“Está probado científicamente que el hombre fue religioso desde siempre”
Me quedé sorprendido. Muy sorprendido y anonadado. Jamás me hubiese esperado algo así, porque no lo merezco. Y, después, me sentí lleno de alegría.
¿Se acordó, en esos momentos, de alguien en especial?
Sí, pensé en mi familia carnal (sobre todo, en mis padres y hermanos) y en mi familia espiritual. Es un honor personal, pero interpreto que, con él, también se quiere premiar a la Universidad y a mi familia espiritual.
¿Es una mayor responsabilidad para usted?
Lógicamente, a partir de ahora, asumo una enorme responsabilidad. Porque yo sigo escribiendo y, desde ahora, lo que escriba debe estar totalmente conforme con la tradición continua del Concilio Vaticano II.
Pero usted nunca tuvo problemas ‘doctrinales’ con el Vaticano
Nunca. Al contrario, recibí felicitaciones del Santo Padre por mis escritos sobre el ‘homo religiosus’, que se han publicado en diversos países, entre ellos en Italia y en España.
¿Se puede ser cardenal y, al mismo tiempo, un eclesiástico humilde y austero, como acaba de pedir Benedicto XVI?
No sólo se puede, sino que se debe. Es necesario ser humildes y austeros, porque lo recibimos todo de Dios. Por otra parte, no busco la gloria. Si acaso, la gloria de Dios. Como dicen los jesuitas, ‘ad maiorem Dei gloriam’
Ha dedicado su vida al estudio del sentimiento religioso. ¿Realmente, se puede decir que dicho sentimiento es connatural a la persona humana?
Sí, el ‘homo religiosus’ existe desde hace dos millones de años. El hombre fue religioso desde los comienzos. Y eso es algo que está probado científicamente.
¿Está perdiendo Europa ese sentimiento religioso?
Desgraciadamente, así es. Pero yo confío en los jóvenes, que están volviendo a Dios y a la religión. Por eso, a pesar de las actuales circunstancias y de la galopante secularización, estoy seguro de que la fe en Europa jamás desaparecerá.
¿Qué ha aportado el cristianismo de novedoso al universo de las religiones?
Fundamentalmente el concepto de la dignidad de la persona humana y, por lo tanto, su grandeza fundamental. El hombre tiene una nueva dignidad. Cristo nos aporta esa nueva dignidad de personas humanas y de hijos de Dios.
¿Su legado sobre el ‘homo religiosus’ permanecerá?
Me siento humildemente orgulloso de haber descubierto la posibilidad de construir un nuevo campo del saber: la antropología religiosa. Y de haber descubierto que el concepto de homo religiosus es operativo y fundamental para la investigación sobre las religiones y sobre las culturas. Especialmente a través de los símbolos, los mitos y los ritos. La antropología fundamental afronta todo esto y, al hacerlo, nos abre nuevos horizontes sobre el hombre.
¿Sobre qué está escribiendo en estos momentos?
Acabo de terminar un libro sobre la muerte y el más allá.
¿Y cuál es su conclusión general?
He examinado 20 religiones y, en todas ellas, he descubierto que el hombre está preocupado por el más allá.
¿La fe aporta esperanza de cara a ese más allá?
En efecto, los creyentes están dotados de una gran esperanza en el más allá.
¿Ha estado en España?
Estuve en varias ocasiones. La primera, en 1968, y me quedé maravillado por la religiosidad de los españoles. Imagino que, como en el resto de Europa, también la religiosidad ha cambiado en España. Pero lo último que vi de España me volvió a maravillar. Me refiero a la Jornada Mundial de la Juventud, que, a mi juicio, fue uno de los grandes signos de los tiempos. Por eso, estoy muy contento de saber que la fe católica sigue siendo fuerte en España. Al menos más fuerte que en el resto de Europa. España e Italia son los dos países más cristianos de Europa.
Imagen: Julien Ries