Todos sabemos que la verdadera causa de la guerra de Iraq fue el petróleo. George W. Bush desató esa guerra aduciendo que había allí armas de destrucción masiva, y no las había.
Las verdaderas razones de esa guerra fueron el asegurarse el control de las enormes reservas petroleras de Iraq, y de paso convencer a algunos millones de estadounidenses a que votaran nuevamente por Bush.
Las verdaderas razones de esa guerra fueron el asegurarse el control de las enormes reservas petroleras de Iraq, y de paso convencer a algunos millones de estadounidenses a que votaran nuevamente por Bush.
No ha sido, sin duda, la primera guerra del petróleo. Se cuentan por docenas los conflictos armados causados por el oro negro. Lo que se ha discutido poco en el Perú es que nuestro último gran conflicto interno, el de los pueblos indígenas de nuestra Amazona, tiene esa misma razón.