Francisco: ‘No hay que tener miedo de renovar las estructuras de la Iglesia’
3.00 p m| 11 jul 13 (RELIGION DIGITAL/BV).- El Papa Francisco dijo el sábado pasado que “no hay que tener miedo de renovar las estructuras de la Iglesia”, durante su homilía en la misa que ofrece todas las mañanas en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde vive. El Papa inició su sermón explicando que ser cristiano “no significa sólo hacer cosas, sino dejarse renovar por el Espíritu Santo”, y ha destacado que también en la vida de la Iglesia existen estructuras antiguas que hay que renovar sin miedo.
Un discurso que se enmarca en el espíritu de renovación emprendido por Francisco, quien ha nombrado dos comisiones de expertos que se encargarán de estudiar las posibles reformas tanto de la Curia Romana como del Instituto de Obras religiosas, envuelto en algunos escándalos.
“Vino nuevo en odres nuevos”, dijo el Papa, centrando su homilia en la renovación que trae Jesús. “La doctrina de la ley con Jesús se enriquece, se renueva” y “Jesús hace nuevas todas las cosas”. La suya es “una verdadera renovación de la ley, la misma ley, pero más madura, renovada”. Y señaló que “las exigencias de Jesús eran más fuertes, mayores que las de la ley. La ley permite odiar al enemigo, en cambio, Jesús dice que recen por él. Ese es el Reino de Dios que Jesús predica”. Es una renovación que se realiza, ante todo, en nuestros corazones.
“Nosotros pensamos que ser cristiano significa ‘hacer esto o esto otro’, pero no es así. Ser cristiano significa dejarse renovar por Jesús en esta nueva vida. Yo soy un buen cristiano, cada domingo, de 11 a mediodía voy a Misa, y hago esto, y hago lo otro… Como si se tratara de una colección. Pero la vida cristiana no es un collage de cosas. Es una totalidad armónica, armoniosa, ¡y la hace el Espíritu Santo! Lo renueva todo: renueva nuestros corazones, nuestras vidas y nos hace vivir en un estilo diferente, pero en un estilo que llena toda la vida. No se puede ser cristiano por pedazos, a tiempo parcial. ¡El cristiano a tiempo parcial, no va! Esta renovación la hace el Espíritu. Ser cristiano, al final, no significa hacer cosas, sino dejarse renovar por el Espíritu Santo, o usando las palabras de Jesús, convertirse en vino nuevo”.
“La novedad del Evangelio”, añadió después el Papa, “es una novedad, pero en la misma ley que está en la historia de la Salvación. Y esta novedad va más allá de nosotros, nos renueva y renueva las estructuras. Por eso Jesús dice que para el vino nuevo se necesitan odres nuevos. En la vida cristiana, y también en la vida de la Iglesia, hay estructuras antiguas, estructuras caducas: ¡es necesario renovarlas! Y la Iglesia siempre ha estado atenta a esto, a través del diálogo, con las culturas. Siempre se deja renovar de acuerdo con los lugares, los tiempos y las personas. ¡Esto siempre lo ha hecho la Iglesia! Desde el primer momento: recordemos la primera batalla teológica: ¿para convertirse en cristiano se debe hacer todo el proceso judío, o no? ¡No! ¡Dijeron que no! Los gentiles pueden entrar como son: gentiles. Entrar en la Iglesia y recibir el Bautismo. Esta fue una primera renovación, y así, la Iglesia siempre fue adelante, dejando que el Espíritu Santo renovara estas estructuras. ¡No tengan miedo de eso! ¡No tengan miedo a la novedad del Evangelio! ¡No tengan miedo de la novedad que el Espíritu Santo hace en nosotros! ¡No tengan miedo de la renovación de las estructuras!”.
Subrayó también la importancia de “la libertad para elegir odres nuevos para estas novedades” que el Evangelio opera en nosotros, en nuestras vidas, en las estructuras. El cristiano es un hombre libre, con esa libertad que da Jesús, “no es esclavo de hábitos, de estructuras, el Espíritu Santo lo lleva hacia adelante”, agregó.
Finalmente recordó que el día de Pentecostés con los discípulos estaba la Virgen: “Donde está la madre, los niños están a salvo. Pidamos la gracia de no tener miedo a la novedad del Evangelio, de no tener miedo a la renovación que hace el Espíritu Santo, no tener miedo de dejar caer las estructuras obsoletas que nos aprisionan. Si tenemos miedo, sabemos que está con nosotros la Madre y como los niños con un poco de miedo, vamos hacia Ella, quien nos custodia con su manto, con su protección de madre”.