A 800 años de un encuentro para recordar: San Francisco y el Sultán Al-Kamil
3:00 p m| 22 mar 19 (CMC/OFM).- Ocho siglos después de la peregrinación de paz de San Francisco en Tierra Santa, autoridades cristianas e islámicas de Egipto se reunieron para celebrar el encuentro del santo de Asís con el sultán Al-Malik Al-Kamil. Una histórica reunión que destacó por el contraste entre el trato cordial y actitud de escucha de ambos personajes, en medio de un contexto cargado de hostilidades (Cruzadas). Una vivencia que permitió a San Francisco transmitir una visión de cómo acercarse a los hermanos musulmanes, paradigma para el diálogo interreligioso a tener en cuenta desde entonces.
El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el card. Leonardo Sandri, estuvo presente en las celebraciones como enviado especial del Papa, y resaltó su percepción sobre el trato a los cristianos (minoría en Egipto, 10%), “todo lo que se pueda hacer para los cristianos no es una especie de concesión, de tolerancia, no, el ciudadano cristiano, católico, es un hijo de su patria y también trabaja con todas sus fuerzas para el bien de su país”. Reproducimos también un mensaje del Ministro General de los franciscanos, Michael A. Perry.
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“Una de las realidades que más me impactaron en esta visita, es el hecho de reconocer a los cristianos y también a los católicos obviamente, la categoría de ciudadanos del país con los mismos deberes, obligaciones y derechos que todos los demás ciudadanos”, lo dijo el Card. Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, al concluir su Visita a Egipto con ocasión de la celebración de los 800 años del encuentro entre San Francisco de Asís y el Sultán Al-Kamil Al-Malek, en la ciudad de Damieta.
El Enviado especial del papa Francisco para esta conmemoración explicó que, “los cristianos, aunque sean una minoría, no son ciudadanos de segunda clase, de seria ‘a’ y serie ‘b’, son ciudadanos plenos –precisó el Card. Sandri– y por lo tanto esta es una nueva concepción que hace ver que todo lo que se pueda hacer para los cristianos no es una especie de concesión, de tolerancia, no, el ciudadano cristiano, católico, es un hijo de su patria y también trabaja con todas sus fuerzas para el bien de su país como lo demuestran todas las actividades de la Iglesia católica”.
El Card. Sandri explicando el motivo de su Visita a Egipto dijo que, “el viaje tuvo como objetivo principal el de representar al Santo Padre en el VIII Centenario del encuentro entre San Francisco de Asís y el Sultán Al-Malek, encuentro que se realizó en la ciudad de Damieta, esta ciudad se encuentra ahí donde el Nilo desemboca en el Mar Mediterráneo. Antes de las celebraciones –explicó el Prefecto– tuve ocasión de poder tener un contacto personal con todos los Obispos Copto católicos de Egipto y con otras realidades que representan la presencia de la Iglesia católica como el Vicariato Apostólico Latino”.
En este sentido, señaló el Enviado especial del Papa, apenas llegué a El Cairo visite las cuatro Eparquías, en ellas encontré una Iglesia viva, una Iglesia en las que están muy comprometidos los Obispos sobre todo, con la pastoral catequética, sacramental, la formación de los cristianos, muy comprometidos también con lo que es el aporte de la Iglesia al desarrollo social de la comunidad, allí entra todo lo que ellos hacen por la salud de la gente, por la educación, por ciertos programas sociales para mejorar la situación económica de la mayoría de la gente.
“Por ello es importante subrayar –precisa el Prefecto– que todo lo que la Iglesia católica hace en el plano del desarrollo social, lo hace para todos sin discriminación, no es solo para los católicos; hay escuelas en las cuales el 90% es musulmán, y hay cristianos y muy pocos católicos, esto significa una gran apertura al diálogo interreligioso y al favorecer el crecimiento de nuestros hermanos egipcios, aun cuando no sean católicos y esta es la gran fuerza de la Iglesia católica”.
Sobre el evento y declaraciones de otros asistentes
-Narcy Klimas, OFM (Prof. Historia de la Iglesia y de la Custodia de Tierra Santa): “Es en medio de las batallas de la quinta cruzada cuando llega San Francisco con el permiso del cardenal Pellagio, va a hablar con el sultán. Llega a Damietta y es precisamente allí donde tiene lugar este encuentro, en la tierra de Egipto”.
El viernes 1 de marzo, la primera peregrinación fue en los lugares mismos del encuentro en Damietta, al norte del Cairo y a orillas del Mar Mediterráneo, en el punto de encuentro con el Nilo. El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y enviado del papa fue acogido en ambiente festivo por el gobernador de Damietta, junto al ministro general de los Frailes Menores, Fr. Michael Perry; Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa; el nuncio apostólico en Egipto, Mons. Bruno Musarò; Fr. Kamal Labib, provincial de la Provincia Franciscana de la Sagrada Familia en Egipto; el vicario custodial, Fr. Dobromir Jasztal; el imán Mohamad Abd Fattah y delegaciones de frailes menores llegadas de todo Egipto.
En el discurso en Damietta el cardenal Sandri afirmó que Francisco no tuvo miedo de Mahoma y el sultán no tuvo miedo del Evangelio. Recordó además el reciente viaje del papa Francisco a Abu Dhabi, el encuentro con el gran imán de Al Ahzar Ahmad Al-Tayye y la firma del documento “Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común”. De los discursos se extrae todavía hoy la sorpresa y grandeza de este histórico encuentro entre el santo y el sultán.
-Michael Perry, OFM (Ministro General de los Frailes Menores): “Hoy ante este mar, que se cruza con el Nilo, para hacer una promesa: En el corazón de cada uno de nosotros podemos buscar la paz, podemos convertirnos en personas de paz en la familia, en las diferentes comunidades, en el servicio, en el trabajo, en cualquier parte donde nos encontremos y donde vayamos podemos llevar este mensaje que el mundo tanto necesita”.
-Francesco Patton, OFM (Custodio de Tierra Santa): “Para nosotros es un poco volver a este lugar para decir gracias a aquellos que hoy viven en este lugar. Y diría que esa valentía ha sido especialmente importante porque gracias a ese viaje San Francisco entendió que era fundamental tener una aproximación al mundo musulmán; no la aproximación del enfrentamiento violento sino la aproximación de lo que después nos trasmitirá a nosotros en la Regla, ‘de no hacer litigios, disputas, de ser súbditos y sujetos de toda humana criatura por amor de Dios’, es decir, al servicio de todos con una identidad clara pero también con respeto a la identidad del otro”.
El encuentro con el sultán tuvo lugar en medio de la quinta cruzada. Yendo más allá de las líneas del ejército cruzado, San Francisco de Asís se convierte en un signo de superación de las barreras entre los pueblos, las culturas y las religiones.
El sábado 2 de marzo, en el Cairo, la Universidad de al-Azhar, institución clave del islam sunnita, abrió sus puertas para acoger a más de 600 invitados. Junto a los franciscanos de Egipto, se organizó una conferencia sobre “Un diálogo de paz y serenidad”. Estaban presentes en el encuentro el enviado del gran Imán Ahmad Al Tayyeb, el Gran Jeque de Al-Azhar, junto a diversas autoridades islámicas y cristianas. En las intervenciones se alternaban temas referidos a la tradición islámica pero también contenidos de la declaración firmada en Abu Dhabi, además del agradecimiento a los franciscanos por la hermosa misión de diálogo y paz en Egipto y en el mundo.
-Muhammad Abdul Fadeel Al-Qousy (Miembro Autoridad Catedráticos Al-Azhar): “Estoy muy contento en este hermoso encuentro que ha reunido a hermanos de todos el mundo y todas partes y religiones. Espero que Dios refuerce este verdadero espíritu de fraternidad, que trata de alejar al mundo del mal, de la agresión y el terrorismo que distorsiona la imagen del islam, la imagen del cristianismo”.
Las celebraciones del 8º centenario tienen lugar pocas semanas después del viaje apostólico a los Emiratos Árabes cuando el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Al Tayyeb firmaron el documento del diálogo interreligioso centrado en la fraternidad. Para Francesco Patton, “el documento es una espléndida actualización del encuentro de ocho siglos atrás”.
Encuentros ecuménicos y diálogo interreligioso marcaron las celebraciones. El custodio de Tierra Santa visitó también al patriarca copto-ortodoxo Tawadros II. Los coptos son hoy la comunidad cristiana más numerosa en Egipto. En la ciudad del Cairo, entre las innumerables mezquitas, hay también varias iglesias cristianas pertenecientes a los greco-ortodoxos, melquitas, siriacos, maronitas, caldeos, armenios y latinos.
-Francesco Patton, ofm (Custodio de Tierra Santa): “La primera motivación es expresar solidaridad a la iglesia copta de Egipto que en estos años ha sido golpeada. Verdaderamente están dando al mundo entero un gran y hermoso testimonio de martirio. Después por la amistad con la iglesia copta. En Jerusalén tenemos buenas relaciones con el obispo Antonio, con la comunidad copta y creo que es importante cultivar este tipo de relaciones, también desde el punto de vista ecuménico para hacer todo lo posible para, a través de la amistad, cultivar el camino de la unidad”.
-Anba Antonios (Obispo copto-ortodoxo de Jerusalén): “Siempre que un miembro sufre, el resto de miembros sufren, como dice el apóstol San Pablo. Apreciamos esta visita y decimos que realmente es de gran valor. Durante el encuentro entre las iglesias de la Ciudad Santa, el custodio me pidió fijar una fecha para esta visita al papa Tawadros II, que acogió de buen grado la idea”.
En la carta escrita para la ocasión, el papa Francisco deseó que nadie ceda a la tentación de la violencia, sobre todo “bajo ningún pretexto religioso”, sino que más bien se realicen “proyectos de diálogo, de reconciliación y de cooperación”.
-Leonardo Sandri (Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales): “Es un hecho histórico, profético del mundo nuevo que esperamos que sea entre todas las religiones de paz, de diálogo, de entendimiento, nunca de violencia y menos todavía de violencia en nombre de Dios, nunca terrorismo, nunca uso de la fuerza. Este mundo nuevo lo pedimos por intercesión del Pobre de Asís que vino sin nada, solo con su cuerpo unido al de Jesucristo”.
-Michael Perry, ofm (Ministro General de los Frailes Menores): “Es ocasión de revivir el originario Laudato Si y el Canto de las Criaturas y de redescubrir que Dios está presente en toda persona y no es una cuestión religiosa, se trata de identidad y de fruto de la humanidad”.
-Kamal Labib, ofm (Provincial – Provincia Franciscana Sagrada Familia en Egipto): “Es un gran acontecimiento, una alegría grande para nosotros como frailes menores en Egipto, para todo Egipto, y para todos los invitados que vienen. El primer fruto es la esperanza para todos. Porque si hace 800 años sucedió esto en Damietta, significa que podemos tener todavía esperanza, no para toda la vida, sino para este momento. Poder repetir el mismo encuentro que hizo San Francisco con el sultán”.
Sobre el encuentro entre san Francisco y el Sultán al-Malik al-Kamil (tomado de la carta del Ministro general franciscano)
Hace ochocientos años, nuestro Seráfico Padre san Francisco, zarpó para Egipto, realizando finalmente el sueño largamente anhelado de ir entre los musulmanes. Llegó al campamento del ejército cruzado, entre los cristianos latinos que a través de años de predicación y de retórica sobre la guerra santa habían sido adoctrinados para despreciar a los musulmanes. Esos mismos musulmanes tenían toda la razón para despreciar a Francisco, conjeturando que él, como la mayor parte del campamento cruzado, era un enemigo y no un portador de paz.
Hoy celebramos lo que nadie en ese tiempo podía haber previsto: que un hombre lleno del Espíritu, desarmado y sin nada propio atravesó las líneas de la batalla para pedir un encuentro con el Sultán. Francisco fue recibido atentamente por el Sultán y disfrutó por un largo período de la hospitalidad del jefe musulmán, posteriormente regresó de la visita para reflexionar nuevamente sobre la misión de los Hermanos Menores.
Francisco regresó sano y salvo a su tierra natal, profundamente impresionado por ese encuentro y maduró una nueva y creativa visión para sus hermanos sobre cómo debían ir entre los musulmanes, sobre las cosas que los hermanos debían hacer y decir a fin “que agradenal Señor” (Rnb16,8). El aniversario del encuentro de Francisco con al-Malik al-Kamil en Damieta en 1219 nos invita a preguntarnos nuevamente cuáles acciones y palabras, en medio del pluralismo y complejidad del mundo actual, serían agradables a Dios.
ENLACE: Más detalles del encuentro entre san Francisco y el Sultán al-Kamil (diversas fuentes históricas)
Al discernir los signos de los tiempos (Mt 16,3), la Iglesia subraya cada vez más el diálogo interreligioso como un elemento esencial de la misión de la Iglesia hoy. El Concilio Vaticano II exhortó a los fieles cristianos a participar en el “diálogo y la colaboración con los seguidores de otras religiones, a fin de que, con prudencia y caridad, den siempre al mundo testimonio de fe y vida cristiana” (Nostra Aetate, 2).
En especial, el Concilio enseñó que la Iglesia debe considerar a los musulmanes “con aprecio” e instó a los cristianos a trabajar con los hermanos y hermanas musulmanes para promover “la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad en beneficio de todos” (Nostra Aetate3). San Juan Pablo II continuó esta misión de diálogo en su ministerio como Obispo de Roma, especialmente cuando invitó a los líderes religiosos del mundo a nuestra casa espiritual, Asís, para presenciar allí la calidad trascendente de la paz.
Los Papas Benedicto XVI y Francisco también invitaron a los líderes religiosos a peregrinar a Asís y a orar allí por la paz, y posteriormente, el Papa Francisco invocó la intercesión del Poverelloen su viaje a Egipto, orando para que cristianos y musulmanes se llamen recíprocamente hermanos y hermanas de verdad, viviendo en renovada fraternidad bajo el sol del único misericordioso Dios.
Vivimos en una época en que personas de diversas confesiones se afanan en la demonización de los musulmanes e incitan a otros a temerles. Además del estudio y la oración sobre los temas de encuentro y diálogo, aliento a los seguidores de Francisco que no han tenido ningún contacto personal con el islam, a recordar la experiencia de nuestro fundador y dar un paso sencillo y concreto: conocer o encontrarse con un musulmán. Hagan el esfuerzo de conocerlo a él o a ella más allá de saborear una taza de té y de la delicadeza social.
Traten de aprender y apreciar qué experiencia de Dios lo anima o la anima y permítanles a sus amigos musulmanes ver el amor que Dios ha derramado en su corazón por medio de Cristo. A pesar de la insistencia del Concilio Vaticano II de que los musulmanes, con nosotros, “adoran al único y misericordioso Dios” (Lumen Gentium, 16), muchas voces tristemente insisten en que es imposible el diálogo entre cristianos y musulmanes. Muchos contemporáneos de san Francisco y del Sultán estaban de acuerdo en que la única respuesta al desafío mutuo era el conflicto y el choque.
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Fuentes:
Christian Media Center / Web de la Orden Franciscana / Vatican News