Colombia: Rebrote de violencia, Iglesia refuerza proceso de reconciliación
6:00 p m| 7 oct 19 (VN/EC).- Para la Iglesia colombiana la necesidad de continuar el trabajo por la reconciliación y la paz en el país es uno de los mayores imperativos en el actual momento: ya son tres líderes de las FARC que han retomado las armas. Desde la Conferencia Episcopal no solo han compartido comunicados con llamados a la paz (como el difundido para conmemorar dos años de la visita de Francisco), y continuado con una edición más de la “Semana por la Paz”, sino también organizaron encuentros para preparar a líderes episcopales de territorios donde el conflicto se ha recrudecido.
Además, desde sus posiciones, se sostienen las voces de mons. Oscar Urbina, presidente del episcopado colombiano, mons. Héctor Fabio Henao, director de Cáritas Colombia, y del p. Francisco De Roux Rengifo, presidente de la Comisión para la Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no repetición. Los tres apelan a un esfuerzo constante por la paz, con la participación de todos, sostenido en el diálogo y en un programa adecuado para apoyar a quienes dejaron las armas. El p. De Roux también hace un balance de lo logrado por su comisión los últimos dos años.
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Herramientas de análisis en los territorios afectados por la violencia
En septiembre el Consejo Episcopal de Paz de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), ente creado en el propio seno del episcopado, celebraron una reunión para brindar herramientas de análisis a los obispos presentes en territorios donde el conflicto armado se ha recrudecido.
Precisamente Darío Echeverri, secretario ejecutivo de la CCN, ha recordado que el Consejo Episcopal de Paz de la CEC “es una reunión de 23 obispos de las zonas donde el conflicto golpea duramente y donde la gente ha sufrido y sigue sufriendo las consecuencias de la confrontación armada”.
Ponerle el cascabel al gato no es fácil, más en una nación sensiblemente polarizada, por ello las acciones propuestas desde la CCN –como ente consultivo de la Iglesia sobre temas de paz– será establecer líneas estratégicas frente al trabajo humanitario y las tareas que los prelados tienen ante estos escenarios de violencia y tensión política.
Unidos en medio de las diferencias
Son muchas las voces de la Iglesia que se hacen sentir frente a este eventual recrudecimiento del conflicto armado. En el caso de Colombia “en esta etapa de la historia está en un juego de un postconflicto, con muchas angustias, y ahí tendremos que entrar con una voz de esperanza y presencia, no solo desde la voz de sacerdotes, sino desde la voz de religiosas, de laicos, hombres y mujeres que aman a Cristo y que quieren ser constructores de paz”. Así lo ha dicho, Luis José Rueda, obispo de Popayán, quien recientemente se pronunció sobre la violencia política en su jurisdicción.
Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, ha hablado de purificar la verdad para que “encontremos una verdad que sea seria y profunda, que le haga sentido a los colombianos de qué fue lo que nos pasó en el conflicto”, especialmente desde el reconocimiento de las víctimas en su dignidad y la aceptación de responsabilidades, por supuesto esta verdad no debe “crear más animadversión entre nosotros”, al contrario debe ayudar a “comprendernos para construir un mundo unido en nuestras diferencias”.
Por su parte, Echeverri ha indicado que la Iglesia tiene la misión de convocar, “se tiene que acercar a los medios, que no puede quedarse callada, que salga y que comunique a todos los bautizados para poder trabajar en comunión”, porque “todos somos importantes y podemos incidir en esta Colombia que necesita del aporte de aquellos seguidores de Jesucristo”.
ENLACE. Sobre Colombia: Ex combatientes de las FARC, entre la guerra y la paz
Héctor Fabio Henao: “La implementación de los acuerdos de paz nunca ha parado”
¿Volverá Colombia al conflicto o seguirá la ruta de la paz que a la que con tanto esfuerzo se llegó? Para entender este dilema, Vida Nueva ha conversado con monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia, cuya labor por la paz es reconocida en el país desde los años 90, y participó de los recientes procesos de negociaciones entre las FARC y el gobierno, que llevaron a la firma de los acuerdos de paz.
Mons. Henao ha mencionado que la situación del país es compleja. “Sabíamos que la etapa posterior a la firma de los acuerdos de paz iba a ser difícil, que debía haber muy pronto un ocupamiento del Estado con sus distintos organismos sociales para satisfacer las necesidades de la población de manera muy rápida para asegurar que esos mismos territorios no fueran cooptados por otros actores ilegales”.
Entre estos actores irregulares que han sembrado el miedo en los territorios desmovilizados están –ha dicho–, los grupos herederos del paramilitarismo, el ELN o nuevos grupos armados, principalmente por el control territorial para el tráfico de drogas: “Todo eso lamentablemente ha tenido un impacto muy fuerte con consecuencias humanitarias enormes”.
Si bien a juicio del sacerdote la criminalidad en el país ha disminuido en cuanto al número de homicidios, todavía persisten temas relacionados con el asesinato y amenazas a líderes sociales, defensores de derechos humanos y líderes indígenas por “relaciones particularmente sensibles a los compromisos de derechos comunitarios sigue siendo tema mucho cuidado y motivo de mucha preocupación”.
En diálogo permanente
La Iglesia persistirá en su labor de la implementación de la paz, el perdón y la reconciliación, por ello desde distintas instancias han sostenido diálogos muy cercanos con organizaciones sociales, plataformas de derechos humanos y con organizaciones que están trabajando en el campo del acompañamiento a las personas amenazadas y “en ese diálogo hacemos parte de la Mesa por la vida que lidera la Procuraduría General de la Nación”.
Desde estos espacios se han creado una serie de pasos colectivos para “hacer seguimiento y ayudar a que el Estado defina cada vez más la política de protección y active todos los mecanismos que existen y ejerza una coordinación interinstitucional que dé una respuesta efectiva a la implementación de los acuerdos de paz”.
ENLACE. Entrevista completa con Mons. Héctor Fabio Henao
Episcopado: La búsqueda de la paz exige el compromiso de todos
Al conmemorarse dos años de la visita del papa Francisco a Colombia, el episcopado ha enviado un mensaje al pueblo en el que han invitado a asumir el camino de la paz, la reconciliación y el rechazo de la violencia como “método para superar todas las desigualdades y la consolidación de la unidad y de la institucionalidad”. Así lo han dado a conocer en un comunicado en voz de sus autoridades.
Asimismo han recordado las palabras de Francisco en su discurso en la plaza de armas en la Casa de Nariño – sede de la presidencia de la república – en el que “la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y exige el compromiso de todos”.
Ahora cuando una facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciara su regreso a las armas dando al traste con los acuerdos de paz, desde la Iglesia se ha insistido que los acuerdos se están implementando, por lo cual han pedido a la sociedad colombiana apostarle a la tan ‘anhelada reconciliación’.
“Este momento, como nunca, requiere superar las diferencias políticas, ideológicas, culturales y económicas, dejar intereses y propósitos individualistas para avanzar hacia una nación con un horizonte que, fundado en el valor de cada persona y el bien común, realmente nos una y nos abra un mejor futuro”, han dicho.
En referencia a los desmovilizados de las FARC, especialmente a quienes permanecen en espacios de reintegración y capacitación, en un llamado a la tolerancia y a superar la polarización, han pedido a toda Colombia “apoyar a quienes han dejado las armas para reincorporarse a la vida política, económica y social” y “favorecer todos los esfuerzos que se hagan en ese sentido”.
En cuanto a las víctimas, han pedido garantizar el acceso a la justicia y la verdad como también “encontrar respuesta a la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas y procurar formas de reparación”.
Además han solicitado consolidar los programas de desarrollo con enfoque territorial como respuesta tan esperada por las poblaciones víctimas del conflicto armado ante el histórico abandono del Estado. Todo ello, a juicio de los obispos, será necesario para poder alcanzar la paz definitiva.
Dos años de la Comisión de la Verdad, ¿qué se ha logrado?
Dos años después de haber sido creada, la Comisión de la Verdad ya ha recogido 4 mil testimonios de los 16 mil que espera obtener sobre lo ocurrido en el país, en más de 50 años de conflicto armado. Es una labor titánica para la que hay muy poco tiempo, pues en el acuerdo de paz está previsto que concluya su trabajo en un plazo de tres años. El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, hace un balance del trabajo que ha hecho la entidad en estos dos años.
¿Cuál es su balance tras casi dos años de funcionamiento de la Comisión?
Asumir la responsabilidad de ser comisionado es una tarea que nos desborda completamente. Es una misión imposible en tres años poder establecer la verdad histórica de lo que nos ha ocurrido en más de 50 años. El tiempo es poco, los recursos que hay son escasos. Los desafíos son enormes porque el conflicto continúa y hay mucha gente que siente miedo para acercarse a decir la verdad.
Pese a ese miedo de esas personas, ¿cuáles son sus resultados en este momento? Tengo que decir que hoy en día estamos en 29 territorios distintos del país. Hoy en día tenemos 4.000 testimonios directos muy fuertes de víctimas que nos han querido hablar con mucho rigor. Estamos en 4.000 testimonios pero estamos detrás de 16.000. Estamos reincorporando los testimonios que nos entregó la Unidad de Víctimas, el Centro de Memoria Histórica, el Ejército y la Policía.
¿Ha sido difícil como institución generar confianza y llegarle a la gente?
Yo creo que la gente va entendiendo lo que somos la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. Somos una institución de Estado, pero no somos oposición política de nadie.No estamos en contra de (Álvaro) Uribe ni de (Iván) Duque ni de (Juan Manuel) Santos, ni de las Farc, ni del Ejército, ni de la Policía. Estamos en contra de la mentira, estamos en contra del silencio cómplice, del miedo y estamos tratando de aprender que por la verdad hay que darlo todo. Debemos preguntarnos que se debe hacer para que el país se reconstruya.
ENLACE. Entrevista completa al p. Francisco de Roux sobre la Comisión de la verdad colombiana
Ex combatientes de las FARC: entre la guerra y la paz
En 2016, las FARC estaban convencidas de que la paz era el camino que les aguardaba para el futuro, una nueva ruta en la que podrían desarrollar una actividad política en la legalidad y que les permitiría el regreso a la vida civil. Iván Márquez, el entonces “número dos” de la guerrilla, y el comandante Jesús Santrich, formaron parte del grupo que negoció los acuerdos de paz que condujeron al desarme de unos 7.000 combatientes. Por eso, nadie esperaba que fueran ellos mismos quienes a través de un video de 32 minutos anunciaran su regreso a la armas y a la selva.
En el video, Márquez leyó un extenso discurso, secundado por Santrich a un lado y “El Paisa” -otro importante miembro de las FARC- a su otro costado, los tres rodeados por 17 hombres y mujeres con fusiles y una pancarta al fondo que dice “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP”.
Ahí explicaron que la decisión representa la “continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana”, y denunciaron “la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica”.
ENLACES. Más sobre la coyuntura en Colombia (La Tercera, CNN, El Tiempo)
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Fuentes:
Revista Vida Nueva / El Colombiano / El Tiempo / Vatican News