FRECUENCIA DE DUPLICACIÓN DE CONTAGIOS: ¿POR QUÉ NOS IRÍA TAN MAL CON EL CORONAVIRUS?

El pasado 17 de abril varios internautas de Huancavelica denunciaron que cerca de 50 migrantes llegaron desde Lima y se negaron a cumplir la cuarentena. Previamente el gobierno había accedido a llevarlos de regreso y una vez allá, según el protocolo del Ministerio de Salud, debieron subirlos a las camionetas que los llevarían a los lugares de aislamiento. Sin embargo, una vez que llegaron a Huancavelica, aprovecharon la oscuridad y huyeron. En ese momento había 16 personas diagnosticadas en todo el departamento y el ritmo al cual estaba aumentando el número de contagiados se duplicaba cada 7 días, casi al mismo ritmo que el resto del país. Apenas una semana después el ritmo al cual se incrementaban los contagios en Huancavelica se empezó a disparar. Y en la subsiguiente semana, a fines de abril, el número de contagiados ya se duplicaba cada 4 días.

El 30 de abril ocurrió un nuevo incidente: 43 de los migrantes que se encontraban aislados en albergues en Huancavelica se escaparon, 14 de ellos diagnosticados como infectados. Esto tipo de eventos ayudaría a explicar por qué la frecuencia de contagio en ese departamento se mantiene tan alta respecto del promedio nacional. Lamentablemente en los siguientes días los pobladores de otros departamentos siguieron el (mal) ejemplo de Huancavelica, e incluso empezaron a irse a pie por las carreteras. De continuar la tendencia, las consecuencias serían desastrosas, pues, los destinos de dichos caminantes están en los pueblos y caseríos más pobres del país donde no existe ningún servicio de salud adecuado, ni público ni privado. Empero, eso no significa que el resto del país esté mejor.

Cuando se analiza la evolución de la frecuencia de duplicación de contagios en otros países, fuera de Europa y Asia en donde no se sabe con certeza en qué momento empezaron realmente los contagios, si a fines de enero o incluso en diciembre, el comportamiento es bastante similar al observado en los departamentos del interior del Perú: en los primeros días la frecuencia de contagio progresivamente se duplica cada 1 a 4 días y en la semana posterior a la que se toman las medidas de inmovilización la frecuencia cae a entre 5 y 7 días, como ocurrió a fines de marzo con Chile, Argentina y Colombia. No obstante, a mediados de abril ya se empezaron a ver diferencias significativas en sus tendencias, producto de las diferentes medidas implementadas: Brasil y México, sin haberse tomado en serio el problema, estaban duplicando contagiados cada 8 días, mientras que Colombia, Chile y Argentina duplicaban cada 10, 12 y 13 días, aunque mucho mejor estaban Costa Rica y Nueva Zelanda duplicando cada 18 días, pero el Perú duplicaba todavía con una frecuencia de cada 6 días.

Según los expertos, Costa Rica tendría una población más disciplinada, con 100% de cobertura de agua potable y un sistema de salud bastante consolidado, donde la seguridad social tiene decenas de hospitales. De hecho, según los últimos datos disponibles, los gastos públicos anuales per cápita en educación y en salud más que triplican los del Perú. En la región solo Argentina y Chile tienen gastos públicos similares a los de Costa Rica. Y el caso de Nueva Zelanda sugiere lo mismo: el estar ubicada en dos islas se facilitó el aislamiento en uno de los confinamientos más estrictos del mundo, donde no solo se reportó y dio tratamiento a los casos de infectados (76.5%), sino también a los de sospechosos (23.5%), cuando aun no se sabía de lo contagiosa que era la enferemdad en la etapa de incubación, cuando las pruebas de detección no son tan eficaces. Por consiguiente, en el otro extremo debían estar Brasil, cuyo presidente a inicios de abril seguía negando la gravedad del coronavirus y México, cuyo presidente a fines de marzo pidió seguir con el consumo masivo en las calles. ¿Por qué entonces la tendencia en el Perú evolucionaba peor, si claramente su gobierno había sido mucho más proactivo que los de Brasil y México?

En las siguientes semanas esa divergencia entre tendencias se ha consolidado. Luego de casi 50 días de una costosísima cuarentena, al 4 de mayo el ritmo de contagios en el Perú se duplica cada 10 días, casi al mismo nivel en el que se encuentra desde mediados de abril. Cuando se desagrega por departamentos, se puede verificar que Lima ha pasado de 6 días a principios de abril a casi 11 días, pero esto no es lo óptimo ni de cerca. El panorama es peor en los departamentos del interior del país, los que a nivel agregado pasaron de duplicar el número de contagiados cada 5 días a casi cada 9 días en el mismo periodo. Mientras tanto, Brasil y México ya están duplicando cada 10 y 11 días. Controlar el ritmo de crecimiento de los contagios es importante porque determina el ritmo al cual crecerá el universo de personas que serán hospitalizadas y de las que requerirán ser ingresadas a cuidados intensivos (y eventualmente morirán).

Entre los departamentos del Perú que han venido empeorando la frecuencia de duplicación de contagios destaca Huancavelica, con apenas 4 días como ya se mencionó, pero también Ucayali y Ayacucho, con frecuencias de duplicación de casi 6 días cada uno. Ante la creciente llegada de caminantes, en Ayacucho los mismo pobladores han empezado a hacer chozas de ichu para aislarlos en las chacras y los migrantes a Ucayali empezaron a dormir en la carretera, pero sin mayor control. La explicación del mayor contagio bien podría ser la misma: la desordenada migración desde Lima, sin un control estricto de cuarentena. Si bien es comprensible que la falta de ingresos por el confinamiento obligue a muchos a retornar, el riesgo mortal que llevan a sus pueblos por contagio es más grande. Hacer una cuarentena en Lima es más cara, pero hacerlo en las regiones sin una vigilancia policial o militar es probable que no cumpla su objetivo.

En medio de todo, hay algunos departamentos que muestran mejores indicadores relativos. Hasta el 4 de mayo se observan mejoras en las tendencias de Cusco, Tumbes y Madre de Dios con casi 17, 15 y 16 días de duplicación de contagiados, pero tampoco es suficiente. Los países que han logrado una gestión exitosa de la epidemia, como Costa Rica y Nueva Zelanda, primero lograron ralentizar la frecuencia de duplicación de contagios a 33 y 35 días. Incluso los países que fueron duramente afectados, como Alemania, España y Italia, recién plantearon iniciar un desconfinamiento cuando alcanzaron una frecuencia de duplicación de contagios de 30 días, a fines de abril. Francia está un poco rezagada, pues, aun tenía una duplicación de contagios cada 26 días. Todo indica que hacerlo antes es insosteniblemente precario: por ejemplo, en menos de una semana Chile retrocedió y pasó a duplicar sus contagiados de 17 a 15 días.

Entre tanto, en la gran mayoría de departamentos del Perú la frecuencia de duplicación de contagiados sigue estancada entre 7 y 10 días, con diferencias casi mínimas, como si se hubieran puesto de acuerdo, o mejor dicho, como si estuvieran siendo afectados por el mismo tipo de medidas y condiciones de sanidad. En Amazonas, Áncash, Cajamarca, Ica, Pasco, Piura, Puno y Tacna los infectados aproximadamente se duplican cada 7 a 8 días. En Arequipa, Junín, La Libertad, Loreto y San Martín se duplican cada 8 a 9 días. Y en Apurímac, Huánuco, Lambayeque, Lima y Moquegua la frecuencia de duplicación es cada 9 a 10 días. El gobierno supuso que la curva de contagiados se iba aplanar en la cuarta semana de abril a más tardar y claramente no ha sido así. Suponiendo que el Perú se volviera Costa Rica, faltarían 27 días más para reducir la frecuencia de contagio a 30 días. A Nueva Zelanda y Corea les tomó 20 y 22 días más para bajar la frecuencia de duplicidad de contagios de 10 a 30 días.

En el continente los otros dos países que tienen una tendencia similar a la del Perú, por no haber logrado reducir lo suficiente la frecuencia de contagios son Bolivia, pese a que en su confinamiento las personas solo podían salir una vez por semana, y Ecuador, cuya tardía respuesta de confinamiento implicó un toque de queda diario desde las 2 pm, cuando su sistema de sanidad fue desbordado por la cantidad de infectados que ni siquiera había podido identificar. El común denominador de Bolivia y Ecuador con el Perú es que su gasto público per cápita en educación y salud es sumamente bajo y no muy diferente, menor a la mitad de los de Argentina, Chile y Costa Rica. De hecho el gasto público per cápita en salud de Ecuador es 50 euros anuales mayor y el de Bolivia 57 euros menor que en el Perú. Lamentablemente esto impactará directamente en la tasa de letalidad de los que infectados que desarrollen síntomas.

Lo que también se sabe es que, debido al increíble acaparamiento y especulación internacional de las pruebas moleculares, el Perú ha tenido que concentrarse en la detección con pruebas rápidas y ahí puede estar parte de la gran diferencia. La mayoría de países que lo ha hecho con pruebas moleculares. En el Perú la identificación de infectados se han hecho con pruebas rápidas en una proporción de 2 a 1 respecto de las moleculares, pero en algunos departamentos como Huánuco, la proporción es de 16 a 1. El Ministerio de Salud comunicó que las pruebas moleculares las estaba adquiriendo a un costo unitario de S/ 200, pese a que recientemente el creador de las pruebas ha declarado que no debería costas más de S/ 34 (10 dólares), mientras que las rápidas les costaban S/ 16.

El problema con las pruebas rápidas es que tienen un margen de error muy grande y no detectan a los infectados en el periodo de incubación, que dura entre 2 a 14 días, justo cuando más contagiosos son. Esto a su vez implica que la cantidad de contagiados reportados es sustancialmente menor que la que se identificaría con pruebas moleculares, independientemente de que el Perú sea de los que más pruebas hace por cada mil habitantes. Actualmente la tasa de letalidad en el Perú (muertos/confirmados) corregida por el rezago entre infección y fallecimiento (casi 2 semanas) se ha estabilizado en torno al 7 a 8%, lo que indica que el total de confirmados identificados mayormente con pruebas rápidas está subestimado y podría ser más del doble porque la tasa de letalidad promedio debería estar entre 1%3%. A eso hay que añadir que los hospitales solo estaban haciendo tamizaje a los sospechosos que presentaban síntomas moderados o graves, lo que significa que se deja de lado al otro 80% infectado que, al no desarrollar síntomas, no es identificado, aislado y, por el contrario, puede seguir contagiando.

Y en el caso de los migrantes en cuarentena, teóricamente al menos se les debería hacer un prueba rápida al final de los 14 días; sin embargo, fuera de las capitales de departamento prácticamente no hay pruebas ni personal que las esté tomando. Esto a su vez implica que las cuarentenas no serían lo eficaces que tendrían que ser: si un cuarentenado es parte del 80% que no desarrolla síntomas, y no se le hace una prueba al final, es probable que salga de la cuarentena a contagiar, creyendo que está sano. Así, es virtualmente imposible identificar y cercar a los infectados si no se usan pruebas moleculares y en cantidad suficiente para todos los distritos del país, sean sospechosos con o sin síntomas, independientemente de que la ciudadanía obedezca poco o mucho. Hay evidencia que sugiere que la movilidad de las personas en el Perú no solo ha sido menor que la de México y Brasil sino que ha sido menor que la de Argentina, Chile y Colombia, e incluso menor que la de Costa Rica.

Así las cosas, parece que la suerte está echada si no se cambia de estrategia: por más inmovilización y restricción que haya, si no se tienen pruebas moleculares suficientes, la eficacia para reducir el contagio se verá gravemente dañada y el universo de posibles muertes será mayor en la siguiente etapa, en función a la capacidad de los sistemas de salud y al propio nivel de salud que ya tenía la población. El Perú con todas sus restricciones de inmovilización tiene resultados similares a Brasil y México, mientras que Costa Rica, Chile y Argentina, con menores inmovilizaciones obtienen resultados mejores. En las siguientes etapas cada país tendrá que enfrentar proporcionalmente las consecuencias del modelo de desarrollo económico que tiene.

 

PD: Para mayor detalle en los indicadores de contagio por departamentos y algunos países seleccionados, ver http://blog.pucp.edu.pe/blog/renzojimenez/contagio-del-coronavirus/

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