Tan bravío luce su portentoso cuerpo,
cuyas serenas, y hercúleas patas,
levantan el pecho nacional.
Es el torito de Pucará erguido,
tan fértil,
es la joya de la abundancia,
que fecunda la tierra, y trae las aguas.
Cuenta en Puno que hincó su cuerno contra el peñón bravío de Pucará
y desde entonces brotó aguas derrotando a la hechicera, canallesca y salvaje sequía.
El pucarito es protección y pureza, cuando viste de blanco,
aplasta adversidades, cuando viste de negro,
despierta la felicidad, cuando viste de verde,
cuando viste de azul, enardece la sabiduría
cuando viste de rojo, desparrama vitalidad
cuando viste de naranja, arquitectua la creatividad.
En pareja, el torito, protege la propiedad, y asegura la prosperidad,
es así que vigila el guardián, el centinela de los techos, la conopa leal.