¿Por qué cierras las puertas del lenguaje?
¿Por qué cruzas los dos grandes brazos de esos dos grandes ríos?
¿Por qué aliviantas los caprichos tuyos, que de bueno no hay ninguno, que de malo solo disgusta, que los quiero ver, pero que los quiero olvidar, que sin ellos no eres tú? ¡Qué más da en este cine mudo!
¿Por qué coexisten los contrarios, los antónimos, los homónimos, que siendo iguales son diferentes, que siendo diferentes son exactamente iguales?
¿Por qué no hay más virgulillas?
¿Sin ton ni son las rimas?
¿Sin acento tu palabra rója, négra, blánca, amarílla?
¿Por qué las puertas, los brazos, los contrarios, las rimas, los colores?
¿Por qué tan pocos adjetivos?
¿Por qué cierras las puertas del lenguaje y abres el infierno caluroso de tu más vil canallada?, si los cielos están en las letras, en el habla, en la lengua, en la palabra humana.