Hace unos días, en medio de una conversación, escuché a alguien decir: “Lo que más extraño de estar con ella era el lenguaje privado que teníamos, el poder comunicarnos de una forma tan personal que incluso una palabra decía mucho más que solo una idea, que había una conexión distinta con otras personas. Mis amigos me mandan todo el día pelotudeces por el WhatsApp, pero las pelotudeces que intercambiaba con ella hablaban de nosotros mismos. Eso es lo que más extraño”.
Me fui a casa pensando en eso.
Entonces ordené algunas ideas.