CONSEJOS DE SANCHO PANZA A DON QUIJOTE PARA GOBERNAR
En una parte de su monumental y eterna obra “Don Quijote de la Mancha”, Miguel de Cervantes relata la escena en que Don Quijote le da unos consejos a Sancho Panza en el arte de la gobernanza. Viendo la realidad nacional, pensé: ¿por qué no sucede lo contrario? ¿puede Sancho darle esos mismos consejos a nuestro don Quijote? Y por Sancho ciertamente no me refiero a ningún Sánchez sino al pueblo peruano, que no entendemos mucho los idealismos de nuestro Presidente, y que como el obeso escudero sólo queremos disuadirlo que no se meta en complicaciones.
Empezaríamos recordándole sus propias palabras: “Los oficios y grandes cargos no son otra cosa que un golfo profundo de confusiones”. Aquí algunos de sus consejos:
“Primero has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría”.
Esta frase refiere a evitar caer en la soberbia de muchos gobernantes y funcionarios de creerse la última coca-cola del desierto, y que no hay nada por encima de su parecer u opinión. Temer a Dios es tener la sabiduría de tomar decisiones oportunas contrastando varios pareceres y escuchando a su pueblo. Vox populi, vox Dei.
“Procura conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse”.
El Presidente debe reconocer sus limitaciones, y darse cuenta que la percepción que tienen los demás de uno también da lugar a cierto tipo de decisiones ajenas. Verlo alejado de la realidad, encerrado en su palacio, sin contacto con sus gobernados, da impresión de lejanía. Asimismo, verlo cambiar de decisiones, dejar pasar los acontecimientos, no posicionarse firme frente a las tropelías del otro poder, da impresión de debilidad. Finalmente, debe ser consciente que hay interesados en fulminar su gestión para “bajarse” a su candidato presidencial. Y no hay nada peor que lejanía, debilidad e ingenuidad juntas en un gobernante. Ojalá no sea el caso.
“Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, y procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre”.
Los acontecimientos de la semana pasada en Ica han permitido ver la inacción del Ejecutivo. Han sido muchos días de indecisión, y la televisión ha permitido ver muchas mujeres y niños afectados por las protestas. Los agroexportadores sólo vieron sus propios intereses y no los de sus trabajadores, así digan que son trabajadores de los services. También hubo excesos de vándalos y de atizadores políticos. Una nueva ley de promoción agraria debe ser inmediatamente aprobada.
“Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva sino con el de la misericordia”.
La pandemia ha afectado a muchos hogares y a muchas personas. Miles de familias no cuentan con ingresos. Esa es la acuciante realidad concreta. La misericordia se entiende aquí como la celeridad para traer la vacuna, permitir la reactivación económica con todas las medidas de bioseguridad, y ofrecerle liquidez a los bolsillos de los humildes. Detrás del interés de los pensionistas por la ley de devolución de fondos de la ONP está esa necesidad. No es vano ver soluciones adecuadas.
“Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros”.
Se hizo famosa su entrevista con cuatro conocidas periodistas de televisión. Lo que además todos vimos es lo que estaba detrás de sus sonrisas y sus trajes: el poder omnímodo de los medios de comunicación y su descarado afán de ser la intermediación única entre el poder máximo y la población. “Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios” dice el artículo 61 de nuestra Constitución. No lo olvide Señor Presidente.
“Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio sin la añadidura de las malas razones”.
La Policía Nacional requiere una profunda reforma integral para fortalecerla como institución, pero ese objetivo ni debe evitar el castigo a los responsables individuales de la represión del 14-N, ni debe encubrir la sanción a los policías corruptos. Sancionar a los culpables de delitos sin satanizar la institución.
Y concluiremos con las últimas palabras del propio caballero de la esbelta figura: “Si sigue estas reglas Señor Presidente, su fama será eterna, sus premios colmados, su felicidad indecible y vivirá en paz y beneplácito de las gentes”.