Palabra de Dios “en patrimonio común tanto de los eruditos como del pueblo cristiano”.
Invitamos a nuestros lectores a leer esta hermosa carta del papa Francisco y, ojalá crezca en nosotros cada vez más ese “amor vivo y suave por la Palabra de Dios”, como fue la experiencia espiritual de Jerónimo (Texto de Carlos Francisco Zúñiga SJ).
ENLACE. Carta apostólica Scripturae Sacrae affectus (completa)
7 claves de la Carta Scripturae Sacrae affectus
1. La clave sapiencial de su retrato. “Para una plena comprensión de la personalidad de san Jerónimo es necesario conjugar dos dimensiones características de su existencia como creyente. Una lo define sobre todo como monje y penitente. En esta línea se sitúa la conmovedora obra maestra de Leonardo da Vinci. Otro modo de representar a Jerónimo es el que lo muestra vestido como un estudioso. Albrecht Dürer lo representó más de una vez en esta actitud”, explica.
2. Amor por la Sagrada Escritura. “El rasgo peculiar de la figura espiritual de san Jerónimo sigue siendo, sin duda, su amor apasionado por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura. Si todos los Doctores de la Iglesia —y en particular los de la época cristiana primitiva— obtuvieron explícitamente de la Biblia el contenido de sus enseñanzas, Jerónimo lo hizo de una manera más sistemática y en algunos aspectos única”, indica.
3. El estudio de la Sagrada Escritura. “El amor apasionado de san Jerónimo por las divinas Escrituras está impregnado de obediencia. La competencia en las lenguas en las que se transmitió la Palabra de Dios, el cuidadoso análisis y evaluación de los manuscritos, la investigación arqueológica precisa, además del conocimiento de la historia de la interpretación”.
4. La Vulgata. “Con el estímulo del papa Dámaso, Jerónimo comenzó en Roma la revisión de los Evangelios y los Salmos, y luego, en su retiro en Belén, empezó la traducción de todos los libros veterotestamentarios, directamente del hebreo; una obra que duró años”, afirma. “El resultado es un verdadero monumento que ha marcado la historia cultural de Occidente, dando forma al lenguaje teológico. Superados algunos rechazos iniciales, la traducción de Jerónimo se convirtió inmediatamente en patrimonio común tanto de los eruditos como del pueblo cristiano. La Europa medieval aprendió a leer, orar y razonar en las páginas de la Biblia traducidas por Jerónimo.
5. La traducción como inculturación. “La traducción no es un trabajo que concierne únicamente al lenguaje, sino que corresponde, de hecho, a una decisión ética más amplia, que está relacionada con toda la visión de la vida. Sin traducción no hay hospitalidad y se fortalecen las acciones de hostilidad. El traductor es un constructor de puentes”, explica (click aquí para leer artículo completo).
Información relacionada:
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- Carta del Papa en el XVI centenario de la muerte de San Jerónimo
Fuentes:
Texto de Carlos Francisco Zúñiga SJ / Vida Nueva / Pintura: “San Jerónimo en oración” de Gerard Seghers (Museo de Bellas Artes – Francia)