El Papa en Ginebra: clave para el ecumenismo
10:00 p m| 28 may 18 (RD/SW/ABC).- Francisco viajará el 21 de junio a Ginebra al Consejo Mundial de Iglesias (CMI), con ocasión del 70 aniversario de su fundación, en lo que se ha denominado una “peregrinación ecuménica”. En conferencia de prensa con el cardenal Kurt Koch, el secretario general del CMI, Olav Fykse Tveit, comentó que esperan al Papa con “enorme gratitud” en una visita que consideran “un signo de esperanza no solo para nosotros sino para todos los que rezan por la paz y la unidad”. El CMI es una comunidad de 348 iglesias en 110 países, que representan más de 550 millones de cristianos, y supone la mayor y más representativa de las muchas expresiones organizadas del moderno Movimiento Ecuménico, cuyo objetivo es la unidad de los cristianos.
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“Que un Papa haya podido visitar Ginebra y haya podido también establecer contactos cordiales con las autoridades internacionales, con los Representantes de las familias religiosas no católica, a nosotros nos parece que es uno de los “signos del tiempo” que el optimismo cristiano de nuestro inolvidable Predecesor, Juan XXIII, sabía descubrir espléndidamente al interior de las inmensa trasformaciones del mundo moderno”.
Con estas palabras Papa Montini se despidió el 10 de junio 1969, después de haber pasado algunas horas en la ciudad de Ginebra. Se trató de un viaje importante come subrayaron muchos expertos y observadores. De hecho era la primera vez que un Pontífice visita la sede del Consejo Ecuménico de las Iglesias. En su saludo, Pablo VI, dejó traslucir plenamente el espíritu con el cual deseaba marcar su gesto, del modo más coherente posible con su Predecesor Juan XXIII, es decir unidad e fraternidad con los hermanos de las iglesias reformadas, que nacen y se consolidan en el nombre de Cristo.
Medio siglo después del viaje de Papa Montini se tiene la impresión que el de Bergoglio será, realmente, un “signo de los tiempos” como indicó Pablo VI, y se puede agregar con sus palabras, “en las inmensas transformaciones del mundo moderno”. En estos días, diversas fuentes han subrayado que, en el curso de su visita, Francisco y los hermanos de las iglesias reformadas discutirán sobre diferentes temas de gran actualidad, urgencia y relevancia.
Entre ellos, se citan las cuestiones de la paz y de la guerra, del desarme atómico, los conflictos internos, Siria y Medio Oriente, Ciudad Santa de Jerusalén, o la persecución de los cristianos en varias regiones del mundo.
El cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, durante la presentación de la visita papal del próximo 21 de junio, ha dicho que se tratará de delinear acciones de justicia, de asistencia humanitaria de caridad fraterna en el alto y noble espíritu ecuménico que enmarca la visita papal: “Caminar, rezar y trabajar juntos”.
Koch afirmó también que la visita de Francisco es “un reconocimiento a la contribución única del Consejo Mundial de las Iglesias al movimiento ecuménico moderno”, nacido en las iglesias protestantes y al que se sumaría después Roma, pues “nuestras relaciones con el Consejo se iniciaron durante la preparación del Concilio Vaticano II, que selló el compromiso de la Iglesia católica con el movimiento ecuménico”.
Por su parte, el reverendo Fykse Tveit, que fue recibido por el Papa el pasado mes de agosto, ha añadido que Francisco les dio “una respuesta muy positiva” en cuanto le invitaron a visitar el Consejo Mundial de las Iglesias. Como el obispo de Roma está llamado a una especial tarea de unidad, la Iglesia católica no forma parte del Consejo pero, según su secretario general, “estamos muy contentos de esta relación y no nos concentramos en que forme parte sino en la colaboración”, que es cada vez más estrecha.
El cardenal Koch ha recordado que, desde hace más de cincuenta años, “existe una colaboración fructífera en los terrenos del diálogo doctrinal, la misión, la justicia, la paz, los jóvenes y los nuevos desafíos en la vida de las sociedades modernas”. Fykse Tveit ha mencionado específicamente “el orden económico mundial y el medio ambiente”.
A muchos parece muy interesante, y estimulante, que Papa Francisco al cumplir el 13 de marzo los primeros cinco años de su elección, con su visita a Ginebra, desee llamar la atención sobre la centralidad del ecumenismo que ha enseñado a practicar sin refugiarse en grandes y solemnes declaraciones que luego se olvidan.
Por eso, en estos cinco años resuenan en el corazón de centenares de millones de católicos palabras de la Evangelii gaudium que recuerda: “La credibilidad del anuncio cristiano sería mucho mayor si los cristianos superaran sus divisiones y la Iglesia realizara “la plenitud de catolicidad que le es propia, en aquellos hijos que, incorporados a ella ciertamente por el Bautismo, están, sin embargo, separados de su plena comunión”.
Tenemos que recordar siempre que somos peregrinos, y peregrinamos juntos. Para eso, hay que confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas, y mirar ante todo lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios. Confiarse al otro es algo artesanal, la paz es artesanal. Jesús nos dijo: “¡Felices los que trabajan por la paz!” (Mt 5,9). En este empeño, también entre nosotros, se cumple la antigua profecía: “De sus espadas forjarán arados” (Is 2,4). Bajo esta luz, el ecumenismo es un aporte a la unidad de la familia humana”.
Más sobre el CMI y la Iglesia católica
Fundada en 1948, el CMI reúne a las iglesias ortodoxa, anglicana, metodista, bautista, luterana y reformada del mundo (350 iglesias miembros en total), pero no a la Iglesia Católica Romana, con la que ha tenido una relación complicada.
Al igual que las Naciones Unidas, el CMI fue creado después de las dos guerras mundiales con la esperanza de que los cristianos pudieran dejar de lado sus diferencias doctrinales y contribuir a la construcción de un mundo nuevo. La organización, que tiene alrededor de 100 empleados en Ginebra, dice que se focaliza en “fortalecer las relaciones con las iglesias miembros y los socios ecuménicos, la vida espiritual, la participación de los jóvenes, el diálogo y la cooperación interreligiosa y en construir una comunidad justa de mujeres y hombres”.
La Iglesia Católica Romana decidió no unirse al CMI cuando este organismo fue establecido, ni tampoco más tarde en la década de 1960, cuando se debatió la cuestión de la unidad de los cristianos y los dos cuerpos se acercaron.
Andrzej Choromanski, representante del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, señaló que la decisión de no unirse obedeció a “razones teológicas y prácticas”. “La Iglesia Católica es una iglesia universal con 1 200 millones de miembros, mientras que el CMI representa 500 millones. Tendría que replantearse su organización y toma de decisiones si la Iglesia Católica se uniera”, dijo a los periodistas.
A pesar de no estar afiliado, el Vaticano envía alrededor de 50 observadores para participar en los comités del CMI que se ocupan de cuestiones como la promoción de la paz, los migrantes y los refugiados, la doctrina religiosa y la educación.
Para Michel Grandjean, profesor de Historia Cristiana en la Universidad de Ginebra, el viaje del papa a Ginebra no es una simbólica celebración de cumpleaños, sino una visita de trabajo muy significativa. Se produce, agregó, en un momento en que el ecumenismo necesita un impulso.
“Creo que hay muchos temas por discutir, como la organización de estas federaciones de iglesias”, puntualizó. “Además, hay puntos de entendimiento que deben ser analizados. La Iglesia Católica Romana todavía se refiere a sí misma como “la iglesia” en singular, como si fuera el único cuerpo auténtico mientras que las otras tienen tintes de suspición: no son vistas como iglesias, sino simplemente como comunidades eclesiásticas”.
A pesar de las diferencias religiosas, los organizadores dicen que la visita papal a Ginebra envía un importante signo de unidad. “El Santo Padre hace mucho por los cristianos y nos dice que debemos promover una forma de pensar juntos”, señaló Choromanski.
La de Ginebra será la segunda visita europea de Francisco con un claro acento ecuménico tras su viaje a Lund en octubre de 2016. Asistió entonces en la ciudad sueca a la conmemoración del 500 aniversario de la Reforma ProtestanteEnlace externo junto a los líderes de la Federación Luterana Mundial.
Enlaces relacionados:
- Entrevista al Pastor Fykse Tveit sobre la visita del Papa a Ginebra
- La palabra “Oikoumene” representará el viaje del Papa a Ginebra
- Programa del viaje del Papa a Ginebra (21 de junio)
- Historia del Consejo Mundial de Iglesias
Fuentes:
Religión Digital / Swissinfo / ABC.es