Encarar el presente y futuro en el espíritu de apertura del Concilio Vaticano II
11.00 p m| 28 may 15 (NCR/RD/BV).- El cardenal filipino Luis Tagle -a menudo citado como un posible sucesor del Papa Francisco- ha pedido a los católicos que encaren el mundo moderno llenos del espíritu de apertura que inspira el Vaticano II y evitar mirar a la Iglesia preconciliar con un sentimiento de nostalgia. Hablando en una conferencia teológica, cuya temática central era la de vincular la visión del Concilio con el presente y el futuro, Tagle dijo que el Vaticano II redescubrió el entendimiento por parte de la Iglesia sobre el misterio, la misión y la comunión, y que a partir de ahí, “la comprensión de la Iglesia cambió radicalmente”. Uno de los cambios claves propuestos en el Concilio, dijo, fue el paso de una Iglesia centrada en sí misma a una que prioriza las necesidades de la humanidad. Días antes el mismo cardenal Tagle era elegido nuevo presidente de Cáritas Internationalis.
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“Mucha gente quiere dar testimonio de Cristo en un pasado idealizado que anhelan con nostalgia”, dijo Tagle, quien habló en la Universidad de Georgetown. “Pero no… somos testigos de Cristo, aquí y ahora”.
“Se le pide a la Iglesia recuperar su identidad más profunda en comunión, pero en una comunión que no se centre en sí misma”, continuó. “No es autorreferencial”.
“La Iglesia encuentra su verdadera identidad sólo en referencia a Jesús y nunca en sí misma”, dijo. “La referencia de la Iglesia a su identidad está fuera de sí misma. La Iglesia es el puntero hacia Jesús, señal de la presencia de Jesús, sirve a Jesús”.
Tagle, arzobispo de Manila y recién elegido presidente de Caritas Internationalis, habló en una conferencia titulada “El Vaticano II, Recordando el Futuro: Perspectivas ecuménicas, interreligiosas y seculares sobre el impacto y promesa del Concilio” y coorganizada por Georgetown University y la Catedral Nacional de Washington.
El evento, un encuentro de la Red Internacional de Investigaciones Eclesiológicas (Ecclesiological Investigations International Research Network), ha reunido a unos 140 académicos que reflexionaron sobre el significado y trascendencia del Vaticano II y cómo se podría sacar adelante su visión.
También participaron como expositores el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el cardenal Walter Kasper, el teólogo alemán cuyo enfoque en la misericordia se sabe que ha influido profundamente en Francisco.
El Concilio Vaticano II fue una reunión mundial (entre 1962 y 1965) de obispos católicos que guió a cambios significativos en la Iglesia, incluyendo la modernización de la liturgia católica y la redefinición de la relación entre la Iglesia y el mundo moderno.
En el inicio de la segunda jornada de debates de la conferencia, Tagle dio un poderoso, amplio y por momentos emotivo discurso, sobre los cambios profundos y resonantes que el Concilio trajo a la Iglesia católica.
Tagle centró su charla en la forma en que el Vaticano II instó a la Iglesia a expresar una apertura al mundo, remarcando que parte de este llamado implica que los líderes católicos deben salir de sí mismos y se enfrenten a lo que está sucediendo hoy en día.
Luego contó que un periodista italiano le había preguntado una vez qué pensaba de la llamada “fatiga” de la Iglesia católica en Europa, Tagle dijo que él respondió: “¿De qué es lo que estás cansado?”.
“En Asia, es posible que seamos un pequeño rebaño, pero no tenemos tiempo para cansarnos”, continuó, mencionando cómo los cristianos en Asia son sólo el 3% de la población total.
“Siempre hemos sido pocos en Asia”, dijo. “E incluso con un pequeño rebaño, hay que salir de uno mismo: Descubrir a Jesús, encarar el mundo”.
Tagle también dijo que el Concilio decidió adoptar una postura de apertura al mundo, ya que los obispos en el evento querían estar “constantemente abiertos a toda condición humana”.
“Ningún ser humano debe ser ajeno a la Iglesia”, dijo el cardenal, quien agregó que le gusta decir que el Vaticano II mostró “asombro místico y misionero… respecto a la valía de los seres humanos”.
Pero citando la constitución pastoral del Concilio sobre la Iglesia en el mundo moderno, Gaudium et Spes, Tagle dijo que esta postura de apertura también obliga a la comunidad de fieles a salir a defender y preocuparse por esta porción de la humanidad a veces olvidada, especialmente los pobres.
“Parte de la apertura de la Iglesia a la humanidad es para recordar al resto del mundo los seres humanos que han sido olvidados”, dijo el cardenal. “No hay una apertura verdadera y completa al mundo si no nos acordamos de aquellos que han caído en el olvido”.
“La apertura al mundo implica ensuciarse, mancharse, incluso terminar herido por las realidades existenciales que enfrentan los pobres. la Iglesia debe adquirir el olor del mundo que penetra”.
Esbozando su visión de cómo la Iglesia puede hablar con el mundo tal como es hoy, Tagle dijo que sus líderes deben hacer una distinción entre los problemas que puede resolver y dilemas que pueden no tener soluciones.
Para hacer frente a dilemas, dijo el cardenal, se debe recurrir a historias. “Contar historias de personas que han navegado a través de esas aguas turbias de dilemas”, dijo Tagle. “No necesitan una solución. Necesitan encontrar un sentido… una esperanza”.
“Pero, ¿quién puede contar historias?” preguntó. “Sólo aquellos que han entrado en el mundo de los cuentos, que han estado abiertos a las historias de la vida humana”.
“Debemos ser la historia viva de lo que proclamamos”, dijo Tagle. “Debemos ser signo viviente del Jesús en el que decimos creer”.
La conferencia de esta semana es la novena de la Red Internacional de Investigaciones Eclesiológicas, un grupo mundial de teólogos cofundado y dirigido por el profesor de Georgetown, Gerard Mannion. Versiones anteriores se dieron en la India, Bélgica e Inglaterra.
Tauran, presidente del Pontificio Consejo, abrió con un discurso el tercer día. Esbozando su propia comprensión del acontecimiento conciliar, Tauran dijo que el Vaticano II se podría denominar “el Concilio de la búsqueda”. Comentando que las dos dimensiones importantes del Vaticano II que han aparecido en los últimos 50 años son lo teológico y lo jerárquico, agregó: “La celebración de un Concilio es una cosa, la aplicación es otra”.
Uno de los oradores que abrieron el evento en la tercera jornada fue el teólogo e historiador jesuita John O’Malley, autor del libro seminal ¿Qué sucedió en el Concilio Vaticano II.
O’Malley dijo que el estribillo típico que el Concilio Vaticano II fue pastoral y por lo tanto no propuso nuevas doctrinas para la Iglesia es inexacto. Dijo que esa perspectiva intenta restar importancia a los decretos del Concilio o considerarlo una versión “light”. El jesuita dijo que más bien fue pastoral a través de su naturaleza doctrinal.
El Vaticano II, dijo O’Malley, ofreció un nuevo modelo de la fusión entre los llamados Concilios pastorales y doctrinales.
“El Vaticano II fue un concilio pastoral por sus enseñanzas, es decir, sus doctrinas”, dijo. “En una palabra, el Vaticano II fue pastoral al ser doctrinal”.
Al cuarto día, Gaillardetz amplió las conclusiones de O’Malley atando la comprensión del Concilio Vaticano II a la doctrina a Francisco.
Gaillardetz, profesor de la Universidad de Boston, dijo que Francisco con valentía “ha colocado nuevamente en primer plano una amplia gama de enseñanzas conciliares”. Entre ellos, dijo el profesor, es una “recontextualización” del papel de la doctrina en la vida de la Iglesia.
“Nuestro primer Papa latinoamericano no tiene miedo de afirmar el lugar necesario de la doctrina en la Iglesia, pero justo la sitúa en el corazón de la vida pastoral de la Iglesia”, dijo Gaillardetz.
Cardenal Tagle nuevo presidente de Cáritas: “La familia y la dignidad humana en el centro del desarrollo”
Así lo ha expuesto en su exhortación, tras ser elegido presidente, con la que concluyó la XX Asamblea General de la organización que contó con la participación de 400 representantes de 165 Cáritas nacionales de todo el mundo.
El recién elegido presidente, ha recordado las palabras del Papa Francisco con motivo del lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la nueva encíclica sobre ecología y medio ambiente. Respecto a los ODS, el mensaje final adoptado por la Asamblea General declara que “ningún objetivo debe considerarse válido a menos que sus beneficios alcancen a todos los grupos sociales”.
El mensaje insta a los gobiernos, según Cáritas, a mirar más allá de sus fronteras y a reconocer el “imperativo moral que es inherente en el cuidado de la creación”. Los delegados de Cáritas han llamado también la atención sobre la difícil situación de los cristianos que sufren persecución religiosa en Siria e Iraq, así como de los migrantes y los refugiados en todo el mundo.
“Instamos a los gobiernos a facilitar refugio y corredores humanitarios, en lugar de levantar vallas, muros o programas de interceptación en el mar”, recoge Cáritas en un comunicado.
Además de la elección del cardenal Tagle nuevo presidente y del austríaco Alexander Bodmann como nuevo tesorero, la Asamblea confirmó al francés Michel Roy como secretario general y aprobó la incorporación de Sudán del Sur como nuevo miembro de la Confederación Cáritas Internationalis.
Por su parte, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, ha instado a los trabajadores de Cáritas, durante su homilía en una de las misas celebrada con motivo de la Asamblea General, a recordar que su “actitud personal y encuentro personal con la persona que está sufriendo” son una parte fundamental a la hora de llevar a cabo la misión de Cáritas.
“Detrás de cada problema social hay personas”, ha señalado, al tiempo que ha invitado a ser consciente de la “dimensión personal de la miseria” y “a mirar con los ojos de Cristo”.
Ha recordado, asimismo, que “Cáritas no existe sin una relación vital con la Iglesia” y ninguna conexión con “patrocinadores internacionales pueden desviar de esta comunión profunda”.
Parolin ha agradecido al cardenal Rodríguez Maradiaga, presidente saliente de Cáritas Internationalis, sus años de servicio. Un agradecimiento que hizo extensivo a los trabajadores de la organización.
Cardenal Tagle, la estrella emergente
Tiene 58 años. Es uno de los cardenales más jóvenes del colegio cardenalicio y, sin embargo, ya es todo un veterano en esas lides. Todo el mundo se hace lenguas de la valía del cardenal Luis Antonio Tagle. Prueba de ello es que su nombre suena para todo. Incluso para papable de garantías.
La próxima parada de su tren hacia la cumbre eclesial pasa por la estación de Cáritas Internationalis. La joya sociocaritativa de la Iglesia se reúne, en Roma, la próxima semana. Cumbre de la solidaridad eclesial. Con cambios en su cúpula. Se retira su presidente, su santo y seña durante años, el cardenal Rodríguez Maradiaga.
El moderador del G9 tiene suficiente con sus tareas de arzobispo de Tegucigalpa y moderador del G9. Y, como tal, uno de los hombres de máxima confianza de Francisco. Uno de sus báculos más cercanos y queridos, junto al cardenal Marx y al “clan argentino”.
Se va Maradiaga y, en Cáritas, quieren buscarle un sucesor de garantías. Otro cardenalazo a su nivel. De un latinoamericano a un filipino. Porque, para ocupar el prestigioso puesto de presidente de Cáritas internationalis, se perfila el cardenal arzobispo de Manila, Luis Antonio Gokim Tagle.
Su candidatura tiene todas las de ganar. Y va a ganar. Cáritas es la institución de la Iglesia con mejor imagen y mayor credibilidad. El buque insignia del catolicismo. La boya salvavidas que, en muchos países (España, entre ellos), mantiene a flote la credibilidad de la institución. En España, en concreto, si no fuera por Cáritas, los misioneros y los curas de barrio y pueblo, a los obispos los llamarían cuervos por las calles. O cosas peores.
En un papado social, como el de Francisco, Cáritas vuelve a colocarse en el centro. Hasta ahora, hablar de los pobres (y, sobre todo, dedicarse a los pobres) era temporalismo. La misión esencial de la Iglesia era llevar a los hombres a Dios a través de la rigidez de la doctrina y de las soflamas del miedo. Hemos pasado, con Francisco, de la doctrina al Evangelio. La opción preferencial por los pobres dejó de ser una herejía. Y la Teología de la Liberación vuelve por sus fueros. Porque, mientras haya pobres, habrá teología de la liberación. Y, por supuesto, mientras la Iglesia lea de verdad el Evangelio como la está haciendo Francisco: “Bienaventurados los pobres…”
Con la Iglesia convertida en hospital de campaña, Cáritas necesita en su puesto de mando un cardenal de Francisco, con nombre y renombre, que haya asumido de verdad el giro eclesial, que sea pobre, venga de un país pobre y viva como los pobres. Que sepa a qué huele la pobreza.
Tagle no es un cardenal príncipe. Vive austeramente y sabe que la pobreza es indigna y aparta de Dios. Al frente de Cáritas, está dispuesto a dar esa batalla, crucial para el papado de Francisco. Crucial para la barca de Pedro. O ganamos credibilidad apostando por los más pobres o hasta las ricos nos mirarán con desprecio, como mira la gente de arriba a los que dicen una cosa y hacen otra. A los que predican y no dan trigo.
Al frente de Cáritas, Tagle recorrerá el mundo entero, palpando las miserias locales, que en cada lugar, en cada país, en cada continente huelen diferente. Y curará heridas y levantará la voz, con el peso mediático que le da su púrpura, para misericordear a los empobrecidos y fustigar, dura y claramente, a los empobrecedores, a los avaros, a los que medran a costa de los demás, al sistema injusto que crea desigualdad y obliga a la gente a no poder cumplir con el deber-derecho sagrado de llevar el pan a casa.
A Tagle le conocerán los pobres (le amarán los pobres), pero también le conocerán los ricos. Y puede que hasta le teman, al menos un poco. Porque Tagle bien podría ser el sucesor de Francisco, el perfecto continuador de su obra, de su reforma, de su primavera. El nuevo Pablo VI después del nuevo Juan XXIII. El Papa venido de Asia, de la nueva frontera del catolicismo.
No tiene prisa en suceder a Francisco. Sólo el decirlo y, más aún, el escribirlo, le parecerá una inconveniencias. Casi una blasfemia. Que el Espíritu deje a Francisco acabar su obra. Cuanto más tiempo dure, mejor. Pero, cuando Dios se lo lleve o cuando él decida retirarse a la habitación de la residencia de ancianos que le está esperando en Baires, la figura de Tagle emergerá con potencia. Con su sonrisa de niño que se deja mecer en manos de Dios. Porque, desde ahora hasta entonces, el cardenal filipino se convertirá, sin lugar a dudas, en el Sucesor.
Otros enlaces de interés:
– El cardenal Tagle, nuevo presidente de Caritas Internationalis
– Cardinal Tagle will be a force in Catholicism for a long time
– Filipino Cardinal Luis Antonio Tagle boosts his profile (again) with charity post
Fuentes:
National Catholic Reporter / Religión Digital