El tratamiento ya acabó
El doctor vomitó su ira destructiva en el cesto uterino
Y en la jeringa salta la leucemia podrida de la lagartija
Yo tengo el lumbar más grande que ellos
Escuché en el pasillo al tuerto estetoscopio
Y la enfermera enfermada está
apenas sostenida del fémur y de la misma bragueta de una infecciosa bacteria
-Pantalón gris, chaleco verde, linfa negra-
Corría un paciente sarnoso y brilloso
Estirando su codo en el vientre de la ternera
Late el dedo gordo de la sirena
Y un mazapán cae en la bandeja del castillo del duende
como charco prolapsítico en depresión pélvica
ya acabó el tratamiento, la locura, las diarreicas heces, la hora nocturna
el músculo uterino de la miseria por labor voluntariosa de la gástrica pastilla
La Comisión de la Reconciliación ya sentenció: “El tratamiento ya acabó” y la fermentada verdad se evaporó