Participaste de tantas muertes desde antes que el antiguo Testamento
En todas las noches frías fabricabas el mismo holocausto
Y las luces vacías morían terriblemente por tu derecho de soberano
desvaneciendo cruelmente a cualquier humano conspirador o comisario
Lovón Cueva, Marco. Omnipresente. Lima: 30 marzo 2013.
La Muerte ha llegado triste a tu entierro
y duermes silencioso como un hijo en el útero
En el cementerio enlutado, las tinieblas golpean sus cabezas
contra cuatro cruces negras
y el viento, cuál viento, solo asiste el silencio que se quebranta,
un eco estertor invade los rincones de la celda
El horror entonces se vuelve un objeto repugnante
tan desierto
y las miradas absortas o sordomudas aún lloran al cadáver
¿Para qué me entierran en este mundo si la muerte llora mi pena?,
Dieu
Lovón Cueva, Marco. Carta de despedida. Lima: 30 marzo 2013.
La suerte // otra vez la suerte // mueve sin cesar las ruedas del azar
La suerte // otra vez el vaivén del otoño // nos destina sin pensar
La suerte // una ola que va / una ola que viene //
La suerte // una lágrima que seca la mejilla //
La suerte // una vieja amiga // dirige la vida al jugar
Lovón Cueva, Marco. Omnipresente. Lima: 30 marzo 2013.
Tantas luces yacen hoy en las oscuras sombras
y un sereno aire sangra de dolor
No se escucha nada m’as que un aullido
un quejido lleno de dolor
En esta miserable hora no hay nadie tampoco
ni un viejo recuerdo
solo luces que mueren entre las peligrosas sombras
entre un poco de blanco y un g[elido negror
Lovón Cueva, Marco. Omnipresente. Lima: 22 marzo 2013.
Cuando tu compañero sufre, tú sufres;
y cuando las hojas caen, tú las recoges;
y cuando el silencio destruye, tú cantas;
y si se olvida de ti, tú lo recuerdas.
Lovón Cueva, Marco. Cuando tu compañero sufre, tú sufres. Lima: 14 marzo 2013.
No te puedes ir ahora frágil viento
no te dejaré ir ahora en esta noche
en que vela la luna y susurra el mar
No te puedes ir ahora viéndote así
tan infeliz y desolada mariposa
que me importas, sí, fiel soñadora
Lovón Cueva, Marco. No te puedes ir. Lima: 13 marzo 2013.
Tantas veces el plumón aplaca el papel de arriba a abajo de izquierda a derecha
y tantas cruces ensombrece esta tinta gruesa bajo el blanco
y tantas veces siembra un dolor humano
y tantas veces
y tantas veces
Lovón Cueva, Marco. Tantas veces. Lima: 12 marzo 2013.
Y una flor del mal me llama en esta mañana perpétua de dolor mugriento
que me hace sentir culpable por la hembra seductora
por los labios perversos que de ellos huí hacia las tierras más áridas del oeste lejano
Esta flor me lleva a la profundidad vacía en un hueco hondo sin números ni letras ni besos
al fondo juegan las pesadillas divirtiéndose en este banquete negro
y a su lado baila el veneno de las dos rosas
La destrucción repercute en mis huesos causándome temor
y en esta desgracia la enfurecida flor no quiere dormir
provocando que la muerte en mis breves horas sea el silencio tentador
Lovón Cueva, Marco. Y una flor del mal. Lima: 12 marzo 2013.
Si con una luz de polvo estelar disparas a tu enemigo
y vuestros cómplices atacan a la vez con el látigo de rosal espinoso
y con una espada a media voz que corta los dolores en dos
queda claro, hoy, que en esta batalla solo hay un cadáver perdedor
Lovón Cueva, Marco. Disparo. Lima: 22 marzo 2013.
O nos quedamos varados en una isla estática
o nos movemos tan rápido a través de las inmensas olas
y cuando llegue la hora
la más imprevista hora
qué irás hacer
Lovón Cueva, Marco. La mejor batalla de nuestras vidas. Lima: 22 marzo 2013.