“ En el campo se sentía el olor de las flores maduras. El camino estaba oculto entre los montos de retama, k´antu, tantar…El pecho de los mak´tas respiraba allí fuerte y sano; sus ojos miraban con la misma alegría al cielo y a la tierra. No era la fiesta de Mamacha Candelaria. ¡Mentira! Era la fiesta de los sembríos en flor, de los falderíos cubiertos de pasto jugoso, del corazón “endio” regocijado sobre la tierra madre”.
En esta parte Arguedas pone de manifiesto la fusión de la religión católica con las creencias pre-coloniales. Es Así que la fiesta de la virgen de la Candelaria no es la fiesta que se cree si no es un culto a la tierra camuflado bajo esta figura católica. Acá se nos muestra cómo es que las poblaciones de los andes continúan teniendo muchos elementos religiosos no-católicos que se presentan como tales.