A Haydée
Y después de que tres pirámides despertaran en el sílice del Nilo
el eclipse penitente culminó por aquiesencia altísima
(y una paloma se posó sobre ellas…, y el dolor, no hubo más dolor)
En el alba las aguas expandieron sus brazos
y cada paso -detrás de uno, otro paso- alejaba el cruel silencio y el infame miedo
y la esperanza organizaba la partida, el concurso, la ópera divina,
y una estrella -una refulgente estrella, su sueño- guiaba a la niña extraviada
A los lejos le abrazan la madre tierra
A los lejos las ramas le atraían a su jardín de vid
A lo lejos se perdían los sustos, los temblores, los desvelos,
y regresaba -geométrica y aritméticamente- la inocente confianza
la esperanza, la sangre (familia, estirpe, vida),… tú, Amor
Lovón Cueva, Marco Antonio. La inocente confianza. Lima: 8 febrero 2015.