por Raquel Alegría
Uno de los mayores atractivos de cualquier pueblo es su tradición oral. Es un importante patrimonio que busca mantenerse en el tiempo para poder ir explicando el sentido de las cosas, los conocimietos y seguir fascinando a más gente.
Durante mi viaje recolecté relatos, historias y conocimientos diversos. Dada la naturaleza de la oralidad, esta recolección se fue dando de manera un poco desordenada y casual, como se verá en este texto, pues es mi propósito transmitirlos como me fueron contados día a día.
Muchas de las narraciones que recopilé en Acola y en San Juan son las mismas, dada la cercanía. Por eso en este artículo entremezclo lo que me ha sido contado tanto en Acola como en San Juan.
Cataratas y piedras con cruces
Uno de los primeros días fuimos de visita a Acola, ni bien ingresamos al pueblo encontramos a una señora y su hijo. Al saludarlos fuimos alegremente correspondidos y se entabló una bonita conversación. Le mencione a la señora mi interés por las narraciones y las historias del lugar. Me comento primero sobre las piedras con cruces en la caída de agua de la entrada de Acola. A la vista saltan grandes rocas con cruces azules y blancas pintadas donde se hallan inscritos nombres. Nos contó que cada cruz se pintaba a la muerte de algún comunero, solo así se aceptaba que había sido comunero con todas las responsabilidades y derechos. También cuando un comunero fallece se tocan 3 campanadas si es mujer y si es hombre, así todo el pueblo puede enterarse, brindar el respeto debido y asistir a las excequias.
Las cruces de esa forma pintadas decoran los alrededores de la catarata y los grandes matorrales de flores, hacen de la entrada de Acola un lugar muy pintoresco.
Ajuar de novias
Nos conto también algunas costumbres tradicionales que ahora ya no se practican, como es el del matrimonio. Antes eran los padres quienes acordaban el matrimonio aun cuando los “novios” eran bebes o niños. Al llegar estos a edad casadera, los juntaban en un cuarto con engaños o a la fuerza. Dentro del cuarto se arreglaba una cama con sábanas blancas y así se podía comprobar si se había consumado la unión o no. También nos conto de la tradición de tejer el ajuar de novia para la boda, algo que ahora no se realiza necesariamente.
Cuevas de los jintiles
Al vernos interesados, se ofreció conducirnos a las cuevas de los jintiles. Que son unas formaciones rocosas hechas por los jintiles. Estos jintiles existieron antes de que existiera los pobladores de Acola,
y eran indígenas malos, indígenas “salvajes” del monte. Como castigo se les envió una lluvia de candela que duró mucho tiempo, por eso cavaron cuevas y se ocultaron. Como no tenían comida, comenzaron a comerse entre ellos, y dormían con sus padres y hermanos, pero de todos modos fueron desapareciendo dejando solo como prueba de su existencia las cuevas que quedan subiendo por un caminito a 20 minutos de Acola.
La laguna de Tinqijocha
Si se sigue por el camino hacia arriba, en varias horas, se puede llegar a la laguna de Tinqijocha. Nos cuenta que el paisaje es hermoso, que hay varios bosquesillos de locuchos, una planta con frutos rojos pequeñitos. Esa laguna tiene una leyenda, se dice que a la medianoche salía un caballo de oro, y la gente comentaba acerca de eso. Un niño escucho a sus padres hablando de eso, la curiosidad fue grande y a medianoche el niño se dirigió a la laguna. Al ver el caballo de oro se quedo extasiado, el caballo lo atraía, el niño fue hacia el, se subió y de pronto el caballo empezó a hundirse de nuevo ahogando con él al niño. Se dice que desde ahí el caballo de oro sale montado por un niño también de oro.
Las campanas de San Juan
Ese día habían tocado las campanas 3 veces en San Juan, la señora estaba preocupada porque su tía estaba enferma y tenía miedo de que ella fuera la fallecida. Dado este tema, nos dijo que las costumbres en los entierros son también bien interesantes
Historias de las jarjachas
Existen a su vez pequeñas historias que todos los pobladores saben. Así la señora nos contó historias de la jarjacha. Cuando una persona duerme con algún familiar suyo en las noches se aparece como jarjacha poseyendo a algún animal y atacando a la gente que ande de noche, o simplemente haciendo bulla y asustando. Muchos niños y adultos nos han afirmado haber visto o enfrentado una jarjacha. Otra historia es la de Jatunpampa, que es un lugar en el camino de San Juan a Acola que de noche o a medianoche (varían las versiones) se cierra dejando el paso bloqueado para los que quieran pasar, algunos dicen que aparece un ataúd, pero muchos dicen que hay que tener cuidado porque le gusta engañar y desviarte del camino.
Chintulla y Santa Bárbara
Desde Acola se observan los cerros Chintulla y Santa Bárbara, el primero es un cerro hembra y el segundo es un cerro macho. Estos cerros son celosos, no les gusta que le hagan pago al otro, y entre ellos se insultan. Chintulla le dice a Santa Bárbara, saqsasiki, y éste le contesta diciéndole tiqtiruntu.
Medicina tradicional
Nos contaba todas estas historias en el recorrido que hicimos para ver las cuevas de los jintiles. Desde hace rato me podía haber dado cuenta que su mano estaba vendada, le pregunte que le había pasado y me contó, me contó también qué había hecho para curarla. Había puesto a remojar trigo en alcohol, y se lo había puesto con ortiga, sal y sojonpuru (otra yerba). Me dijo que con esa manera de vendar y curar los golpes los dolores se iban rápido junto con la hinchazón. Luego tendrá que comer caputo, chicle serrano, haba tostada que es un buen fortalecedor de huesos.
La pishja
Dejamos a la señora para ir a una tienda a comprar agua y cosas para el almuerzo, ahí conocimos a otra señora que nos contó otras cosas. Una de ella era sobre la Pishja que se realiza como parte de la ceremonia de entierro. Se lavan las ropas del difunto y le lavan la cabeza con tierra, para que su espíritu vaya donde tenga que ir. Nos contó también que ella había visto una jarjacha, a las 4 de la mañana en los portones de ingreso a San Juan, la jarjacha tenia forma de burro y sus pasos sonaban como si tuviera latas colgadas haciendo “Chalaj, chalaj”, y que desde ahí tuvo dolor de cabeza por un mes.
La Chamizada
Durante nuestra estancia se realizó la Chamizada, y se vio más gente en el pueblo de San Juan. El colegio primario había organizado la fiesta con danzas típicas, comida, bebida y las respectivas ceremonias litúrgicas. Luego de que hicieran el recorrido por la plaza los negritos acompañados de los cantos y rezos a la Mamacha del Rosario, nos dirigimos al colegio donde en la puerta terminarían las danzas y los músicos tradicionales de celebrar. Nos invitaron un quemadito caliente, que es una mezcla de yerba, azúcar y cañazo con agua caliente. Junto a mi estaba parado un señor con el que me puse a conversar. Me contaba que la fiesta antes había sido mucho más pomposa, llegaba gente de Puquio, de Uteq y de Acola, venía un párroco, las calles se llenaban y habían comparsas. Pero que luego que los patrones se fueran, primero por la Reforma Agraria y luego por las incursiones de Sendero Luminoso, muchos más migraron, el comercio mermó, sumado el hecho de que las autoridades del esos años no había hecho nada con el dinero obtenido de la mina, las fiestas también habían perdido mucho de su atractivo. Otro señor adulto mayor comunero de San Juan luego me diría que con Sendero Luminoso los que “pagaron pato” fueron las autoridades y los propietarios. La pequeña fiesta fue bonita, la música ni que decir y por último la chicha de maíz fue lo necesario para el frío de la noche. El señor recordaba el año 1962 donde las familias ricas y los hacendados pasaron a cargo, dice que ese año para la fiesta de la Mamacha Rosario si llego gente y fue una gran fiesta.
Familias del San Juan de antaño
Esa misma noche fui a la tienda para comprar algo seguramente, y me puse a conversar con los dueños de la tienda. Me contaron un poco sobre cómo había sido San Juan antes. En San Juan vivían familias ricas, habían 7 grandes familias: Pacheco, De la Torre, Arrangoitia, Benavides, Calle, Adriñana y Peñafiel. Familias de las cuales se cuenta poseían grandes cantidades de oro y plata. Sus casas eran grandes y adornadas, San Juan era un pueblo próspero y tuvo 50 años siendo capital de provincia. La fama de riqueza en San Juan era tan grande que venían bandidos a saquearla, una vez los dueños para evitar que se hagan con sus pertenencias llenaron un cuero de toro con oro y playa y lo tiraron al río Chinchijocha; desde ahí se cuenta que se puede ver un toro barroso durmiendo a las orillas del río pero luego se mete de nuevo. Durante esas décadas hubo personajes que lucharon por los derechos de los campesinos y del pueblo. Una de ella es la Sra. Nemesia Bediniana.
El señor dueño de la tienda es comunero de Acola casado con una San Juanina y me comentaba también acerca del conocido Pantacha, cuyo verdadero apellido era Pantaleón. Este personaje es conocido por su valentía y osadía, y porque también mostro preocupación por la independencia de Acola y sus problemas.
Historia de Acola
En esos días conocí también a un señor ya adulto mayor comunero de Acola. Ya varios me habían comentado que dicho señor sabía bastante sobre la historia de su pueblo. Me dijeron también donde vivía, y en la noche, junto con una amiga, fui a buscarlo. El y su esposa fueron muy atentos y amables. Nos empezó a narrar sobre Acola. Acola se conformó en un pueblo porque fue el lavadero de oro de la mina. La mina que se encontraba más abajo en el valle, en Uteq. Un comunero acolino me contó que primero la mina en Uteq era manejada por una familia de ecuatorianos, Los Peñafiel, luego una de sus primeras administradoras fue el Consorcio Minera Boza, La compañía, hasta que entró en Banco Minero. El mineral se transportaba a caballo hasta Viseca para llevarlo a Marcona y coincidir con el barco que llegaba del Callao. En Viseca anteriormente era el único estanco de sal y se encontraban las únicas tiendas. Los llamichos traían la sal de la puna, de las piedras, y la cambiaban por productos.
Acola, poseía buena cantidad de agua. Sin embargo, nos contó un comunero de Acola, ésta agua que bajaba del puquio fue desviada por los patrones de esa época hacia el pueblo de Puquio, inicialmente a manera de préstamo para que luego se la apropiaran. El agua ha debido ser desviada de del cerro hacia la otra quebrada, y es por eso que algunos dicen que es que porque la gente no agradecía lo debido al cerro y este en castigo impidió el paso de agua hacia Acola.
Como mencioné antes, las fiestas de San Juan era bien reconocidas y acudía gente desde Puquio. Antes las fiestas se hacían solo en San Juan, hasta que los líderes y la gente de Acola decidieron buscar su independencia como comunidad anexo. Para eso se necesitó un gestor y este fue Cesareo Galindo padre. Se necesito también hacer un plano del pueblo y que se negocie con el Ministerio de Asuntos Indígenas. Desde 1950 hasta 1955 fue el trámite. Esta reivindicación tenía como finalidad que se les otorgara tierras para el ganado y agua a la comunidad, además con la facilidad de poder tratar directamente con el ministerio. Otra versión de la historia de la independencia de Acola la contaron durante la Asamblea a la que fui. Fueron 4 hombres libres que decidieron hacer algo, Felipe Maywa y Maxi Rojas, ellos fueron los 2 primeros gestores y su reclamo fue por 2 años. Gracias a lo ya avanzado por Maywa y Rojas, Susano Galindo y Marcelino Gallegos pudieron apurar más el trámite, y junto con Samuel Jáuregui, entre 1953 y 1957 se logró el reconocimiento debido como comunidad. Y me explicó, a su vez, que la razón por la que en la actualidad hay pocos comuneros es que durante la época de terrorismo muchos propietarios se fueron por la presión de las “cuotas” y la violencia. Los terroristas mataban abigeos y ladrones, pero de pronto exageraron con sus desconfianzas y la violencia creció.
El Pongo, Jochapata y Jatunrumi
El Pongo, se conoce como un lugar donde se pierden animales, se necesita hacer un rezo al cerro y pedirle que indique por donde es que el ganado se perdió. Cada cerro tiene su nombre y se le pueden pedir favores, pero se le debe tener en cuenta porque sino el castigo viene con la perdida de animales o la disminución de agua. Los cerros que rodean los pueblos son bastante imponentes y forman un muy bellos paisaje. Frente a Acola se encuentra un cerro bastante empinado donde se aprecia a lo lejos un pueblo, es el pueblo de Jochapata, ahí se encuentran muy buenos artesanos, tejedoras más que nada; el acceso es muy difícil pero se dice que ahí hay bastante riqueza y que muchos son buenos ganaderos. También en Acola se encuentra, como dije, el camino hacia Uteq, este camino está lleno de piedras de todos los tamaños, sin embargo al comienzo del camino hay una piedra inmensa llamada Jatunrumi, y se dice que ahí a José María Arguedas le gustaba subirse.
La carretera
Me estuvo conversando también sobre la carretera que uniría la costa con Ayacucho, Puquio y San Juan que el presidente de entonces, Leguía, había prometido, pero que solo se haría si los mismos campesinos trabajaban para construirla. Entonces se les imponía 15 días de trabajo sin los cuales no podían obtener un tiquet, y sin este tiquet no podían usar el camino de la carretera. En tramo de la carretera iba desde Nazca hasta los cerros de Paticorral o Toro muerto. Muchos hombres no tenían la posibilidad de llevar comida para los 15 días, por eso se daba mucho la matanza de ganado que encontraban por ahí, los dueños tenían que dar su ganado nomás sino la gente se moría de hambre.
El Santísimo Sacramento
Gracias a las entrevistas de una amiga pude recopilar también otra historia. Una de los orgullos de San Juan es El Santísimo Sacramento o la custodia del Santísimo Sacramento como le dicen en el pueblo es orgullo de San Juan de Lucanas, ya que está hecho de oro macizo y representa la grandeza del pueblo de San Juan. La historia de su creación se remonta a la época colonial, probablemente fue hecha en Cuzco o en Quito. Según dicen, el trabajo fue realizado por un joven artesano que osó involucrarse con una de las grandes señoras de su localidad. Siendo descubiertos, el joven fue apresado.
El “afectado” esposo se encargó de que las directivas que se supone llegarían de España indicando cuál sería la sanción para el joven, nunca llegaran. Por lo que se llegó a la decisión de que debería ser condenado a muerte.
Tiempo después de su creación, el Santísimo Sacramento llegó a parar a la iglesia de San Juan de Lucanas, antigua capital de la provincia, la cual solía ser hogar de los grandes señores.
Respecto a los acontecimientos sucedidos alrededor de la custodia del Santísimo Sacramento, se cuenta que este ha sido salvado muchas veces de su total desaparición, tanto por saqueos como por accidentes.
En primer lugar están los dos incendios que asolaron la iglesia que hasta hoy lo alberga, el más reciente ocurrido hace aproximadamente 100 años se encuentra más presente en la memoria local. Según se cuenta, este ocurrió durante la celebración de una festividad, cuando todos los habitantes habían acudido a la parte alta del pueblo, con la intensión de realizar un pago, divisaron desde esta posición, las llamas que consumían a la iglesia, la magnitud de este incendio fue tal que se dice que la plata fundida de las reliquias fluía como un rio a través de la puerta principal de la iglesia. Los pobladores una vez llegados al pueblo, se encargaron de hacer un hoyo en la parte posterior para extraer el Santísimo Sacramento, el cual se encontraba enrojecido por las llamas.
En cuanto a los intentos de saqueo, se dice que en las épocas de la Guerra con Chile, siendo ampliamente conocida la grandeza del pueblo de San Juan y el gran número de riquezas que este albergaba, los soldados chilenos intentaron hacer una excursión en busca del Santísimo Sacramento. Estando advertidos los pobladores de San Juan se organizaron de tal manera que cuando los soldados empezaron a recorrer el camino que hoy en día conecta a la hacienda Viseca con el pueblo de Utec, los pobladores les empezaron a echar piedras desde la parte superior y de esta manera se evitó su entrada.
Un segundo intento de saqueo, aunque sí fue concretado, tuvo lugar en la época del terrorismo (80`s). Una de las piezas que conforman en Santísimo Sacramento, fue extraído de la iglesia por los terroristas. Sin embargo, contra todo pronóstico, y más allá de cualquier esperanza que tuvieran los pobladores de San Juan que ya la consideraban totalmente perdida, la pieza fue devuelta dos días después del robo: abandonada una madrugada en la puerta de la iglesia, de tal manera que llegada la mañana los sanjuaninos se vieron sorprendidos con la imagen de la pieza recuperada.
Teniendo en cuenta estas experiencias, la ubicación del Santísimo Sacramento a lo largo del año es guardada en secreto. Quienes se encargan de resguardarlo son elegidos cada año, durante la fiesta de la localidad en el mes de Agosto y es durante esta festividad, la única oportunidad que se tiene en el año de poderlo ver en vivo.
Sirenas del Río Azul o Río San José
Otro día estaba caminando por las afueras de San Juan con una amiga, y vimos a una pastora con sus ovejas. La saludamos y conversamos, pero poco pues estaba ocupada. Le dijimos que si podíamos verla más tarde y ella nos contestó que sí. Ella era una chica de bien joven, que cuidaba las ovejas de su familia y algunas suyas. Fue muy divertido hablar con ella, y que nos cuente lo que hace, lo que quiere y cómo piensa. Nos conto también algunas historias que sabía desde niña. Así nos enteramos de hay un río que la llaman Río Azul o Río San José, a las afuera de San Juan, en el que aparecen sirenas al mediodía. Le contó su papá que él mismo vio una, era una chica que tocaba un arpita sobre una piedra resbalosa, es una imagen bonita, pero hay que tener cuidado, nos dice, porque cuando uno se acerca o se queda mucho tiempo mirando aparecen perros rabiosos o gallinas enloquecidas.
Cochapata
Nos contó también que hay un pueblo que se llama Cochapata, es un pueblo de puras mujeres. Se dice que los hombres no pueden vivir ahí porque se enferman y no sobreviven, además se cuenta que ahí hay bastante oro pero que no se deja sacar.
El Zorro, el cuy y el jardinero
Mientras conversábamos, recordó un cuento que su papa le contaba de niña. Es el cuento del Zorro, el cuy y el jardinero. Un jardinero tenía su chacra de alfalfa y zanahorias, pero el cuy siempre se metía y comía sus productos. El jardinero molesto hace una trampa de brea, entonces cuando escucha que algo había caído en la trampa, sale y grita “Oye negro vas a salir o te pego” y como el cuy no salía, se fue a buscar un chambrin de 3 puntas. De pronto un zorro llega y le pregunta al cuy que qué hace ahí. El cuy le responde que está en la trampa porque se va a casar con la hija del jardinero. Y le dice que se pare ahí para que sea él el que se case con la hija. El zorro accede contento y se pone en la trampa. Llega el jardinero con el chambrin, lo ve y lo comienza a pegar. El zorro le cuenta lo que le fue contado a él, pero de todos modos el jardinero lo pega. El zorro adolorido va a buscar al cuy para vengarse y lo encuentra tranquilo tomando agua de un río. Le dice “Ey compadre, ¡me has mentido!”, el cuy le responde “¿el jardinero no te ha dado su hija?”, pero el cuy sabía que no tenia escapatoria, que el zorro lo iba a comer. Pero le dice primero que hay que tomar bastante agua porque había escuchado que el agua se terminaría. El zorro se pone a tomar agua, y tanta agua toma por desesperación que se revienta y muere. Fin.
Adivinanzas
Lo más divertido fueron las adivinanzas que nos dijo:
Espera acá nomas que voy a darme la vuelta, ¿qué es? La correa.
Bájate la falda amarilla para que te coma, ¿qué es? El plátano.
Todos los días va por la carne pero no engorda, ¿qué es? El cuchillo.
Pelos con pelos se juntan de noche, ¿qué es? Las pestañas.
El camino a Maucallacta
Ya el último día, nos habían ofrecido llevarnos a las ruinas de Maucallaqta. La profesora, un amigo y yo no tardamos en aceptar la propuesta y salimos al mediodía para allá. Caminamos casi 1 hora por un camino lleno de plantas, piedras y flores, hasta llegar a una colina llena de espinas donde se escondía este antiguo pueblo. En el camino nos cruzamos con una roca gigante, y nuestro guía nos conto que esa roca se llama Jallanrumi, que significa “Piedra que llama”, pues desde ahí se hacían señales o se gritaba para avisar algo al pueblo de San Juan. En esas ruinas se dice que vivieron los antiguos de Lucanas y San Juan, por eso se llama “mauca”, “Viejo”, y llaqta, “pueblo”. Es el pueblo de los viejos o lo antiguos. Es un lugar bien alto y se puede observar todo el valle desde ahí.
El viaje llegó a su fin, las historias también, pero el conocimiento de ellas no.
Es justamente su conocimiento al mantenerse vivo en el pueblo y sus habitantes el que mantiene vivo los lugares. Lugares específicos adquieren importancia si es que lo que aconteció en él se hace narración. La fuerza de la narración, el modo en que se elija contarlo y la relación que tenga con las demás historias harán de dicho lugar mucho más atractivo. Los visitantes visitan solo lugares, sino lo que se dice de ellos. Esto da significado a sus visitas y a lo que ellos mismos contarán al llegar a casa. Y tanto en San Juan como en Acola hay gente que le gusta contarlas, de manera que no se te olvidan. A manera de anécdota tan solo les digo que todos estos relatos recopilados en este texto han salido de mis recuerdos al tener un percance con mi grabadora.