Por qué en Japón el cristianismo es ‘extranjero’

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11.00 a m| ROMA, 07 set. 10 (CHIESA/BV).- En Buena Voz ya hemos visto los problemas que tiene el cristianismo para ingresar a un Japón, que muestra abierto rechazo a un Dios personal. A continuación reproducimos aspectos que caracterizan la religiosidad japonesa filosóficamente distinta al cristianismo, explicados por el embajador del Sol Naciente ante la Santa Sede, Kagefumi Ueno, quién se autodefine como “pensador cultural” de orientación budista-sintoísta.

Creo que hay hasta tres elementos que separan a la religiosidad japonesa del cristianismo. Las tres palabras clave son “sí”, “naturaleza” y “absolutización”:

1.- Sobre el concepto de “sí” hay una muy nítida distinción entre la visión budista-sintoísta y la monoteísta occidental.
2. -Al concebir la naturaleza el oriente y el occidente difieren sustancialmente. Mientras los japoneses ven la naturaleza como divina, los cristianos no comparten la misma reverencia.
3.- En cuanto a los juicios de valor, por su mentalidad religiosa los japoneses en general tienen una propensión mucho menor que los occidentales a absolutizarlos.

DISOLVER EL “SER”

Para decirlo con palabras simples, los budistas-sintoístas creen que, con el fin de alcanzar la verdadera libertad espiritual, ellos deben “expulsar” todo “karma” (deseo), “ego”, “interés”, “esperanza” y también a “sí mismo”. Aquí el término “expulsar” es sinónimo de abandonar, renunciar, disolver, vaciar, anular, reducir a nada. En otras palabras, el estado final de la mente, la genuina libertad de pensamiento, o la realidad última pueden ser obtenidas sólo después de haberse expulsado a sí mismo o luego de haber disuelto la propia identidad. Uno mismo y la identidad deben ser absorbidos en la Madre Naturaleza o universo.

En cambio, las religiones monoteístas parecen estar basadas sobre la asunción de que los seres humanos son “miniaturas” del divino. El vaciarse del propio ser es considerado inmoral o pecaminoso.

VENERAR A LA MADRE NATURALEZA

Segundo elemento diferente: la naturaleza. Para los occidentales, la divinidad está en el Creador en vez que en la naturaleza, la cual es producida por él. Al contrario, para los budistas-sintoístas la divinidad está en la misma naturaleza, desde el momento que se carece del todo de la idea de un Creador que haya creado el universo de la nada. La naturaleza ha sido generada por sí mismo, no por una fuerza extranatural. Lo divino impregna la naturaleza. Y por lo tanto impregna también los seres humanos.

La divinidad de la Madre Naturaleza abraza cada cosa: hombres, árboles, hierbas, rocas, fuentes y así sucesivamente. Para los budistas-sintoístas la realidad suprema no existe más allá de la naturaleza. Para los japoneses, los hombres y la naturaleza son una sola realidad inseparable.

NO ABSOLUTIZAR LOS VALORES

Tercer elemento diferente: la absolutización de los valores. A causa de la descrita mentalidad religiosa budista-sintoísta, a los japoneses no les gusta ligarse a “valores absolutizados”. No creen que haya una justicia absoluta o un mal absoluto. Dicen más bien que cada ser es, en sustancia, “relativo”.

Para ellos todo valor – quiero decir, cada valor positivo – es válido hasta que se enfrenta con otros valores. Cuando el enfrentamiento entre valores ocurre, ellos creen que ningún valor particular debe ser absolutizado a costa de otros. Simplemente porque, en el sentido más profundo de su filosofía, no hay nada absoluto en el universo. Existe sólo lo efímero, lo no permanente.

UN CRISTIANISMO “EXTRANJERO”

A estas alturas se puede entender por qué, a causa de la mentalidad religiosa japonesa que se diferencia del cristianismo en el sentido antes explicado, también hoy muchos japoneses encuentran al cristianismo en algún sentido extranjero (o de Occidente).

Y también se puede entender por qué la cantidad de cristianos en Japón sigue estando siempre por debajo del 1 por ciento y la de los católicos por debajo del 0,5 por ciento.

Ello no significa que los japoneses rechacen aceptar el cristianismo en todo. Muchos de ellos sienten simpatía por esta fe y sus enseñanzas, pero no al 100 por ciento, sino al 70-80 por ciento. El restante 20-30 por ciento es atribuible a la diferencia de fondo
, básicamente cultural y filosófica, entre las dos realidades.

A causa de esta diferencia, a los japoneses el cristianismo les parece como “perteneciente a otros”, no a ellos.

Imagen: La Virgen María y el niño Jesús representados en estilo japonés

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Buena Voz

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Un pensamiento en “Por qué en Japón el cristianismo es ‘extranjero’

  • 8 septiembre, 2010 al 1:03 am
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    hola!
    bueno spy peruano y vivio en japón, y sobre el artículo tengo un punto de vista algo diferente.

    leyendo este artuclo da la impresion que el japones es una persona muy espiritual, que conserva el arte del bonsai y que de cuando en cuando dice una frace "algo filosofica" (por siaca soy mis abuelos son japoneses eh…)

    en el japon actual se tiene los mismo defectos que se tiene en una sociedad desarrollada ocmo la europea… para muchos japoneses solo (okane (el dinero) es kamisama (dios)), los jovenes son iguales a los k se encuentra en eurpoa usa o canada,
    ….

    no kiero alargar el comentario…
    pero sobre k el Cristianismo es extrangero. he podido ver que a los japoneses les gusta las igleas de tipo occidental ya que muchas veces tenendo la opcion de "ajaponesarlas" las prefieren muy italianas….
    bueno otra cosa es el caso de nosotros, migrantes Católicos, Peruanos y brasileros.

    a nuvel religios la situacion es mala, hay una division marcada entre catolicos japones y migrantes obreros latinos, algo no "cuaja" y el crecimiento de las iglesia pentecostales brasileras es exponencial.

    bueno para no alargarlo…..

    la situacion de la Iglesia en Japón es muy compleja, y creo k la nota es muy superficial.

    bueno sigan con las buenas noticias eh…
    gracias por el blog.

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