ACTUALMENTE, RESULTA USUAL QUE EN LOS LIBROS CONTABLES DE LAS EMPRESAS EL VALOR DE SUS ACTIVOS SEA MUY DISTINTO AL VALOR QUE LOS MISMOS TIENEN EN LA REALIDAD DEL MERCADO.
Esto se debe en primer lugar a que los activos se registran en la contabilidad a su valor histórico, respecto del cual pueden haber aumentado (por ejemplo, eso pasa generalmente con los inmuebles). Además tenemos el efecto de la depreciación, ya que cuando una empresa adquiere un bien, mueble o inmueble, las normas tributarias le permiten depreciarlo en un determinado número de años dependiendo de la tasa de depreciación que ésta le asigne, por lo que al cabo de un número de años, su valor será cercano a cero en la contabilidad, pese a que puede seguir teniendo un valor en el mercado. Por último,