Retos comunes para católicos y a los ortodoxos
Comentando ese argumento, el Papa escribe: “En el transcurso de los siglos la Iglesia no ha cesado jamás de proclamar el misterio salvífico de la muerte y resurrección de Jesucristo, pero ese anuncio necesita hoy un vigor renovado en muchas de las regiones que acogieron por primera vez la luz y que experimentan los efectos de una secularización capaz de empobrecer al ser humano en su dimensión más profunda”.
“En el mundo contemporáneo asistimos en realidad a fenómenos contradictorios: por una parte se registra una distracción difusa o también insensibilidad frente a la trascendencia; por otra, hay numerosas señales que atestiguan que en el corazón de muchos sigue existiendo una nostalgia profunda de Dios que se manifiesta de diversas formas y hace que numerosos hombres y mujeres adopten una actitud de búsqueda sincera”.
El Papa subraya que los escenarios culturales, sociales y económicos actuales “plantean los mismos retos a los católicos y a los ortodoxos”, añadiendo que “la reflexión que se llevará (llevó) a cabo durante el simposio tendrá, por tanto, una repercusión ecuménica notable (…) El conocimiento recíproco de nuestras tradiciones y la amistad sincera representan, ya de por sí, una contribución a la causa de la unidad de los cristianos”.
Por último Benedicto XVI, recordando que la sede del simposio, Tesalónica, está ligada indisolublemente a la predicación del Apóstol de las Gentes, expresa el deseo de que los evangelizadores del mundo contemporáneo compartan la misma entrega apostólica de San Pablo.
Imagen: (AP photo) Benedicto XVI.