Francisco pide una Iglesia que anime y que dialogue, pero lejos del poder

6:00 p m| 18 nov 15 (VATICAN INSIDER/BV).- Frente a más de 2000 participantes del 5to. Convenio Nacional de la Iglesia Italiana, Francisco habló del Humanismo cristiano, conformado por los “sentimientos” de Jesús: humildad, desinterés y bienaventuranzas, que además deben ser pilares de una Iglesia “accidentada, herida y sucia por haber salido a las calles”, y que rechaza el poder, “incluso cuando éste asume el rostro de un poder útil y funcional” a su imagen social, no piensa en las “estructuras”, sino que se deja guiar por el “soplo potente del Espíritu”. Luego se dirigió a los jóvenes y les pidió que sean fuertes y superen la apatía. “Que nadie desprecie vuestra juventud, sino que aprendan a ser modelos tanto en el hablar como en el actuar”.

Un día antes en la basílica de San Juan de Letrán, confirió la ordenación episcopal al sacerdote Angelo De Donatis como obispo auxiliar de Roma, y en la homilía pidió se cuide especialmente la formación espiritual de los seminaristas y diáconos diocesanos además de ofrecer algunos consejos. Por ejemplo, que las homilías sean cortas, que vayan al centro de la cuestión y que remuevan el interior de la gente.

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Papa en Florencia: quiero una Iglesia que sepa “inquietar, animar”, que rehuya del poder, que “incluya” a los pobres, que sea dialogante

Es un discurso amplio y programático el que Francisco dirigió a los católicos italianos reunidos en el congreso de Florencia. El Papa pide a la Iglesia que sea humilde, desinteresada, y que viva las beatitudes evangélicas. La invita a huir de las tentaciones del gnosticismo y del pelagianismo. Le pide que ayude a los pobres y que sea capaz de un diálogo sincero con todos para construir juntos el bien común.

Qué es el humanismo

Francisco explica que podemos hablar de humanismo solo “a partir de la centralidad de Jesús, descubriendo en Él los rasgos del rostro auténtico del hombre… Jesús es nuestro humanismo”. Al ver su rostro, explicó el Papa, vemos “el rostro de un Dios ‘vaciado’, que ha asumido una condición de siervo”, semejante al rostro de “muchos de nuestros hermanos humillados, esclavizados, vaciados”. Sin abajarnos, “no podremos ver su rostro”, y, por lo tanto, “no comprenderemos nada del humanismo cristiano y nuestras palabras serán bellas, cultas, refinadas, pero no serán palabras de fe. Serán palabras que resuenan en el vacío”.

Humilde, desinteresada, beata

Francisco presentó “por lo menos tres” sentimientos de Jesús, que son el rasgo del nuevo humanismo. El primero es la humildad. “La obsesión de preservar la propia gloria, la propia ‘dignidad’, la propia influencia no debe formar parte de nuestros sentimientos. Debemos proseguir la gloria de Dios, y esta no coincide con la nuestra”. Un segundo sentimiento de Jesús es el desinterés, o mejor “la felicidad de quien está al lado. La humanidad del cristiano está siempre en salida. No es narcisista, autoreferencial”. “Nuestro deber -añadió- es trabajar para hacer que este mundo sea un lugar mejor y luchar. Nuestra fe es revolucionaria por un impulso que viene del Espíritu Santo”. Un tercer sentimiento “de Jesucristo es el de la beatitud. El cristiano es un beato, lleva en sí la alegría del Evangelio. En las beatitudes, el Señor nos indica el camino”. Estos sentimientos “dicen que no debemos estar obsesionados por el ‘poder’, incluso cuando este adquiere el rostro de un poder útil y funcional a la imagen social de la Iglesia. Si la Iglesia no asume los sentimientos de Jesús, se desorienta, pierde el sentido. Los sentimientos de Jesús nos dicen que una Iglesia que piensa en sí misma y en los propios intereses sera triste”.

Las tentaciones pelagiana y gnóstica

El Papa presentó dos tentaciones: “No haré un elenco de tentaciones, como las quince que dije a la Curia…”. La primera es la pelagiana, que “impulsa a la Iglesia a no ser humilde, desinteresada ni beata. Y lo hace con la apariencia de un bien. El pelagianismo nos lleva a tener confianza en las estructuras, en las organizaciones, en las planificaciones perfectas porque son abstractas. A menudo nos lleva a asumir un estilo de control, de dureza, de normatividad. La norma da al pelagiano la seguridad de sentirse superior”. Francisco explicó que “frente a los males o a los problemas de la Iglesia es inútil buscar soluciones  en conservadurismos o fundamentalismos, en la restauración de conductas y formas superadas que ni siquiera culturalmente tienen capacidad de ser significativas. La doctrina cristiana no es un sistema cerrado incapaz de generar preguntas, dudas, interrogantes, sino que está viva, sabe inquietar y animar. Tiene un rostro no rígido, tiene un cuerpo que se mueve y se desarrolla, tiene carne tierna: se llama Jesucristo”.

Que la Iglesia sea libre

La reformad e la Iglesia “no se agota en el enésimo plan para cambiar las estructuras. Significa, por el contrario, arraigarse en Cristo, dejándose guiar por el Espíritu”. La Iglesia italiana debe “dejarse llevar por su soplo potente y por ello, a veces, inquietante. Que sea una Iglesia libre y abierta a los desafíos del presente, nunca a la defensiva por temor de perder algo”. La segunda tentación “que debe ser derrotada es la del gnosticismo. Ella lleva a confiar en el razonamiento lógico y claro, pero que perde la ternura de la carne del hermano. La fascinación del gnosticismo es la de una fe encerrad en el subjetivismo”.

Pastores, apuesten por lo esencial

Papa Bergoglio pidió a los obispos italianos que sean “pastores, nada más: esta es su alegría. Será la gente, su rebaño, quien los sostenga”. “Que nada ni nadie -añadió- les quite la alegría de ser sostenidos por su pueblo. Como pastores, sean no predicadores de complejas doctrinas, sino anunciadores de Cristo, muerto y resucitado por nosotros. Apuesten por lo esencial, por el ‘kerygma’. No hay nada más sólido, profundo y seguro que este anuncio. Pero que sea todo el pueblo de Dios quien anuncie el Evangelio, pueblo y pastores”. A toda la Iglesia italiana, Francisco recomendó lo que indicó en la exhortación “Evangelii gaudium”: la inclusión social de los pobres y la capacidad de encuentro y de diálogo para favorecer la amistad social en el país, buscando el bien común. “Los pobres conocen bien los sentimientos de Jesucristo porque, por experiencia, conocen al Cristo que sufre… Que Dios proteja a la Iglesia italiana de cualquier sustituto de poder, de imagen, de dinero. La pobreza evangélica es creativa, acoge, sostiene y es rica de esperanza”. El Papa recuerda que “el Señor derramó su sangre no por algunos, ni por pocos ni por muchos, sino por todos”.

Diálogo y confrontación

Bergoglio después recomendó “la capacidad de diálogo y de encuentro. Dialogar no es negociar”, sino “buscar el bien común para todos. Discutir juntos, pensar en las mejores soluciones para todos”. “No debemos tener miedo del diálogo -dijo el Papa-, es más, justamente la confrontación y la crítica son lo que nos ayuda a preservar la transformación de la teología en ideología”. Francisco recordó que “la mejor manera para dialogar no es la de hablar y discutir, sino la de hacer algo juntos, construir juntos, hacer proyectos: no solos, entre católicos, sino junto con todos los que tengan buena voluntad”.

Llamado a los jóvenes y a la Iglesia inquieta

El Papa llamó a los jóvenes, los invitó a superar la apatía: “Les pido que sean constructores de Italia, que se pongan a la obra por una Italia mejor. No balconeen la vida, sino comprométanse, sumérjanse en el amplio diálogo social y político”, y “en donde ese encuentren, no construyan nunca ni muros ni fronteras, sino plazas y hospitales de campo”. “Me gusta una Iglesia italiana inquieta, cada vez más cerca de los abandonados, de los olvidados, de los imperfectos. Deseo -continuó el Papa- una Iglesia alegre con el rostro de mamá, que comprende, acompaña, acaricia. Sueñen también ustedes esta Iglesia, crean en ella, innoven con libertad”. Al final, la Francisco propuso: “en cada comunidad, en cada parroquia e institución, en cada disecáis y circunscripción, traten de poner en marcha, de manera sinodal, una profundización de la ‘Evangelii gaudium’, para sacar de ella los criterios prácticos y para realizar sus disposiciones”.

Puede leer aquí el discurso completo

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Francisco pide homilías breves y cercanas a los fieles

El episcopado no es honor o dominio, sino servicio. Lo recordó el Papa durante la ordenación de Angelo De Donatis, el simple párroco a quien quiso ordenar obispo auxiliar de Roma, con la tarea de la formación del clero, en una ceremonia que presidió él mismo en San Juan de Letrán Francisco aconsejó al nuevo obispo homilías breves y que todos puedan comprender (y bromeó con De Donatis recordando que su padre se alegró cuando encontró a un sacerdote que oficiaba misa sin prédicas), también le dijo que debe ser misericordioso, a pocos días de que comience el Jubileo de la Misericordia (el próximo 8 de diciembre), porque “la Iglesia y el mundo tienen mucha necesidad de misericordia”. Un largo aplauso de los fieles acompañó la ordenación.

“Nos hará bien reflexionar atentamente sobre a cuál alta responsabilidad eclesial es promovido este nuestro hermano”, dijo el Papa en una homilía muy personal. “Nuestro Señor Jesucristo enviado por el Padre a redimir a los hombres mandó, a su vez, al mundo a los 12 apóstoles para que anunciaran el Evangelio a todos los pueblos y, reuniéndolos bajo el único pastor, los santificaran y guiaran hacia la salvación. Con el fin de perpetuar este ministerio apóstolico, los 12 se hicieron de colaboradores, transmitiéndoles su don del Espíritu recibido de Cristo que confería la plenitud al sacramento de la ordenación. Así, mediante la ininterrumpida sucesión de los obispos, en la tradición viviente de la Iglesia se ha conservado este ministerio, ministerio primario del Salvador que sigue y se desarrolla hasta nuestros tiempos. En el obispo, rodeado por sus presbíteros, está presente en medio de ustedes el mismo Señor Jesucristo”, explicó el Papa.

Después, el obispo de Roma se dirigió a la asamblea y dijo “Acojan, pues, con alegría y gratitud a este nuestro hermano, que nosotros los obispos con la imposición de las manos hoy asociamos al colegio episcopal, Ríndanle el honor que se debe al ministro de Cristo y al dispensador de los misterios de Dios, a quien ha sido confiado el testimonio del Evangelio y el ministerio del Espíritu para la santificación. Acuérdense de las palabras de Jesús a los Apóstoles: Quien los escucha, me escucha; quien los desprecia, me desprecia; y quien me desprecia, desprecia a aquel que me ha enviado”.

“En cuanto a ti, querido hermano, elegido por el Señor -prosiguió el Papa dirigiéndose a De Donatis-, recuerda que has sido elegido entre los hombres y para los hombres has sido constituido en las cosas que tienen que ver con Dios. Episcopado, efectivamente, es el nombre de un servicio, no de un honor, puesto que al obispo compete más el servir que el dominar, según el mandamiento del Maestro: quien sea el más grande entre ustedes que se vuelva como el más pequeño, y quien gobierne sea aquel que sirva. Anuncia la Palabra en cualquier ocasión, oportuna y a veces inoportuna. Amonesta, regaña, pero siempre con dulzura. Exhorta con toda magnanimidad y doctrina. Que tus palabras sean simples, que todos te entiendan, que no sean largas las homilías. Me permito decirte: acuérdate de tu papá -prosiguió Bergoglio revelando la identidad del protagonista de una anécdota que ya había contado a los fieles-, cuando se alegró de haber encontrado cerca de su pueblo otra parroquia en la que se celebraba misa sin la homilía”.

“Que las homilías sean justamente la transmisión de la gracia de Dios, simples, que todos las entiendan y que todos tengan ganas de hacerse mejores. En la Iglesia que te es encomendada, aquí en Roma, quisiera encomendarte de manera especial a los presbíteros, a los seminaristas, que tú tienes ese carisma: sé fiel custodio de los misterios de Cristo, puesto por el Padre a la cabeza de su familia; sigue siempre el ejemplo del buen pastor que conoce a sus ovejas, que por ellas es conocido y que por ellas no ha dudado dar la vida. Con tu corazón ama con amor de padre y de hermano a todos los que Dios te confía, como dije, principalmente a los presbíteros y a diáconos, a los seminaristas, pero también a los pobres, a los indefensos y a cuantos necesiten acogida y ayuda. Exhorta a los fieles a cooperar en el empeño apóstolico y escúchalos de buena gana y con paciencia: muchas veces se necesita mucha paciencia, pero el reino de Dios se hace así”.

“Recuerda que en la Iglesia católica estás unido al colegio de los obispos y debes llevar en ti la preocupación de todas las Iglesias, socorriendo generosamente a las que más necesitan ayuda. Y, cerca del comienzo del año de la misericordia, te pido, como hermano, que seas misericordioso: la Iglesia y el mundo tienen mucha necesidad de misericordia. Tú enseña a los presbíteros, a los seminaristas, la vía de la misericordia, con palabras, sí, pero sobre todo con tu comportamiento; la misericordia del Padre que siempre recibe, siempre hay sitio en su corazón: nunca hay que expulsar a nadie, espera, espera… Esto es lo que te deseo: tanta misericordia”. El Papa concluyó encomendando al obispo el rebaño “en el nombre del Padre, del cual haces presente la imagen, en el nombre de Jesucristo su Hijo, del cual has sido constituido maestro sacerdote y pastor, y en el nombre del Espíritu Santo que da vida a la Iglesia y con su potencia sostiene nuestra debilidad”.

Angelo De Donatis, obispo auxiliar de Roma, titular de Mottola. Nombrado el 14 de septiembre, mons. De Donatis ha sido párroco de San Marco Evangelista en Campidoglio. Nacido en 1954 en la provincia italiana de Lecce,  fue ordenado sacerdote en 1980 y desde 1983 está incardinado en la diócesis de Roma siendo miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de los Consultores.  En la Cuaresma del año 2014 mons. De Donatis  fue el encargado de las meditaciones para los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana.

Al entregarle el anillo episcopal, el Papa recomendó al obispo que recordara a sus padres, “recuerda a la familia”. La ordenación concluyó con un abrazo del Papa y con un largo aplauso de los fieles.

Fuentes:

Vatican Insider / VIS News / CTV

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