Las zapatillas rotas que guardo quietan están
esperando en el esquinero
para que mis huellas, tan pesadas y garbas por los años,
las conquiste
Ligeras, ligeras y ligeras
cualidad irrepetible
que en par en par mueven brisas
mueven corazones
registran historias
Con estas no solo con el calcañar camino, sino también pinto
pocos entienden que las guardo incluso para cuando hay día de diseño
para cuando la pared se llena de lotes de amarillos y bordes blancos
para cuando tarrajeo volcanes en el techo
Zapatillas rotas que un día eran fetas
-y digo tal, para evitar masculinizarlas de feto-
en un cajón de tienda
para llegar a tocar mi colonial puerta
y bajo un cuidado relativo celar tus días
y acompañarte en el otro rincón del esquinero
viéndote como solo tú me esperas